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Con la venia, señor Sánchez: ha errado
usted
el camino (El Periódico)
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Me parece infame la actitud del
socialista Pedro Sánchez tras las declaraciones del
presidente del Partido Popular en el juicio del caso Gürtel. No se le
ocurrió otra cosa que pedir la inmediata dimisión de Rajoy.
Así, sin más, que se vaya de inmediato de la presidencia del
Gobierno. Punto. ¿Está de coña este joven político? ¿Toma el
pelo a los ciudadanos con sus absurdas reacciones infantiles pero
cargadas de mala uva? Sánchez deja al socialismo
democrático por los suelos. Creo que debería abandonar el PSOE y
fundar con sus acólitos un nuevo partido. Por el camino que sigue,
la bofetada electoral que se va a pegar será superior a la de sus
homónimos franceses, quienes acabaron poco menos que diluyéndose.
Va dado si cree que con la deriva hacia la izquierda radical
recuperará el sufragio perdido. Esos votantes huidos primero con
Rubalcaba y seguidamente, y en mayor medida, con Sánchez,
cuando fue candidato a la Moncloa, no los recuperará. Votarán a
Podemos, a Ciudadanos, al PP o se abstendrán. Pero mientras siga él
al frente del PSOE, no veo que la gente quiera votarle.
PURGAS
PURGAS
La purgas en el PSOE indignan a
quienes han venido depositando su confianza en un partido serio y
prestigioso. Políticos de la talla de Corcuera, Paco
Vázquez, Felipe González, Alfonso
Guerra, etc., se han visto menospreciados por la nueva
ejecutiva socialista. Unos ya abandonaron el barco. Otros siguen,
pero sus consejos son desatendidos y sus opiniones infravaloradas. El
caso de Alfonso Guerra levanta ampollas. Sánchez quiere retirarlo de
la presidencia ejecutiva de la Fundación Pablo Iglesias. Su apoyo a
Susana Díaz y las discrepancias entre ambos sobre el separatismo catalán van a dejar a Guerra fuera de juego.
La presencia de Sánchez ante los
medios para pedir a Rajoy que dimita fue en mi opinión ridícula y
desacertada. No era lugar ni momento para exigir su cabeza. El
presidente del PP actuó como testigo, no como investigado. Es decir,
no compareció para que lo juzgasen, sino para testificar sobre
aspectos del caso Gürtel ante unos acusadores que lo interrogaron
como si fuese inculpado. Pero el secretario general del PSOE se tomó
muy a pecho la comparecencia, y no tardó en subir a la palestra para
protagonizar ante el micro, papel en mano, gesto serio y voz grave,
una de las ruedas de prensa más grotescas de los últimos tiempos.-
JT