lunes, 25 de octubre de 2021

Paz sin guerra, diputado despedido, reforma de ley

          Vivimos tiempos de inestabilidad política. Basta con leer los periódicos para entrar en el escenario de un tira y afloja entre unos y otros, un escenario de mentiras y presunciones, de audaces y peligrosos desafíos a la normalidad y a la armonía entre pueblo y Gobierno. Acertado fue el Rey cuando nos advirtió en Asturias sobre la fragilidad de nuestra democracia. Estamos pasando de una democracia limpia a otra de tintes subjetivos, partidarios, ideológicos, en la que la vida en armonía sufre serios deterioros. Lean, lean detenidamente las noticias de estos días. ¿Verdad que a ETA la derrotó el señor Zapatero? ¿Realmente, no tiene mayor trascendencia el pateo a un policía? ¿Los proetarras no pueden pedir perdón a las víctimas de ETA? ¿Se derogará la Reforma de la Ley Laboral? ¿Si una ministra dice autoridadas, debemos aplaudirla? 
         Vayamos por partes. En una entrevista en televisión, el expresidente Zapatero, uno de los jefes de Gobierno peor valorados de nuestra historia, vino a decir que fue en su etapa presidencial cuando se logró pacificar a los fieros etarras. Daba la impresión de que fue él quien resolvió el conflicto. ¿Alguien se lo ha creído? Se afirma haber logrado la paz, y yo me pregunto, ¿con quién? ¿Con un grupo de sujetos que asesinaban y mataban indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños, con bombas o a tiros por la espalda? ¿Acaso había guerra? Pues por el lenguaje usado por el expresidente, parece que sí. Y lo cierto, en mi opinión, es que de paz, nada, porque no hubo guerra. Sí hubo, por el contrario, la persecución de una banda de criminales que dejó de matar en el momento en que Francia aceptó ayudar a España para acabar con ellos, y les cerró toda posibilidad de obtener refugio en el país vecino.
          Además, salvo en contadas ocasiones, la acción contra la banda fue poco eficaz durante muchos años. Inicialmente mataban a guardias civiles, militares, policías y niños. La cosa cambió cuando fueron políticos el objetivo etarra. Entonces la acción contra ETA ganó efectividad, para, finalmente, en el segundo decenio de este siglo, desarticular la banda gracias a Francia. Y en cuanto al hecho de expresar arrepentimiento por parte de los herederos de ETA, como es el caso de Otegi, la verdad es que no se esperaba. Este individuo sigue creyendo que las acciones terroristas de sus excompañeros fueron una guerra por la independencia de Euskadi. ¿En que mundo vive?

Acusan a Batet de prevaricación
          El exdiputado canario Alberto Rodríguez el Rastas fue condenado por el Tribunal Supremo por patear hace años a un policía. La sentencia lo inhabilita para el ejercicio de sufragio pasivo, o sea, que no podrá seguir ocupando cargo público. Tras perder el acta, abandonó Podemos, su partido. La reacción de los compañeros no se hizo esperar. PSOE y Podemos trataron de impedir el cese del diputado canario, pero una advertencia del alto tribunal obligó a la presidenta del Parlamento a cumplir la sentencia. El cabreo podemita llegó a extremos inconcebibles. Acusaron a los jueces de prevaricación, ¡alucinante!, y la secretaria general y ministra Ione Belarra
Alberto Rodríguez. La Voz de Galicia

, la que no sabe leer números romanos, demanda ahora a la presidenta Batet por haber retirado el acta de diputado a Rodríguez. Hace años dije en un comentario de este blog que con la entrada de Podemos en el Parlamento iba a comenzar el mayor circo político de nuestra etapa democrática. Pues ya ven. No iba muy descaminado. Lo que no entiendo es por qué el señor Sánchez, movido tal vez por su afán de mantenerse en el cargo, pacta con personas de tan precaria capacidad política en detrimento de su perfil de primer ministro.

Ley Laboral, ¿se derogará?
          Cojo la margarita y la voy deshojando: sí, no, sí, no... ¿Se derogará la Ley de Reforma Laboral aprobada por el Gobierno Rajoy y aceptada por Bruselas? Si hacemos caso a la ministra ferrolana Yolanda Díaz y a la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, pues sí, se derogará. Si el deshoje de la margarita me dice no, pues le haremos caso a la flor y no a las dos políticas citadas. Porque, al fin y a la postre, Bruselas es quien manda en cuestiones de financiación. Y de esto está bien informada la vicepresidenta primera del Gobierno, la coruñesa Nadia Calviño. Así que esa ley no se derogará. Otra cosa es que se efectúen algunos cambios en su contenido, como es deseo del PSOE. Pero de derogar, nada. Tal vez la señora Díaz ha querido introducir un nuevo término con el cambio de la palabra modificar por derogar, a lo que ya nos tiene acostumbrados. Nos propuso matria por patria y recientemente soltó lo de autoridadas, quizá con la intención de agregar un nuevo femenino a nuestro lenguaje, ¿o fue un lapsus linguae? La verdad es que hay que escuchar y hay que sufrir, pero esto es lo que hay.- JT