miércoles, 28 de junio de 2023

El cara a cara de Sánchez y Motos en Antena-3

Motos y Pedro Sánchez en El Hormiguero
Alabé al señor Pedro Sánchez hace años cuando apareció por primera vez como candidato a la presidencia de España. Me parecía una persona seria, responsable y con capacidad para gobernar. Pero, pasado el tiempo, aquella imagen inicial que tenía de él se fue transformando en la de un político fácilmente alterable en todas sus proposiciones. Hoy decía una cosa, pero no tardaba en afirmar lo contrario. Fue audaz y valiente en el descenso en rapel que protagonizó con Jesús Calleja desde lo alto de un aerogenerador, y también en la escalada al Peñón de Ifach. Parecía tener aptitud para ser un buen gobernante. Mas hoy su personalidad política ha decaído de tal manera que una gran parte de sus compañeros del PSOE ya no lo apoyan.

Ayer lo vimos cuando fue entrevistado por Pablo Motos en el programa El Hormiguero, de Antena 3. No paró de hablar, hablar y hablar, en respuesta a las preguntas que le hacía su interlocutor. Justificó todos los reproches que le hace la oposición, desde su uso habitual de la mendacidad hasta los increíbles pactos con comunistas, separatistas y bildurretas. Y al oírle hablar tanto, tan rápido y sin pausa, parecía pretender con ello que Motos le hiciese pocas preguntas. Su actitud decepcionó a muchas personas que esperaban de él un comportamiento serio y formal, dentro de las reglas que definen a los buenos políticos.

Uno de los temas más reiterativos fue el de preguntarse el propio Sánchez qué pretendía Feijoo, su adversario del PP, con la acusación de que tratará de derogar el sanchismo. El líder popular usa habitualmente esta advertencia al referirse a lo que hará si gana las elecciones. Y aunque dice ignorarlo, estoy seguro de que el señor Sánchez sabe perfectamente qué es lo que se pretende derogar.           

También yo (y no soy de ningún partido) utilizo desde hace años en mis comentarios la expresión sanchismo. Comencé a usarla al comprobar cómo la política de Pedro Sánchez poco o nada tenía que ver con la socialdemocracia que durante muchos años ejerció el PSOE en España. Sánchez tomó la dirección del partido al ser elegido por sus militantes secretario general, y de manera rápida fue alterando el proceder socialdemocrático heredado de políticos de la talla de Alfonso Guerra, Solana, Rubalcaba, González, Borrell, Leguina, Vázquez, Redondo, Bofill, Corcuera, etc.

Para no confundir al PSOE con la política ejercida por Pedro Sánchez, el empleo del término sanchista deja clara la diferencia entre una y otra tendencia. Así, hablar del sanchismo es expresar que no se trata del partido socialista histórico español, sino de una derivación poco eficiente de este grupo político llevada a cabo por un militante de sorprendente y desorbitada actitud y actuación en sus tareas de gobierno. Derogar el sanchismo es hoy, pues, un deseo bastante generalizado del pueblo español (lógicamente con excepciones más o menos numerosas). Y hasta donde entiendo, no se trata de derogar ninguno de los logros sociales o económicos beneficiosos para los ciudadanos, sino aquellos que desencajan y obstruyen la convivencia social armónica y el peso de una política económica de impuestos y precios que hace penosa la vida diaria.- JT

Récord histórico de audiencia de El Hormiguero con Feijoo

Pablo Motos entrevista al líder del PP, Alberto Núñez Feijoo

 Ayer miércoles fue Alberto Núñez Feijoo el político entrevistado por Pablo Motos en El Hormiguero. El dato de audiencia facilitado por Atresmedia da como resultado que el programa obtuvo una cuota de pantalla histórica, la mayor lograda por ese espacio televisivo desde su comienzo en el canal Cuatro, en 2006, y a partir de 2011 en Antena-3. Ha sido un 25,9 por ciento de audiencia, cifra superior a la obtenida por Santiago Abascal (23,5), Isabel D. Ayuso (23,2) y Pedro Sánchez (22,8).

Este resultado es un dato más que añadir a las posibilidades de éxito electoral del líder del PP en las elecciones del 23 de julio. En su intervención, Feijoo mostró simpatía, prudencia, seriedad, buen humor y deseos de contribuir con su trabajo a que España recupere los valores sociales y económicos perdidos o deformados por el actual gobierno. Además, dejó a Motos hacerle todas las preguntas que quiso. No extendió excesivamente sus respuestas, contrariamente a lo que hizo la noche anterior su adversario, el señor Sánchez, en el mismo espacio televisivo. Un presidente de España hablador y hablador, hasta el punto de aburrir al más paciente de los espectadores.- JT