lunes, 21 de junio de 2021

Reencuentro con la Cataluña ¿desaparecida?

¿Cuánta energía ha liberado el señor Sánchez al anunciar los indultos a los presos del procès? Perdonar es un hecho enriquecedor; perdonamos para liberar de nuestro cuerpo la carga de energía negativa generada por el resentimiento, la ira o la decepción. No sé si el presidente Sánchez habrá sentido hoy la descarga de esa energía, pero, muy al contrario, gran parte de los españoles han notado justo lo contrario, han notado cómo esa energía les entraba en su cuerpo causándole física y mentalmente una gran decepción. ¿Se indulta sin pedir previamente perdón? Para perdonar, el culpable (los presos catalanes) debe solicitarlo a la víctima, en este caso España. ¿Alguno de los nueve huéspedes secesionistas de la cárcel de Lledoners ha pedido perdón por el daño causado a los españoles? No, no. Pues, si no ha sido así, ¿a qué viene conceder una medida de gracia cuando no media el arrepentimiento?

Abucheos a Sánchez. Pedro Salado. El Mundo
Alguien de ahí arriba, jurista de profesión, asegura que esos indultos son una medida de utilidad pública y, por lo tanto, legalmente aplicable. Pero hay quien pone en duda esa afirmación. Porque, ¿cuál es en este caso la utilidad? ¿Acabar con las reiteradas transgresiones de la ley?, ¿evitar que los transgresores catalanes vuelvan a las andadas?, ¿impedir la celebración unilateral de otro referéndum de independencia? A mí entender, no hay generosidad en este medida de gracia del señor Sánchez, sino error, equivocación, visión de un espejismo donde en realidad solo hay tierra caliente y envenenada de odio hacia lo español. Las pruebas están claras y son públicas. Salen de las mismas bocas de los indultados y de los insultos de cientos de catalanes de la ANC y Ómnium Cultural concentrados hoy ante el edificio del Liceo. Abucheos al presidente Sánchez y gritos de ¡amnistía, independencia, república es libertad! Por allí no apareció ningún miembro de un Govern ocupado por ERC y JxCat, partido este de derechas por mucho que el señor Rufián se empeñe en blanquearlo como de izquierdas. Ha sido todo un gesto de desprecio hacia el presidente de la nación, que tituló su perorata en el Liceo con la frase “Reencuentro: un proyecto de futuro para España”. ¿Reencuentro? Pero, ¿acaso Cataluña estaba desaparecida? - JT