Sí,
no, sí, no… A veces tengo la impresión de que los políticos
bromean. Parecen estar deshojando la margarita, cuando debían de
actuar seriamente y con gran sentido de la responsabilidad. Antes
dijeron no, ahora dicen sí. ¿En qué quedamos? ¿Podemos no
era acaso un partido de rabo chavista y cuernos satánicos con
aspiraciones de poder? Todos le dieron caña, derecha e izquierda. Lo
sacudieron a golpes antes de las elecciones, palmeta en mano, como si
se tratase de una sucia alfombra. Intentaron borrarlo del mapa
político, pero no lo lograron. Y ahí sigue, irradiando felicidad,
sonriente y balanceante, auto-aplaudiéndose por el éxito electoral
alcanzado el 24 de mayo.
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La juez Manuela Carmena, de Ahora
Madrid, casi segura alcaldesa
de la capital de España
con la venia
del socialista
Carmona
(Foto castillalamancha.cc.oo.es)
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Podemos
no es un partido al uso. Surgió por generación espontánea de un
riachuelo de cicatero hontanar, como el del Guadalquivir de la
Cazorla serrana, en la plaza del Sol de Madrid, donde jóvenes y
mayores, indignados por su situación de marginación laboral
y desamparo económico, acordaron tomar la iniciativa política.
Emprendieron un camino lleno de obstáculos, de difícil tránsito,
con el objetivo de reconvertir España en tierra de promisión, hacer
un nuevo país con trabajo para todos, sin desigualdades, sin
injusticias manifiestas como los desahucios; una tierra de políticos
incorruptibles, libre de golfos y de saqueadores de arcas públicas.
Aunque había un rasgo de ingenuidad en las pretensiones de esos
indignados, más ilusorias que reales, a las aguas de la Plaza
madrileña antes citada se fueron agregando, por derecha e izquierda,
arroyos tributarios, aumentando su caudal de manera insospechada.
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Profesor Antonio Miguel Carmona:
Donde
dije digo, digo Diego (Foto elmundo.es)
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Ante
el auge del indignado invasor, la reacción de los dos grandes
partidos no se hizo esperar. Sus líderes más destacados, con el
apoyo de tertulianos afines, le dieron a Podemos caña a discreción
tratando de borrarlo del panorama político. Acusaron a sus
dirigentes de chavistas defensores de Maduro, de estar vendidos al
oro de Venezuela y de Irán, de ocultar sus ingresos al fisco…
Parecía que esas duras descalificaciones terminarían con ellos,
pero no, no fue así. Bien al contrario, Podemos creció en
popularidad a medida que los ataques se hacían más enconados y
frecuentes en los medios. Funcionó con precisión a favor de este
partido el tan manido dicho de que hablen de mí aunque sea mal,
porque cuanto más hablen más nos conocerán. No le faltó razón.
Los sanchistas aceptan a Podemos
Ahora,
sabidos los resultados de las elecciones, se modera el ataque y se
rectifica lo afirmado con el trabalenguas que dice, y nunca mejor
dicho, donde dije digo, digo Diego. Es lo que manifiestan al
menos socialistas como el ínclito rey de las tertulias, el sin par
profesor Carmona. Porque, de súbito, tras el retroceso
electoral del PSOE, y ante el espectacular avance de Podemos,
a este partido ya no se le hacen ascos. ¡Ale hop! Se levanta la
chistera, y, de la noche a la mañana, sus dirigentes ya no son
chavistas, ni sicarios de Maduro, ni vendedores de proyectos
ilusorios. Carmona pacta con la jueza Carmena en Madrid y
Pedro Sánchez, el líder de actitudes firmes, que aseveró
antes de los comicios que nunca pactaremos con ellos, ahora,
¡ay!, ante la cautivadora miel del poder, se le desvanecen sus más
sólidas convicciones y deja la puerta abierta a la negociación.
Todo
apunta a que el PSOE pactará con Podemos para gobernar
y en especial para desplazar al PP de las instituciones. Con
la derecha nunca pactaremos, afirmó Sánchez tajantemente poniendo a los
populares al mismo nivel que los filo-etarras de Bildu. ¿Rencor o
estrategia? Craso error de comportamiento, digo yo, de un líder
serio y prometedor. En las democracias occidentales no se llega al
poder matando al adversario con expresiones rencorosas, sino
demostrando a los votantes que su programa es el mejor. Más bien
pronto que tarde, al señor Sánchez, audaz escalador, le pasarán
factura los electores.- JT