jueves, 18 de junio de 2020

Un vídeo que pone los pelos de punta

No aprendemos. Aún quedan sujetos que basan en la violencia la solución a los problemas cotidianos. En este caso, el autor, que parece no estar conforme con el actual gobierno de España, resuelve el problema a tiros. Y además ejecuta su protesta con una suficiencia y chulería propia de un sietemachos. Acabo de ver en un periódico el vídeo del tipejo realizando prácticas de tiro en lugar cerrado. El hecho no tendría repercusión si no fuera porque en las cinco dianas sobre las que dispara están las fotos de Pedro Sánchez, Marlaska, Iglesias, Irene Montero y Echenique.
Calvo y barrigudo, el verdugo se pone en posición de tiro y una voz grita ¡ejecución! Suenan entonces cinco tiros de repetidora y una a una van cayendo las dianas con las mentadas fotos. Es una ejecución múltiple, de ficción; un magnicidio figurado que parece enorgullecer a su autor. Al terminar, el hombre se gira hacia la cámara que graba la escena y con cara de pánfilo irresponsable remata el simulacro con un corte de mangas.

Distintas varas de medir
La grabación ha sido difundida, pero no sé con qué finalidad, porque perjudica gravemente a quienes la han protagonizado. ¡Qué se pretendía con el lanzamiento de esas imágenes a todo el mundo? ¿Asustar al Gobierno, mostrar desacuerdo con su gestión, expresar odio hacia quienes tienen ideas políticas contrarias, acabar a tiros con políticos de otra cuerda…? Sea lo que sea, hay que ser muy tonto para grabar un vídeo simulando un magnicidio y difundirlo. Da la impresión de que el protagonista tiene más barriga que cabeza, más odio que comprensión, más ganas de asustar que de expresar su protesta contra un gobierno que gestiona fatal.
La reacción del Gobierno no se hizo esperar. Ya se han dado órdenes a la policía para que identifique a los autores del vídeo y se proceda contra ellos. Ha sido una reacción rápida. No cabía esperar otra cosa. Sin embargo, la rapidez de reacción no parece ser la misma que la que se produce cuando pintamonas catalanes o vascos independentistas queman en la vía pública fotos de nuestros reyes. Hay en la izquierda distintas varas de medir. Personalmente, esas quemas me ofenden tanto como los tiros del sujeto del vídeo. Si su actitud es calificada de delito de odio, ¿qué calificación habrá que darle a la muerte ficticia en la hoguera de nuestros máximos representantes, Felipe VI y su padre? JT