lunes, 17 de julio de 2023

Elecciones: Subir o bajar, como en la montaña


 Si subir a la cima de una montaña exige esfuerzo y resistencia, además de presentar peligros cuando la ruta es de alto grado de dificultad, bajar de ella no es necesariamente cómodo y fácil ni tampoco menos peligroso. Hay descensos que presentan tanto o más riesgo que los ascensos. Descender por empinadas pendientes a pie entraña  a veces situaciones tan arriesgadas como las que uno encuentra cuando sube a la cumbre. Bajar en rapel (descenso por cuerda) es una actividad que no encierra mucho peligro si se usa bien y con prudencia. Además, hacerlo de esa manera es rápido y cómodo. Por esa razón el rapel se suele utilizar cuando la ruta tiene mucha inclinación y siempre al descender por paredes verticales.

Hoy día los políticos en España están en plena actividad de sube y baja. Alcanzar la cima (el gobierno de la nación) no es tarea fácil, y bajar de ella también presenta sus dificultades. En este caso, bajar es perder, y aunque se haga en cómodo rappel las consecuencias son devastadoras: se pierden cargos bien remunerados y también, en muchos casos, a compañeros y amigos a los que se les echó una mano para mejorar su situación económica. 

Observando la marcha electoral comprobamos cómo Alberto Núñez Feijoo, líder del PP, va subiendo con prudencia a la cima de forma segura y sólida, mientras que su adversario, el líder del PSOE actual, Pedro Sánchez, baja de manera evidente y rápida similar a aquel descenso que hizo en un aerogenerador de Iberdrola en 2014,  ayudado por Jesús Calleja. La mayoría de las encuestas le dan la derrota a Sánchez, salvo las que realiza el equipo demoscópico del señor Tezanos, que hasta ahora ha sabido avanzar de error en error en sus previsiones electorales.

Montañismo y política

Usar las características del montañismo o el alpinismo con relación a la política tiene sus similitudes. Existen facilidades y dificultades para subir, sin duda, pero no tantas para bajar. En esas rutas hay sendas marcadas por las que un político puede caminar con seguridad si se sabe andar por ellas. Por el contrario, salirse del camino suele ser una opción perjudicial. Mentir, insultar, prometer ayudas imposibles y asociarse a caminantes que quieren avanzar por el sendero a pasos agigantados, con la intención de cambiarlo radicalmente, es lo que en el argot de la escalada artificial llamamos grado de dificultad A6, una técnica usada hoy por muchos grupos políticos. Grupos que intentan subir a la cumbre a base de promesas más ficticias que reales, como es el caso de los 20.000 euros para jóvenes sin trabajo. Si esos partidos alcanzan la cima, España, sin duda, volverá a meterse en un mal camino.- JT