lunes, 25 de marzo de 2019

El muy locuaz Casado. “Prodigios”, pura marca España

        Si el Ebro fuese tan generoso en caudal como el señor Pablo Casado en respuestas, una parte de la España seca recuperaría fertilidad sin temor a verse amenazada de muerte. Lo digo porque el domingo seguí con interés, pero al tiempo desconcertado, la intervención del joven y prometedor líder político ante unos ciudadanos de procedencia dispar. Invitados a El Objetivo por su moderadora Ana Pastor, formularon al presidente del PP preguntas de todo tipo: pensiones, trabajo, salarios, independentismo, etc. Daban la impresión de estar buscando el compromiso del PP de mejorar la situación social y económica si los populares retornasen al Gobierno.
Pablo Casado (La Sexta)
        Las respuestas del presidente popular eran como los cursos de agua que primero lanzan poco caudal, lo incrementan a medida que avanzan, y acaban desbordándose. Su locuacidad supera con creces a la de los demás candidatos a elecciones generales, Iglesias incluido. Un castizo diría que habla por los codos. Yo no llego a afirmar tanto, pero observo que le faltan tablas para convencer del éxito de sus proyectos y, por otra parte, le sobran esas palabras que, como agua de escorrentía, repito, desbordan los límites de entendimiento del común de los mortales. Para decir que bajará los impuestos, si llega a gobernar en España, o que las pensiones subirán si la economía lo permite, no es necesario recurrir a la hemeroteca porque, con tanto rollo, señor Casado, y tanta sonrisa, uno no sabe qué es lo que ha dicho o ha querido decir. Un gallego le pediría: Fale menos e a modiño, que non entendo nada do que di. Pues tomen nota sus asesores.

Los prodigios de la mejor marca España en TVE
        He seguido con creciente interés el nuevo programa de TVE titulado Prodigios. La muestra más clara y evidente de que en España hay personas cuasi sobrenaturales la representan esos niños y niñas capaces de cantar, e incluso superar a cantantes de ópera y sobre todo de opereta. Tocando, bailando danza clásica o cantando, estos prodigiosos protagonistas infantiles son el mejor regalo de nuestro país al mundo, la auténtica marca de españoles con capacidad para sobrecoger y entusiasmar al espectador.
        Huelga hacer comparaciones de este espacio de talentos con otros como Got Talent, de Telecinco, donde mezclan calidad con lo más friki que hay en el mercado. Hasta el mismo jurado tiene un perfil bajo, sin nivel para juzgar con conocimiento y criterio las actuaciones de grupos y solistas. Es esperpéntico -y a veces grosero- el show, simple e infantil, que monta Paz Padilla para llamar la atención del público hacia su persona, cuando debiera dejar que toda esa atención se centrara en los verdaderos protagonistas: los solistas y grupos que compiten para llegar a la final. Por el contrario, Prodigios tiene un jurado de excepción. La soprano Ainhoa Arteta, el bailarín de fama mundial, Nacho Duato y el joven director de orquesta Andrés Salado, reconocido internacionalmente.
        Y si la Padilla recurre en Got Talent a simplezas sin gracia ni arte, Boris Izaguirre, presentador de Prodigios, nos cuenta en sus intervenciones acontecimientos de su vida de escaso interés para el público, como cuando dijo que fue en Santiago de Compostela donde conoció a su marido Rubén. ¡A quién le interesa la vida privada de este personaje, salido de aquella bufonada que fue Crónicas Marcianas? JT
Prodigios de España. Seis concursantes y el presentador (RTVE.es)
        

viernes, 8 de marzo de 2019

Testigos del "procés" corroboran una realidad indiscutible

¿Sigue usted el juicio del procés? Si no lo hace, le aconsejo que cuando tenga tiempo eche una ojeada a las sesiones que se emiten por televisión. Los acontecimientos no tienen desperdicio, se van esclareciendo hechos consumados gracias a las declaraciones de los testigos y a las actuaciones de fiscales y letrados defensores. Es interesante ver cómo la parte acusada intenta distorsionar la realidad de unos sucesos innegables; o cómo, una tras otras, las pruebas testificales corroboran lo que hemos visto en televisión y leído en los periódicos. Hubo agresividad, desafíos, insultos, daños personales y materiales, acosos, alteración multitudinaria del orden público y obstrucción a la justicia por parte de quienes pretendían  implantar la independencia en Cataluña: unos, pasándose las leyes por el forro, y otros asumiendo, en ocasiones con violencia, la responsabilidad colectiva de una sociedad dividida y adoctrinada en el odio a España.

No hay vuelta de hoja. Lo ocurrido solo tiene una interpretación, una realidad que estaba semiescondida tras el velo de la mentira y la hipocresía de la política secesionista. Y de esa realidad están dejando constancia quienes la han vivido en primera persona, todos ellos representantes del Estado como los señores Nieto, Millo, Pérez de los Cobos, Trapote, etc. Los políticos acusados insisten en  que convocar un referéndum no es delito, y yo insisto en que claro que no si se hace dentro de la ley; aseguran, además,  que todo fue simbólico, sin consecuencias jurídicas, el pueblo lo reclamaba... En definitiva, que no cometieron ilegalidades, fue humo sin llama, canto a la democracia popular, o algo así como una ilusión óptica transmisora de hechos inexistentes.

Estos grotescos personajes me recuerdan a Antístenes, fundador de la escuela cínica (nada que ver con el significado actual de cínico) quien, en busca de bienestar, se alejó de Atenas para crear sus propias leyes y vivir en plena libertad, obviando las riquezas y ventajas de la sociedad ateniense. La diferencia entre el filósofo griego y los secesionistas catalanes es que aquel se privaba de todo tipo de necesidades a cambio de ser libre y feliz, mientras que estos buscan, al amparo de una democracia limpia y ejemplar como la española, todo lo contrario: promulgar sus leyes para consolidar el estatus económico y social en el que viven, sin importarles la desintegración del Estado que les ayuda y protege. Mas por mucho que los procesados rían, sonrían o gesticulen, la decisión final de los jueces se presiente implacable. Sospecho que van a caer penas de prisión tan duras como los supuestos delitos que han cometido contra España y, por ende, contra sus conciudadanos españoles.- JT 

lunes, 4 de marzo de 2019

El delirio del clima: pago por ventosidades de la vacas

     
¿Lo han leído ustedes? Bruselas pretende gravar a los agricultores y ganaderos por las ventosidades de sus vacas. Con este anunciado proyecto creo yo que entramos ya en una fase de delirio comunitario en materia de contaminación. Los expertos han determinado que el metano lanzado a la atmósfera por estos rumiantes supone en Europa el diez por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y su opinión, por lo que se ve, es sentencia incuestionable para los políticos europeos. De manera ya acelerada van implantando medidas vía impuestos en todo lo que contribuye a variar el clima.  Ahora le toca al vacuno, porque las energías más contaminantes (carbón, petróleo, gases, nuclear e hidroeléctrica) están siendo duramente castigadas en los bolsillos de los contribuyentes.
      A mí me da que si seguimos así también será penalizado el hombre por la contaminación que producen sus ventosidades. Hace años se celebraban concursos de flato. Y tal era la maestría, el dominio de vientres y esfínteres de algunos de sus participantes, que con el aire que expelían lograban hacer sonar himnos y canciones. Otros, más osados, dejaban que alguien les pusiese un mechero encendido junto a las asentaderas para convertir la ventosidad en una llama similar a la de los escupefuegos de los circos.
      Dudo mucho que poner un nuevo impuesto a los ganaderos por el efecto contaminante de sus vacas dé buenos resultados. La medida parece estar en la línea de seguir masacrando a impuestos al contribuyente con soluciones de muy dudosa eficacia. Y lo más chocante es que, quienes pretenden imponerla, no son ejemplos de pureza ambiental. Habría que medir el grado de impurezas que lanzan al aire los eurodiputados y sus colaboradores con sus voluminosos coches oficiales, los cigarros y puros que fuman, el plástico de sus artículos de uso habitual  y los fármacos y cosméticos, también contaminantes, con los que se curan y acicalan a diario. Y, además,  como personas humanas que son, habría que medir también la cantidad de metano que despiden por el trasero todos los días, aunque sea en cantidad inferior al expelido por las vacas. 
      Que este gas es contaminante y peligroso, concentrado en gran cantidad, lo dijeron ya los científicos en los años sesenta al advertir que la acumulación de metano producido por las ventosidades de los astronautas en una cápsula espacial podría producir una explosión. No se lo tomen de coña. El peligro existe, aunque, por fortuna, los hombres y mujeres que se lanzan al espacio no son precisamente flojos de viente. 
      En Internet he encontrado un poema dedicado a la ventosidad. A ver si conmueve a quienes quieren darle una patada más al ganadero en el culo de sus vacas; a ver si, al menos, se dan cuenta de las excelencias de un gas que ellos consideran capaz de cambiar el clima de la tierra. El poema no es de Cela y dice así:
      En este mundo un pedo es vida / porque hasta el Papa bien se lo tira / hay pedos cultos e ignorantes / los hay adultos, también infantes, / hay pedos gordos, hay pedos flacos, / según el diámetro de los tacos, / hay pedos tristes, los hay risueños, / según el gusto que tiene el dueño.- JT

P.D.- Siento herir sensibilidades con este comentario. No es mi estilo, pero el proyecto europeo del impuesto a las vacas por el metano que emiten a la atmósfera no debe pasar inadvertido por injusto y  esperpéntico.