lunes, 4 de abril de 2022

Feijoo, un líder con credibilidad y carisma

Alberto Núñez Feijoo. (El Correo Gallego)

Pablo Casado es un buen parlamentario. Habla con soltura y firmeza. A mí no me cabe duda de que sabe desenvolverse bien en la portavocía parlamentaria. Pero a un líder político no se le pide solamente saber hablar. Hay otras muchas características que si no se suman a la buena oratoria, el liderazgo no se consolida. Más de una vez resalté en mis comentarios la buena expresión verbal del  joven político popular. Sin embargo, apuntaba yo, le faltaban hervores para convertirse en dirigente incuestionable y exitoso. El tiempo ha confirmado mis sospechas.

El líder está para dirigir y respaldar a quienes lo han elevado, no para rivalizar con ellos y menos aún, cuando, como es el caso, la señora Isabel Díaz Ayuso ganó limpia y ampliamente unas elecciones en la Comunidad de Madrid, mientras Casado sufrió una rotunda derrota en las generales de 2019 al perder 71 escaños y casi cuatro millones de votos. Con el paso del tiempo este político ha dado muestras de falta de madurez en las responsabilidades de su cargo. Los intentos de investigación sobre el hermano de Ayuso y la denuncia pública sobre ese hecho; los ataques innecesarios a VOX sin argumentos convincentes, y otros acontecimientos que causaron asombro en parte de sus compañeros y de los votantes, todo ello fue minando poco a poco la credibilidad de este político retirado ahora de la presidencia del partido.

El PP acaba de elegir un nuevo líder nacional de larga experiencia en tareas de gobierno, el orensano Alberto Núñez Feijoo. Fue votado para presidir el partido por más del 98 por ciento de los militantes. Su personalidad, madurez y buen hacer durante nada menos que cuatro períodos legislativos son pruebas evidentes de capacidad política. Feijoo posee las características del buen dirigente: credibilidad indiscutible, no miente ni exagera, inspira confianza, y sabe también confiar en las personas en las que delega. En su trayectoria al frente de la Xunta de Galicia ha demostrado honestidad, nobleza, capacidad de convicción, un gran sentido de la responsabilidad y, sobre todo, apertura al diálogo con el adversario cuando las negociaciones van en beneficio del pueblo. Aunque bien es cierto que, junto a esas virtudes, Feijoo carece de la verborrea de una parte de nuestros gobernantes. Por eso, si se presentase al Concurso Nacional de Charlatanes de Orihuela, perdería frente a personajes como, por ejemplo, Pablo Iglesias. Y la verdad, falta le hace a España prescindir de tanta verborrea, mediocridad y mal gobierno al que está sometida.- JT