martes, 2 de abril de 2019

Ainhoa Arteta: si lo sé no vengo, o algo parecido

Raúl Parejo emocionó a Ainhoa Arteta
        Confieso que yo también me emocioné el pasado sábado al escuchar la voz enternecedora y seráfica de aquel angelito de Prodigios. En esta segunda entrega, el nivel de los niños y niñas participantes se mantuvo a la altura del primer programa emitido por la uno de TVE. Grandiosas voces, grandiosas ejecuciones de baile clásico, grandiosas interpretaciones con instrumentos tan dispares como el piano, la trompeta y el violín. Si usted aún no ha visto este espacio, no se pierda las próximas emisiones. Quedará cautivado por la calidad artística que tan cándidos y menudos personajes derrochan en el escenario.
        La soprano guipuzcoana Ainhoa Arteta, una de las más grandes joyas del mundo en canción clásica, dio muestras de extraordinaria sensibilidad durante la actuación del jovencito Raúl Parejo, de voz fina, angelical, propia de los mejores Sängerknaben vieneses (niños cantores), capaces de elevarnos a la gloria con el sonido de sus voces. Ainhoa no pudo contener el llanto al escuchar aquel sonido puro e inocente, perfectamente modulado, de clara dicción y rica expresividad, y de respiración e intensidad bien controladas. Fue el canto de un niño al que se le augura un futuro prometedor. Su voz cambiará con los años y, si no se malogra, será un tenor excelente.
        Al llegar el turno de selección de semifinalistas, Ainhoa se vio en un gran aprieto. Tanto es así que una y otra vez tuvo que expresar a voces sus dudas sobre si seguir o romper el contrato porque, eliminar a esos pequeños pero grandes artistas, era tarea muy dolorosa, pues todos estaban al mismo nivel. A un nivel muy alto para su edad en las modalidades de canto, danza e interpretación instrumental establecidas en el concurso. Sospecho que la soprano debió de pensar “si lo sé no vengo”, cuando se vio comprometida a elegir al mejor de los concursantes primus inter pares, es decir, todos primeros entre iguales en calidad artística. Dura tarea, pues, la que le tocó a ella y a sus dos compañeros de jurado, el excelente bailarín de danza clásica Nacho Duato y el no menos valorado director de orquesta Andrés Salado. En fin, la eliminatoria continúa, y si los nuevos participantes mantienen el nivel de los que actuaron en los dos primeros programas, los miembros del jurado tendrán que seguir eliminando, por cruel que sea la decisión, a unos niños y niñas prodigios, todos ellos, en sus distintas modalidades artísticas.- JT