“La ineficiencia y la irresponsabilidad
han sido los denominadores comunes desde que empezó la crisis, y sus
consecuencias están bien a la vista: las empresas en la asfixia, el desempleo
en tasas inasumibles, las expectativas de los jóvenes totalmente desbaratadas y
gran parte de las familias con notorias dificultades de supervivencia (…).
“Al Estado todavía le quedan muchos lugares
donde tocar para hacerse eficiente. Porque nada ha hecho, de momento, para
acabar con instituciones superfluas, como las diputaciones provinciales;
redundantes, como el Senado, o propagandísticas, como las televisiones
públicas. Tampoco ha acometido siquiera el paso de fusionar municipios
incapaces de sostenerse. Y no lo ha hecho por razones electoralistas y
localistas, pero también porque la desaparición de corporaciones locales
significa la pérdida de numerosos puestos de concejal.
“Por eso resulta intolerable el doble
rasero que aplican los políticos y los que revuelan a su alrededor. Y
bochornosa su forma de repartirse las prebendas. Se acaba de ver, sin ir más
lejos, en el traspaso de poder de padre a hijo en Ourense. Ante el silencio o
incluso el aplauso de muchos, se ha disfrazado de simple apariencia de
democracia la consumación de una herencia de naturaleza puramente caciquil (…).
“Ese desprecio por la democracia se
observa incluso en el funcionamiento de la Unión Europea, con un Parlamento
decorativo, una estructura inoperante, un coste verdaderamente obsceno y un
poder cuasi dictatorial que se han arrogado porque sí Alemania y Francia (…).
“Mientras en el Reino Unido se retiran
distinciones a quien pierde la reputación por su conducta, aquí se premia con
las más altas a quienes no solo no las merecen, sino que deberían pagar, como
en Islandia, por sus responsabilidades. Pero el tiempo se ha acabado. Es hora
de que los responsables de la gestión pública pongan fin a sus aberraciones,
asuman su liderazgo y busquen soluciones en lugar de parches. Ni Galicia ni
España ni Europa pueden esperar más. Hay que acabar con la desesperación y el
asco.”
Creo que los señores del PP debian aprovechar su mayoria absoluta para acabar de una vez por todas con el enriqucimiento de unos pocos a costa de los demás. Sobran senados, empresas públicas o participadas por organismos públicos, televisiones autonómicas y sobran también esos nuevos caciques de uno y otro signo que son muchos políticos. Hay retribuciones de ejecutivos financieros que dan asco, el Consejo de Estado parece un cementerio de elefantes que debemos pagar todos... ¡¡¡YA ESTAMOS HASTA LA CORONILLA DE TANTA TOMADURA DE PELO!!!! José Luis
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