martes, 9 de mayo de 2023

Había una vez... un circo lleno de palique y decepción

La verdad es que después de verlo me entraron ganas de entonar Había una vez un circo…, aquella melodía que hace muchos años cantaban en TV los Aragón. Pero realmente no para seguir con el texto de lleno de alegría y emoción, sino más bien lleno de palique y decepción. De palique, porque no esperaba que el nuevo contenido de ese espacio de la Cuatro tuviera tan escaso interés; y de decepción, porque cuando suponía que iba a ver un debate serio, sin payasadas ni manipulaciones, me topé con todo lo contrario: comedia pura y falta absoluta de imparcialidad por parte de su moderador.

Lo cierto es que del publicista catalán Risto Mejide no esperaba gran cosa. Y así fue. Basta ver sus diarias intervenciones para captar el poco estilo y la parcialidad de la que suele hacer uso habitual. No tuvo la decencia de exigir en ningún momento que no interrumpieran al representante del PP cada vez que este intervenía. El programa Todo es mentira, de Cuatro, ha estrenado debates de políticos dedicados a las próximas elecciones autonómicas y municipales. Y en mi opinión, el de hoy, más que un debate fue una sesión de ataque al representante de la Comunidad de Madrid, el diputado popular Serrano, y a la presidenta Ayuso, que no estaba en el plató para poder defenderse.

Risto Mejide. Mediaset
El más comedido y mejor formado políticamente de los cuatro participantes ha sido el representante del PP. Las dos señoras, Alejandra Jacinto, de Podemos, y Mónica García, de Más Madrid, centraron todas sus intervenciones en impedir a Serrano que se le pudiese escuchar. Una de ellas, abogada de profesión, cada vez que el popular hablaba lo interrumpía sin recato alguno. Hablaba, hablaba y hablaba. Era como una pesada melodía de rap, monótona, aburrida y repleta de acusaciones. La otra tertuliana, médica, también cortaba a su adversario cuando este intervenía, dando la sensación de que trataba de impedir que los espectadores oyésemos la voz del señor Serrano.

Muy al contrario, el representante del sanchismo en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, mostró poseer no solo cierta experiencia como político en activo. También supo intervenir sin tanta gesticulación como la de las dos mujeres y con más sentido de la cortesía entre personas, aunque sean de ideologías distintas. Si estos debates siguen, es probable que merme la audiencia, si alguna ha tenido hoy. Si yo fuese el representante del PP pasaría de acudir a ese espacio de televisión. Que Risto y los cómicos que lo secundan sigan en escena. Y también los representantes de partidos de izquierdas, que parecen incapaces de mantener diálogos en los que se pueda escuchar la voz de sus adversarios.

Hace años publiqué un comentario sobre Podemos. Era entonces presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero. Ese nuevo partido, incalificable por la identidad de sus miembros, muy parlanchines y sin apenas experiencia en el campo de la política, destacaban precisamente por eso, por su arrogancia y persistencia en el hablar, hablar, hablar y hablar. Y prometiendo cambios que en realidad llevarían a España a la miseria económica y social. Su líder, Iglesias, era y es un maestro de la verborrea. Posee las facultades del mejor charlatán de feria. Por eso, en su día, cuando entraron en el Congreso como diputados, vaticiné que nuestro entonces formal y serio Parlamento se iba a convertir en un circo. Y hoy, pasados los años, compruebo que no estaba equivocado.- JT