jueves, 30 de mayo de 2019

Rebelión, sedición, los vídeos prueban la realidad

        Si había dudas sobre la rebelión en Cataluña del uno de octubre de 2017, nos las acaban de despejar. Ha sido en la sesión del juicio del Procés en el Supremo relativa al visionado de vídeos grabados ese día y anteriores. Fiscalía y Abogacía del Estado por una parte, y los letrados de las defensas por otra, mostraron sus pruebas visuales sobre el transcurso de esa triste jornada electoral de infausto recuerdo. Los acusadores, para probar la rebelión y la sedición; las defensas, para aportar testimonios visuales de lo que estiman algo así como ataque con violencia al pueblo de Cataluña.

¡Vaya, vaya!, pues miren ustedes qué metedura de pata de las defensas porque, en mi modesta opinión, lo que iba a ser testimonio en favor de la absolución se convirtió en prueba de rebeldía de una parte del pueblo catalán contra el orden establecido y, en especial, contra unas fuerzas de seguridad que estaban cumpliendo mandatos judiciales. En esa serie de duras imágenes pudimos ver, en un vídeo de la acusación, a los señores Jordi Sánchez y Jordi Cuixart exhortando a la masa a votar en el referéndum ilegal de autodeterminación y a oponerse a quienes trataran de impedirlo. Eso sí, pacíficamente, cantando, sonriendo, levantando los brazos y moviendo las manos en señal de paz e inocencia. En la misma línea de actuación de los Jordis se expresó en escena pública la señora Forcadell, alentando a las multitudes a votar.
        Después de ese y otros vídeos nos pasaron los aportados por las defensas. Una tras otra contemplé atónito las escenas con la que los letrados pretendían demostrar que nadie se rebeló contra las fuerzas del orden, sino que fueron estas las que atacaron a los sufridos votantes. Masas humanas rodeaban a policías y guardias civiles, les gritaban de todo: “Fuera fuerzas de ocupación, asesinos, fascistas, españoles de mierda, hijos de puta...” A todo esto, esas multitudes se situaban fuera y dentro de los centros de votación para impedir con sus cuerpos y ademanes la entrada de la fuerza pública. La paciencia de aquellos servidores del orden era inmensa, parecía infinita. Tardaron bastante en dispersar a las masas rebeldes y vociferantes que les cerraban el paso de pie o tumbadas en el suelo.

Palo y tentetieso

        Entre gritos y chillidos histéricos, insoportables para cualquier oído humano, comenzaron a despejar como pudieron las entradas a los respectivos centros de votación. Tras largas esperas y avisos desoídos se llegó en algunos casos al palo y tentetieso. No parecía haber otra opción. Retiraban por la fuerza a una persona del compacto tumulto, y esta, con todo descaro, volvía presta al mismo lugar.
        Las defensas han querido mostrar con sus vídeos evidencias de que no hubo rebelión. Pero al menos yo no he picado, he podido verlos por televisión y me ha quedado claro que las multitudes de ciudadanos independentistas, hostigadas por sus líderes, no solamente se rebelaron contra quienes cumplían órdenes judiciales sino que, además, de una u otra forma, les hicieron frente para impedirles cumplir la ley. Y los Mossos, ¿dónde estaban; por qué no despejaron el paso a sus compañeros de la Policía y la Guardia Civil para que pudieran entrar en los colegios electorales y cumplir la orden encomendada?

Los encausados por el procès repiten e insisten en la actitud pacífica y democrática de la gente y de los mossos. Interpretan las leyes a su modo y manera, desobedeciendo presuntamente los mandatos de los jueces. Esa es su limpia democracia, bien distinta a la de la España a la pertenecen, refrendada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Democracia, libertad y garantías procesales definen la España actual, la que reconoce la Unión Europea, mientras los separatistas catalanes tratan por todos los medios de ensuciarla con alevosía, publicidad y actos violentos como los citados del uno de octubre. Si tan grandes son sus deseos de pacifismo, civismo, libertad y democracia, no entiendo cómo no protestan por la actuación de unos Mossos que ayer mismo usaron sus porras a discreción para dispersar a un grupo de manifestantes opuestos a un desahucio. ¿Lo vieron en la tele? Pero, claro, es otro cantar.
        Fiscalía y Abogacía del Estado concluyen sus peticiones con distintos delitos. La primera solicita del Alto Tribunal la pena de rebelión para los acusados, mientras que la Abogacía, dependiente del Gobierno, la rebaja a sedición. Sea una u otra, lo importante es que la sentencia sirva de ejemplaridad para que en el futuro los separatistas dejen de menospreciar al país al que pertenecen y acaten la ley.- JT

sábado, 18 de mayo de 2019

Die Linke hace el ridículo atacando a España

          Este sí que es un circo. Tiene fieras, acróbatas, malabaristas y hasta payasos. Lo ha montado el partido alemán Die Linke (La Izquierda) en el Parlamento de Berlín. Presentó una propuesta de moción en el Bundestag para exigir observadores internacionales en el juicio del Procès; obligar a España a que respete el Estado de Derecho y los derechos fundamentales de los procesados; ofrecer asilo en Alemania a los catalanes separatistas perseguidos por rebelión, y pedir la intervención del gobierno de la señora Merkel en el proceso independentista de Cataluña. Ponen en tela de juicio nuestra Democracia y nuestra Justicia.
          La propuesta causa risa. Estos comunistas y socialistas agrupados en Die Linke son como leones en busca de presa: rugen ansiosos de popularidad. No tienen reparo en dañar con acrobacias y malabarismos mendaces a un Estado hermano. Convierten su pretendida seriedad democrática en payasada impropia de políticos respetuosos. Y digo esto, porque la proposición de esa izquierda alemana es un infundio en toda regla. Es subjetiva y sectaria y se ve en ella la mano de los separatistas catalanes. Me pregunto cómo un partido con representación parlamentaria llega a conclusiones tan poco solventes, falsas, sobre España.
          Comunistas de la desaparecida República Democrática Alemana y socialdemócratas resentidos forman parte de esa formación de izquierdas. Que ellos pretendan darnos lecciones de democracia, libertad y justicia es irrisorio y hasta grotesco. Ya quisieran poder disfrutar de nuestras libertades y derechos, de la limpieza de nuestra justicia. Aquí, en el país que Die Linke denigra con acusaciones despreciables, respetamos la libertad de expresión hasta en aspectos ignominiosos. Pero eso no quieren saberlo. ¿Conocen nuestra historia? ¿Saben qué ha sido y es Cataluña dentro del Estado Español? ¿Están al día en el adoctrinamiento aplicado a la sociedad catalana, para animarla al independentismo primero, y después al enfrentamiento, según ellos pacífico y armado de flores, brazos en alto, cantos y aplausos? Sus fuentes no les han contado cómo una parte de esa sociedad desobedeció leyes y mandatos del Tribunal Constitucional, con la intención de que prevalezca el deseo de volem votar, expresión repetitiva, tediosa e insoportable por su reiterado uso. Ni le han contado cómo las turbas, espoleadas por sus líderes, hicieron frente a las fuerzas de seguridad con barreras humanas, escupitajos, golpes, resistencia, amenazas e insultos como los de hijo de puta, asesino, etc.

Manipulación de la realidad
         ¿Verdad que si a usted, político de Die Linke, le llaman hijo de puta y asesino, y además le escupen, iría a denunciar a sus agresores ante el juez? Los separatistas procesados no son presos políticos, por mucho que quieran repetirlo. Están siendo juzgados por cometer presuntamente los delitos de rebelión o sedición, malversación de fondos públicos y desobediencia. Y si al final queda probada su culpabilidad, caerá sobre ellos todo el peso de la ley por mucho que los sociocomunistas alemanes se empeñen en impedirlo. No intenten hacernos creer que el Sol gira alrededor de la Tierra o que Adán y Eva mordieron la manzana, porque nosotros no hemos llegado a ese nivel de credulidad. Ustedes, sí. Ustedes han picado como pardillos, manipulando una realidad evidente: la del funcionamiento claro y limpio de la democracia en España. Y por ende, de su justicia.
          Solicitar mediación internacional es pura comedia de Molière. Si quieren ver y comprobar el limpio y justo desarrollo del juicio del Procès, para intervenir luego donde nadie les ha dado vela, lo tienen fácil, no es necesaria la presencia física de terceras personas en el Tribunal Supremo. Sigan el curso de las sesiones por la televisión pública española, canal 24 Horas, o por la web del citado tribunal. Están al alcance y a la vista de todos. Por el contrario, ustedes ocultan la realidad de hechos y situaciones y la identidad de sus informadores. Se les ve el plumero al ocultar las fuentes, cuando lo honrado sería citarlas en la proposición, a pie de página, con este simple texto: Información facilitada por independentistas catalanes. Así Die Linke tendría al menos credibilidad y no haría el ridículo ante millones de españoles y europeos.- JT