martes, 19 de septiembre de 2023

Respetar las lenguas no es jugar con ellas

 
Las lenguas cooficiales de España deben ser respetadas y conservadas, porque son bienes de incalculable valor. No es admisible que se utilicen como monedas de cambio. Todos hablamos castellano, sí, el idioma español que nos une no sólo en nuestra nación, también en gran parte del mundo, en especial con Hispanoamérica. Es el cuarto idioma más hablado de todo el planeta, después del inglés, el chino y el hindi. Y estos dos, es decir, las lenguas oficiales de China y de la India, ocupan esos primeros lugares por su número de habitantes, no por la extensión de ambas lenguas fuera de sus territorios. Recordemos que sus poblaciones se aproximan a los mil quinientos millones de habitantes cada una de ellas.

Nuestro Congreso de los Diputados acaba de hacer oficial el uso sin límites de las tres lenguas cooficiales de España y de algún dialecto. Además, cuando aún tenemos un gobierno en funciones, va la mayoría de diputados, alentada por la señora que preside ese órgano, y gastan dinero, el dinero que todos pagamos de nuestros impuestos, para fichar a intérpretes que actúen como traductores cuando las intervenciones de los parlamentarios se hagan en gallego, vasco o catalán. Es una medida que ha sorprendido a muchas personas. Porque, si todos los diputados conocen y hablan español, ¿a qué viene ese gasto? ¿Se hace para complacer a políticos cuyo objetivo, por lo que se ve y oye, es lograr la independencia de sus autonomías?

Una decisión como esta era de esperar. Entre otras razones, porque sanchistas y adláteres eligieron a la señora Armengol, militante del PSOE, para presidir ese órgano político. Fue presidenta de la comunidad autónoma balear, donde trató por todos los medios a su alcance de imponer el catalán (¡ah!, ¿pero no se habla el malloquín en las islas?). De la misma manera que se intenta llamar catalán al valenciano, idiomas ambos con muchas similitudes, pero repletos de variantes. Es como si queremos llamar gallego al portugués o viceversa. Aunque, eso sí, ambos fueron antaño un idioma común: el galaicoportugués.

Un miembro de nuestro gobierno alentó a Bruselas a que entrasen en el Parlamento Europeo las tres lenguas cooficiales de España (vasco, gallego y catalán). En especial, subrayó al catalán como un idioma hablado por más de diez millones de personas. O sea, que por su cuenta y riesgo incluye a valencianos e isleños como hablantes de la lengua catalana. ¿Error, desconocimiento, o insinuación a la UE sobre la personalidad de Cataluña como país independiente? De momento Europa no ha aceptado la propuesta del gobierno Sánchez. Me imagino que si hubiese alguna posibilidad de ser admitida, los Estados que conforman la UE empezarían a pedir la oficialidad en el Parlamento de las segundas o terceras lenguas habladas en cada uno de sus países. Y de ser admitida esa oficialidad, se armaría entonces un totum revolutum insoportable.- JT