martes, 6 de julio de 2021

La España ceporra y repelente sigue activa

 Javier, un parroquiano de la taberna a la que acudo cuando la mente me pide conversación, me pregunta si sé quién es la montesa que da saltos al caminar.
¿La montesa? ¿Pero dónde la ha visto usted?, respondo sorprendido.
En televisión. Vi claramente cómo saltaba. Era la imagen de uno de esos catalanes a los que llaman independentistas. Iban varios andando, y uno de ellos
Jordi Cuixart. Foto El Comercio
levantaba los brazos y
brincaba como las montesas.
¿Como las montesas?
Sí. ¿No conoce las cabras montesas de Gredos? Pues igual.
Sería el señor Cuixart, uno de los expresos del procès.
Eran esos, sí, se lo dije antes.
Los separatistas, claro. Los han indultado. Pues sepa usted que Cuixart no se rinde. Es más, mantiene su amenaza de que Cataluña celebrará un referéndum de autodeterminación pase lo que pase.
¿Referéndum ilegal…? Pero eso no es posible, lo prohíbe la Constitución.
A él le da igual. Le dijo a Sánchez que Catalunya no dejará nunca de votar y que los indultos no harán callar a los secesionistas.
¿En serio? No estará usted vacilándome...
Nada de eso. Es más, el vicepresidente de Ómnium Cultural, la asociación de Cuixart, ha llamado a movilizarse por la independencia y afirmó que Barcelona será a partir de septiembre el centro de la lucha por la libertad.
¡Qué libertad ni qué gaitas! ¡Hay libertad a raudales en toda España, demasiada ya! Quien diga lo contrario, miente o tiene una mente enfermiza, quiere hacer daño a nuestra buena imagen. Pero bueno, ¡esto es de ceporros!
Es usted optimista. Sin embargo, tal como van las cosas, no debemos descartar nada sobre la independencia catalana.
Pues dicen por ahí que los independentistas van a menos, que se están dando cuenta del engaño al que los han llevado.
En parte es cierto. Ya ve cómo le ha bajado la audiencia a TV3, la televisión pública catalana. La está superando Tele-5.
Claro, por eso andan promocionando el español en Madrid. ¿Lo ha leído? La señora Ayuso creó un organismo de difusión y defensa de nuestro idioma, buena falta hacía ante la opresión lingüística de catalanes y vascos, también de valencianos e isleños. Y sobre todo, para acabar con esas repelentes agresiones gramaticales de la extrema izquierda.
Toni Cantó y Óscar Puente. Foto 20Minutos
Así es, pero ese organismo del español le sienta fatal a la izquierda.
A toda, Javier. No tardaron en llamarle chiringuito e insultar a su director, el valenciano Toni Cantó. En las redes sociales, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, no tuvo reparos en hacerlo. Le llamó mierda en un tuit y le dijo que va a vivir a costa de los españoles cobrando 75.000 euros ¡rascándose los huevos a dos manos!
¡Pero qué palabras son esas en boca de un alcalde! Ya ve, Temes, hay democracia, pero falta educación, falta un correcto comportamiento de nuestros dirigentes. La vida pública se nos ha llenado de necios.
Sí, cierto. Unos llaman mierda a otros, y otros usan a discreción el calificativo de fascistas con las personas que no están de acuerdo, como acaba de hacer el ínclito socialista Carmona con un diputado del PP.
Parecen ser de uso común ese y otros calificativos en la izquierda, ¿no?. Todos los políticos de centro o derecha, son fascistas. ¡Ja, ja, ja!, me da la risa oyéndoles. ¿Sabe lo que veo en esa actitud tan poco edificante? Pues veo temor a una derrota electoral histórica, bíblica. He llegado a veces a preguntarme si no será realmente que este gobierno es tan absorbente, está tan endiosado en su frágil poderío, que hasta le gusta asumir el papel de oposición. He visto algunas sesiones parlamentarias y me he quedado de piedra al comprobar cómo el presidente y sus ministros responden a las preguntas del adversario con acusaciones. ¡Nunca creí que unos políticos pudieran llegar a ser tan acaparadores de poder! En vez de defenderse y responder, atacan. Tengo poca experiencia en estas cosas, pero confieso que nunca nada igual había visto. En fin, dejémoslo ya. Hasta pronto Temes.
¡Adiós Javier!

        Vamos pues a confiar en que tarde o temprano las aguas de nuestra convivencia retornen a su cauce. El sentido común y la tranquilidad tendrán que imponerse sobre el desmadre que estamos viviendo. Otra cosa no cabe esperar. Aunque, a decir verdad, acabo siempre dudando del proceder del español. En temas vitales de nuestra convivencia, especialmente en lo político, vienen a menudo a mi memoria las palabras del rey Amadeo de Saboya. Regresó a Italia, su país de origen, entre otras cuestiones porque, según él mismo dijo, “los españoles son ingobernables”. ¿Exageró? Tras su marcha, la I República fue un caos. Se implantó un régimen federal cantonalista. España se descuartizó territorialmente. Hubo sangre por doquier y luchas fratricidas. ¿Volveremos a tropezar en la misma piedra? - JT