lunes, 25 de septiembre de 2023

¿Nos vamos al carajo...? Ellos, al metaverso en cohete

 

Los tres personajes acordaron reunirse en la suite presidencial del hotel más caro de la Gran Manzana neoyorquina, el Mandarín Oriental. Su precio supera los diecisiete mil euros la noche. Los tres amigos, bimillonarios, acordaron tomar una decisión para huir de este mundo. Les empezaba a parecer un mundo repugnante en exceso, falto de cultura y educación, repleto de políticos de desacreditada capacidad para gobernar. Políticos elegidos por multitudes de escasa o nula cultura, envenenados por el odio hacia todo lo que no fuese complacer sus deseos.

– ¿No os parece que debemos huir de la Tierra? -propuso Ariol, el más poderoso económicamente de los tres. Y añadió-: Os recuerdo que está contaminada, bien lo sabéis, por seres humanos de muy bajo nivel. Son esos seres que quieren imponernos sus estilos y su forma de vida, porque no soportan que haya personas como nosotros pertenecientes a un mundo superior en todo: en la capacidad intelectual, en la educación, en el patrimonio, etcétera.

– Sí, Ariol. Respaldo lo que dices, todo lo que dices -afirmó Gatesi-. Bien es cierto que todos esos seres carecen en gran parte de capacidad para gobernarnos. Toman las medidas que más les convienen para controlarnos a todos, ricos o pobres, seamos lo que seamos. Y, claro, como bien dices, en toda esa gente no predomina la riqueza financiera, pero sí debo subrayar que tampoco la intelectual, la cultural…

– Oye, Gatesi -le interrumpe Masku-, claro que no predomina en esa gente la riqueza a la que haces referencia. Pero debo decirte que más importante aún es la escasez o, en muchos casos, la falta de educación y fortaleza moral que permitan mantener, y respetar, la creación de sociedades en las que permanezca intocable la igualdad en derechos y deberes de todas las personas. Y también, debo añadir, el respeto mutuo entre quienes obtuvieron riqueza social y económica con su esfuerzo y capacidad, y quienes, por carecer de suficiente preparación, no logran el mismo objetivo.

– Vale, pero vamos al motivo principal de nuestra reunión, amigos. Os he citado aquí para haceros una propuesta extraordinaria -afirma Ariol.

– ¿Extraordinaria? -exclama Gatesi con gesto de sorpresa.

– Sí. Os digo en qué consiste -responde Ariol-. Nuestra vida en este planeta no es grata, está más bien invadida de envidias, acusaciones, maltratos sociales… sí, hay quien no nos quiere aquí, en la Tierra, porque disponemos los tres de mucho dinero ganado con nuestros esfuerzos. Y esa persona nos larga al infinito...

--¿Al infinito? -interrumpe Masku-. ¿Bromeas?

– No, no bromeo Masku. Lee los periódicos de hoy. Yolanda, una persona de nuestra clase gobernante, ha afirmado que como somos inmensamente ricos, tratamos de que este mundo se vaya al carajo…

– ¿Al carajo? ¿Enviamos a este mundo al carajo?

--Sí, así lo dijo. Y además afirmó que preparamos un plan para huir en cohetes al metaverso.

--¿Al metaverso? ¿A esa parte desconocida del universo…?

– Sí, allá… Lejos, muy lejos. ¿Sois capaces de responder afirmativamente a esa sugerencia?

Los dos amigos de Ariol le miran con gesto sorprendido. No esperaban que la reunión en este carísimo hotel de Nueva York tuviera como tema tan extraña propuesta. Aún así, aceptaron huir de este planeta. “La vida se hace insoportable con todo lo que está pasando”, dijo Masku.Y añadió: “Cuánto más lejos estemos de esas personas que no saben gobernar, y que además nos toman a nosotros, a quienes creamos riqueza, por repelentes sociales, pues nada, ¡carajo!, si os parece bien, huyamos de este mundo dominado por una clase política incapaz de resolver los principales problemas sociales y económicos que a tanta gente afectan. La Naso ya nos ha preparado el cohete para desaparecer cuanto antes del planeta Tierra. ¡Adiós, carajo!”.- JT


martes, 19 de septiembre de 2023

Respetar las lenguas no es jugar con ellas

 
Las lenguas cooficiales de España deben ser respetadas y conservadas, porque son bienes de incalculable valor. No es admisible que se utilicen como monedas de cambio. Todos hablamos castellano, sí, el idioma español que nos une no sólo en nuestra nación, también en gran parte del mundo, en especial con Hispanoamérica. Es el cuarto idioma más hablado de todo el planeta, después del inglés, el chino y el hindi. Y estos dos, es decir, las lenguas oficiales de China y de la India, ocupan esos primeros lugares por su número de habitantes, no por la extensión de ambas lenguas fuera de sus territorios. Recordemos que sus poblaciones se aproximan a los mil quinientos millones de habitantes cada una de ellas.

Nuestro Congreso de los Diputados acaba de hacer oficial el uso sin límites de las tres lenguas cooficiales de España y de algún dialecto. Además, cuando aún tenemos un gobierno en funciones, va la mayoría de diputados, alentada por la señora que preside ese órgano, y gastan dinero, el dinero que todos pagamos de nuestros impuestos, para fichar a intérpretes que actúen como traductores cuando las intervenciones de los parlamentarios se hagan en gallego, vasco o catalán. Es una medida que ha sorprendido a muchas personas. Porque, si todos los diputados conocen y hablan español, ¿a qué viene ese gasto? ¿Se hace para complacer a políticos cuyo objetivo, por lo que se ve y oye, es lograr la independencia de sus autonomías?

Una decisión como esta era de esperar. Entre otras razones, porque sanchistas y adláteres eligieron a la señora Armengol, militante del PSOE, para presidir ese órgano político. Fue presidenta de la comunidad autónoma balear, donde trató por todos los medios a su alcance de imponer el catalán (¡ah!, ¿pero no se habla el malloquín en las islas?). De la misma manera que se intenta llamar catalán al valenciano, idiomas ambos con muchas similitudes, pero repletos de variantes. Es como si queremos llamar gallego al portugués o viceversa. Aunque, eso sí, ambos fueron antaño un idioma común: el galaicoportugués.

Un miembro de nuestro gobierno alentó a Bruselas a que entrasen en el Parlamento Europeo las tres lenguas cooficiales de España (vasco, gallego y catalán). En especial, subrayó al catalán como un idioma hablado por más de diez millones de personas. O sea, que por su cuenta y riesgo incluye a valencianos e isleños como hablantes de la lengua catalana. ¿Error, desconocimiento, o insinuación a la UE sobre la personalidad de Cataluña como país independiente? De momento Europa no ha aceptado la propuesta del gobierno Sánchez. Me imagino que si hubiese alguna posibilidad de ser admitida, los Estados que conforman la UE empezarían a pedir la oficialidad en el Parlamento de las segundas o terceras lenguas habladas en cada uno de sus países. Y de ser admitida esa oficialidad, se armaría entonces un totum revolutum insoportable.- JT

domingo, 10 de septiembre de 2023

El terremoto, un peligro imposible de evitar

Foto de una calle afectada por el seísmo. CNN

No es necesario que haya guerras para destrozar lo que el hombre ha construido y liquidar seres humanos. Llevamos varios decenios sufriendo terremotos devastadores. Y por si eso no fuese poco, hay países, como es el caso de la Rusia de Putin, que ejercen de máquinas destructoras sin necesidad de que sean los seísmos los que acaben con vidas humanas.

El terremoto de Marruecos, que lleva ya registrados más de dos mil muertos y otros tantos heridos, y la destrucción de edificios de distintos tamaños y estructuras, es un fenómeno más de la composición de la corteza terrestre y de su manto. Hace miles de millones de años el planeta Tierra se creó formando una bola de intensísimo calor. Poco a poco se fue enfriando, pero dentro de su núcleo profundo la temperatura sigue hoy en los seis mil grados, es decir, parecida a la del sol.

La parte más superficial de la corteza terrestre está formada por la llamadas placas tectónicas. Hay más de una decena y están en permanente movimiento. Especialmente agresivas son la Euroasiática y la Africana. Ellas producen devastadores seísmos. España, por ejemplo, está sobre la placa Euroasiática. No así Ceuta, Melilla y las islas Canarias, que reposan sobre la Africana. Además, al chocar las placas entre sí se producen elevaciones montañosas que van creciendo mientras se mantiene la presión entre ellas. Así es como la cordillera himaláyica, por ejemplo, no deja de aumentar sus altitudes aunque sea muy lentamente.

Como antes digo, en los últimos siglos son muchos los terremotos destructores que se han registrado en todo el planeta. Revisando datos históricos recordamos que el mayor seísmo ocurrido hasta hoy lo tuvo China, en el siglos XVI. Causó la muerte de más de ochocientas mil personas. Más cercano en el tiempo tenemos el de Chile, en 1960, cuya potencia alcanzó los 9,5 grados. Una barbaridad porque, según los expertos, a partir de los siete grados (escala Richter) los daños que se producen son muy graves, y ya no digamos si la magnitud llega a ocho.

Un país sumido en el dolor

Marruecos sufrió en 2004 un seísmo de magnitud 6,3. Fue en la zona norte del país. Produjo centenares de muertos y heridos. El seísmo de estos días ha sumido de dolor al país vecino y también a todos los que por encima de diferencias ideológicas y espirituales sufrimos la pérdida de seres humanos. La causa principal de los terremotos son los movimientos de las placas tectónicas, en este caso la Euroasiática y la Africana que cimenta a Marruecos. Para evitar consecuencias catastróficas, se debe de tener muy en cuenta el material a usar en la construcción de edificios. Deben ser más flexibles que rígidos para evitar su derrumbe, como se hace en otras zonas de la Tierra, por ejemplo en Japón. La madera es un elemento bastante sismorresistente. También el uso del hormigón o el acero estructural. Otra opción importante para evitar o reducir daños graves en caso de seísmo es edificar sobre suelos rocosos o, al menos, firmes y sólidos.

Entre los testimonios de pesar y solidaridad por lo ocurrido, expresados por nuestros gobernantes a Marruecos, tiene especial relevancia el de nuestro Rey Felipe VI. Su Majestad envió a Mohamed VI el pésame en nombre propio, en el del Gobierno de España y, sobre todo, en el de todos los españoles. Y así es. Todos sentimos dolor por quienes han muerto víctimas de un suceso inevitable. Que no olviden ahora quienes gobiernan ese país la necesidad de dotar a las viviendas de protección antisísmica. En el caso de un terremoto, el número de víctimas sería mucho menor si no se derrumban fácilmente los edificios o partes de sus estructuras.- JT