lunes, 21 de diciembre de 2020

El rebaño del Covid-19 y sus pastores

    A lo largo de la historia el concepto de masa ha tenido variadas interpretaciones. Somos masa porque disfrutamos de los mismos derechos y deberes, sin diferencias ni distinciones entre unos y otros. Dicho sin pretensión académica, la masa de hoy día es la capa social formada por los pobres y por una clase media camino de la ruina. Sin embargo, en un alineamiento vertical aparece otra clase superior, la de las élites económicas, donde no cabe hablar de uniformidad por el carácter variable de los estratos que la componen. Hay en ella ricos, muy ricos y multimillonarios en permanente estado de variabilidad económica por las oscilaciones de los mercados. En países de régimen comunista la masa la forma el pueblo, no hay en teoría clases sociales, pero sí en la práctica. Porque sobre esa masa popular está el establishment, grupo político elitista beneficiado social y económicamente, con potestad para controlarlo todo, imponer sus criterios y castigar a quienes los transgredan. ¿Le suenan a cercanía estas últimas características?

Masa igual a rebaño. Todos al mismo
nivel y obediencia al pastor
 
Si pasamos de la sociedad  humana a la animal hallamos  conductas similares porque, aun siendo el hombre un  bípedo, se comporta generalmente como cuadrúpedo. Pongo por caso a la oveja. Su gregarismo y  forma inalterable de conducirse en rebaño se asemeja al hombre masa, al que vive en plenitud de obediencia a los líderes y acepta cumplir todo lo que estos le impongan. Esos líderes son los pastores. En la masa o en el rebaño no hay picos ni pozos. Nadie sobresale. A todos se les mide por el mismo rasero, porque son más fáciles de conducir. 
Ortega definió al hombre-masa como individuo sin tradiciones, valores ni individualidad o autonomía. Hoy caen de nuevo los valores, la individualidad cede a las presiones del líder y las tradiciones pierden consistencia, como la celebración de la Semana Santa. Claro que de momento el hombre sigue caminando sobre dos patas, aunque, al paso que va, no tardará en volverse cuadrúpedo.

La pandemia consolida la masa
    La pandemia del coronavirus o peste china está acentuando la formación y propagación de la masa. La tendencia de los gobernantes españoles tira por ahí, especialmente en los de extrema izquierda. Tratan de rasar la sociedad al nivel más bajo, como si quisieran implantar el establishment una vez conseguida la igualdad social. El maldito virus nos trae a todos en vilo. Son tantas las opiniones, y tan dispar el resultado de las investigaciones de científicos que uno no sabe a quien hacer caso. Nos confinan, nos llenan de incertidumbre ante la eficacia de una u otra prueba, unos dicen esto y, a los pocos días, otros dicen otra cosa. ¡Vaya gallera en la que nos han metido! 
    Y todo lo que ocurre se debe, según la versión más difundida, a la negligencia de unos chinos a los que se les escapó la grasienta molécula del laboratorio de Wuhan. ¿Pero fue negligencia o experimento? La confusión es tal, que nadie da una respuesta creíble. Hay muchas opiniones, mas precisamente es la diversidad de criterios lo que impide obtener una explicación real sobre lo ocurrido. Hay quien piensa que la pandemia podría tener finalidades demográficas. Dicho en román paladino, que el virus fue manipulado y propagado con la intención de reducir la población mundial, próxima a los ocho mil millones de habitantes. Sólo en la India hay más de mil trescientos millones. Es muy aventurado creer que fue ese el objetivo, pero, como digo, opiniones no faltan y la confusión abunda. Mas dudo mucho de que se llegue a saber la verdad sobre las causas de una peste portadora de ruina y muerte por doquier.- JT

jueves, 10 de diciembre de 2020

La opinión de un coruñés que da en la diana

Santiago Rey Fernández-Latorre, editor y presidente de La Voz de Galicia, publica hoy un artículo sobre la pandemia del coronavirus y la desvergüenza de los actuales gobernantes. La enfermedad contraída por un amigo, la maldita covid-19, mueve al articulista a censurar la actitud de quienes carecen de capacidad para resolver una crisis social y económica de dimensiones gigantescas. ¿Cómo explicarle a mi amigo -se pregunta el autor- que mientras él sufre su enfermedad, su miedo y su desamparo, los que lo representan se dedican a la refriega partidista? En mi opinión, el aislamiento, la soledad, el desvalimiento que padece un enfermo de coronavirus es de unas dimensiones aterradoras. Sólo en las guerras se dan situaciones similares. Pero no vivimos hoy un conflicto de armas y trincheras, no es un problema de violencia sino de salud y bienestar colectivo. Y, sobre todo, como dice Rey, de refriega partidista.

Estamos en manos de políticos cuya incompetencia es proporcional a su carga de ambición. Así alcanzan puestos de alto nivel económico, sitúan en cargos similares a compañeros de viaje y, con más cara que decoro, también a los amigos. La situación tendrá que romper por algún lado. España no puede seguir soportando tanto desvarío, tanta necedad y tan altos niveles de incompetencia. Esto lo digo yo. Pero lean ustedes a Santiago Rey. Su reflexión sobre las consecuencias de la enfermedad y la actitud de los políticos  no tiene desperdicio. Aquí dejo el enlace para acceder al texto del distinguido articulista coruñés. Cópielo y péguelo en su navegador.- JT

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2020/12/10/amigo-puede/00031607557820358139834.htm

viernes, 4 de diciembre de 2020

Allegados -palabra difusa-, pero con mascarilla

El tumbaburros aclara dudas
El tumbaburros aclara dudas
¿Sabe usted si es un allegado? Pues vaya averiguando qué significa esta palabra, porque el ministro señor Illa la ha incluido para referirse a los participantes en banquetes de las fiestas de Navidad. El verbo allegar tiene como sinónimos arrimar, acercar, recoger, acopiar, reunir, juntar. Y para allegado, el diccionario nos da pariente, deudo, cercano, próximo, etc. Así pues, sepa qué es usted si desea participar en la cena de Nochebuena o en la comida de Navidad en familia o en comunidad de allegados. La palabreja dificulta entender a qué se refiere esta condición de obligado cumplimiento. Si allegado es también alguien próximo o cercano, además de pariente, pues invitemos a cenar en casa a nuestros vecinos, o a la novia, o al panadero, o al peluquero, o al sastre o al cartero, es decir, a todos aquellos con los que tengamos una estrecha amistad. Cada día observamos cómo la capacidad cognoscitiva de algunos gobernantes es tan corta como su destreza en tareas de estado. Un buen amigo me dijo ayer que va a invitar a su novia a cenar, pero teme ser sancionado. Si autorizan a los allegados a participar en la cena, ¿hay alguien más cercano a mí que mi novia, me multarán si la llevo a mi casa esa noche?, se pregunta. 

Ignoro si son funcionarios o expertos quienes emplean el lenguaje con tan poca precisión. No es un tema menor, porque se trata nada menos que de reunir a las personas más cercanas, familia próxima y demás parentela, en celebraciones de tradición tan arraigada como son las fiestas navideñas. Dígannos, precisen, maticen el difuso y confuso término allegados para tener claro a quiénes se refieren. Si en vez de allegados ponen parientes, pues comprendido, aunque pueden ser cercanos o lejanos. Pero si me ponen allegados a secas, entiendo por qué mi amigo duda sobre si puede o no invitar a su novia a cenar.

Mascarita, ¿no me conoces?
¿Se acuerdan del saludo de mascarita, no me conoces? Pues de la mascarita a la mascarilla que hoy usamos contra el contagio del Covid-19 hay dos diferencias fundamentales. Aquella era la máscara de una celebración divertida. Se reía, se bailaba, se realizaban actos picarescos. Había permisividad y descontrol. No es de extrañar, porque los romanos del imperio festejaban de esa guisa al dios Baco, el del vino, no sé si ya entonces caldo de buen paladar o muy cargado de tanino. En el medievo la fiesta adoptó matices cristianos, sobre todos ortodoxos, obligando a las gentes a privarse de comer carne durante cuarenta días. Mas la mascarilla actual poco o nada tiene que ver con la carnavalesca. Se impuso para combatir la pandemia. Al principio parecía innecesaria para nuestros gobernantes y para la mismísima OMS . Hoy nos la imponen. Si te ven sin ella en espacio cerrado, o en abierto sin guardar la debida distancia, ¡multa! Ahora, la importancia del tapaboca es altamente valorada.

En un informe de un grupo de científicos, publicado por la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, se considera imprescindible el uso de la incómoda prenda facial. Dicen que es necesaria para evitar contagios, y si aún así se producen, sus consecuencias suelen ser leves porque disminuye la dosis de penetración del virus en nuestro organismo. O sea, que nos recomiendan su empleo por ser el medio más efectivo para reducir el avance del maldito virus chino. ¿Y ahora -me pregunto-, a quién creemos? ¿A estos científicos, o al portavoz experto en epidemiología del Gobierno, Fernando Simón, quien durante tantas semanas rebajó la eficacia de la mascarilla haciéndola poco menos que innecesaria?

Debate para besugos
Acabo de ver en el programa de Tele5 de Ana Rosa Quintana una tertulia. Participaban políticos del PSOE, Podemos, PP y un ex de Ciudadanos. Traté de averiguar de qué hablaban, mas tuve que esforzarme para saberlo. Gritos, interrupciones constantes entre unos y otros, usurpaciones de la conversación, desmentidos… ¡Madre mía, que escasa educación! Poco pude entender, pero me quedó claro que todos mienten. Al menos de eso se acusaban entre ellos. Mienten y miente y no dejan de mentir. Era como un diálogo para besugos en tasca de barrio. ¡A qué bajo nivel ha caído la política! Minutos antes escuché en Antena-3 una entrevista al exministro de Felipe González, el jurista Tomás de la Quadra-Salcedo. Su habla tranquila, sin estridencias; sus profundos conocimientos de los problemas de España, su clase de hombre culto y educado me sirvió para llegar a esta conclusión: la diferencia entre los políticos de la Transición y los de hoy es tan abismal, que da vértigo.- JT

lunes, 2 de noviembre de 2020

Protestas violentas por anular libertades fundamentales

Llevamos ya tres noches de protestas violentas en varias ciudades españolas. La masa humana se desborda, rompe, asalta, roba, incendia… y es a las fuerzas del orden a las que les toca repeler a los asaltantes de calles, tiendas y mobiliario urbano. Los políticos, a su palabra. Descalifican a los violentos, algunos los encuadran ideológicamente, pero no hay nada más. Los encuadran en la extrema derecha y en la extrema izquierda, pero sin dar pruebas de su acusación. 
    España está sufriendo los asaltos de un carajal movido por fuertes deseos de protesta y rechazo a la situación del país. Gobierno y partidos condenan los incidentes con palabras, sólo palabras, pero no toman medidas urgentes y eficaces para acabar o al menos reducir el penoso estado económico y el no menos controlado y disminuido bienestar. El estado de alarma restringe libertades. Y si a esto añadimos el desempleo juvenil, incrementado con el cierre de muchas empresas y pequeños negocios, no debe entonces extrañar que se arme la de Dios es Cristo, como ocurrió en el concilio de Nicea del que Arrio salió hereje. 

"Ni izquierdas ni derechas, somos de abajo",
dice la pancarta (Foto Cadena SER) 
Lo peor que le puede pasar a nuestros jóvenes es no tener un puesto de trabajo que les permita independizarse de sus padres y crear una familia. Sin ingresos económicos, la vida se complica, no hay estímulo que impulse a seguir por cauces de normal convivencia. Y si además se les corta el único aliciente que les queda, la libertad de tránsito y reunión, no debe sorprender que haya reacciones como las de estos días. El caso de los hooligans tiene su propias características. Disfrutan de la violencia porque se han acostumbrado a ejercerla para defender a sus respectivos equipos. Poseen esa sinrazón del hombre masa de la que nos habló Ortega. Lo que su equipo perdió en el campo, quieren después ganarlo atacando agrupados a los seguidores del conjunto rival. 

Ni trabajo ni comida
    Los disturbios de estos días son intolerables. Habrá que tratar de evitarlos en el futuro de manera democrática y eficaz, no con palabras condenatorias y frases para la hemeroteca. Aunque mucho me temo que la situación se complique con este gobierno que nos toca aguantar. Además de la escasez de trabajo, la carencia de dinero para comer en millones de hogares, cuyo único recurso son los bancos de alimentos, puede encender la mecha de una violencia de extremos insospechados. 
    El hombre primitivo formaba grupos de cazadores-recolectores, vivía en masas organizadas que seguían fielmente a sus líderes. En lo sucesos de estos días no hay líder físico, pero los alienta un denominador común: el sometimiento a unas restricciones duras de acatar entre los jóvenes. Por otra parte, la herencia del homo sapiens sapiens que llevamos dentro, con toda su carga de primitivismo, aflora en toda su irracionalidad cuando se ven coartados derechos fundamentales como los de reunión y tránsito, por mucho que se justifiquen, en la lucha contra la pandemia. Lo hemos visto en los sucesos del fin de semana, donde ese hombre masa orteguiano, el hombre de la sinrazón, se dedicó instintivamente a ejercer la violencia en calles y comercios de España destruyendo y robando todo lo que hallaba a su paso.- JT

jueves, 22 de octubre de 2020

Moción de censura: marcando territorio

En el mundo animal hay algunas especies que registran su propiedad por medio de la micción. La usan como advertencia al intruso, para que este sepa a quien pertenece el terreno que está pisando. Además, sirve para proteger de amenazas a la manada que el líder controla. Esta característica de los cánidos y de otros animales la vi en la sesión de ayer del Congreso, donde las señoras y señores diputados debatieron sobre una moción de censura al presidente del Gobierno. Fue larga, de intervenciones reiterativas y contumaces, y con resultado previamente conocido: fracaso absoluto. El señor Sánchez y su corte de ministros seguirán, pues, ejerciendo el gobierno de la nación.

Final previsto: Sánchez sigue. EFE
Pero no, no voy a equiparar el comportamiento de los diputados con el de los cánidos. Líbreme el cielo de llegar a tan grosera comparación. Aunque sí he observado que mientras el animal usa la orina para defender su independencia, el político, en este caso, acude a la palabra para hacer lo mismo, es decir, lanza la advertencia de que este es mi territorio, que nadie se llame a engaño y que quien pretenda invadirlo se las entenderá conmigo. Escuchando la intervención del señor Casado, líder del PP, en contra de Vox, quedó claro que los populares tratan de afianzarse en el centro político, zona donde se encuentra el mayor caladero de votos. Casado fue implacable con su socio de gobierno en comunidades autónomas. Sólo le faltó calificar de fascista al señor Abascal para completar su duro -aunque esta vez brillante- discurso. Abascal se mostró contrariado por los ataques del líder del PP, pero como buen caballero expresó su intención de seguir apoyándolo para impedir el avance de la izquierda, en especial de la extrema izquierda y de los secesionistas.

Desprecio y odio
En realidad la sesión no nos dio nada nuevo, salvo el marcaje de territorio realizado por la derecha. Todo estaba previsto. Todo estaba preparado para machacar a Vox. Sánchez estuvo frío y distante en sus intervenciones, como es habitual en él. El vicedós quiso ofrecer en plan papucho un discurso de alto nivel, con muchas citas (no sé si de libro o de Wikipedia) y con despliegue pedagógico para demostrar sus dotes de profesor. A su vez, Adriana Lastra, portavoz del PSOE, estuvo floja. Leyó los papeles en tono monótono, hasta el punto de que al cabo de un rato dormía a las ovejas. Y los demás como siempre. Caña al mono (en este caso a Vox), con expresiones de desprecio absoluto: fascistas, franquistas, antieuropeos, racistas, etc. Por algunas bocas vi salir desprecio, odio, basura, cuando lo que uno espera de tan altos representantes es un comportamiento ejemplar, aunque encierre dureza, para que los demás aprendamos de ellos.

En resumen, dieron un mal ejemplo de civilidad. Todos. Hasta esa derecha (ahora autoproclamada centro) que ayer se salió de madre. Muchos de sus representantes interrumpieron la intervenciones de diputados de la izquierda con gritos y palabras gruesas. Así pues, con estos gobernantes y sus socios, con estos parlamentarios, no debe de extrañar que la pandemia crezca, la división de poderes esté en entredicho y la monarquía, ejercida por un joven rey cuya legitimidad fue refrendada el 19 de junio de 2014 por las Cortes Españolas, se vea amenazada por comunistas y visionarios independentistas con la intención de establecer una nueva república a la que poder controlar.- JT

viernes, 2 de octubre de 2020

Jurar o prometer, y despreciar lo aceptado

Jurar o prometer son dos términos que tienen el mismo significado, el mismo grado de responsabilidad para quienes los utilizan. Un testigo no puede mentir ante el juez por mucho que prometa o jure no hacerlo. Estaría expuesto a una pena de prisión. La promesa, en estos casos, tiene la misma responsabilidad moral y jurídica que el juramento. El uso de una u otra fórmula es cuestión de ser ateo o creyente. El primero suele prometer, el segundo jurar. Ahora bien, en el mundo de la política se transgrede de manera manifiesta y descarada lo prometido en una toma de posesión, cuando tanto los nuevos altos cargos como los representantes del pueblo en las Cortes tienen la obligación de prometer o jurar de acuerdo con la ley y observar absoluto respeto al compromiso que han asumido.

(ConNuestroPeru.com)

Estos días vemos cómo algunos miembros de Gobierno toman su promesa por el pito del sereno. Y lo más indignante es que no pasa nada. Se levanta mucha polvareda informativa, se acalora el clima en los debates mediáticos, pero no ocurre nada más, no hay ninguna acción legal contra tan ignominiosa falta de respeto a la ley. Aunque de cuando en vez aparece un jurista progre que interpreta la libertad de expresión a su manera, para poner en duda la ilegalidad de tan infame desprecio a nuestra Constitución y demás leyes y, por ende, a los ciudadanos. Estamos bajo la égida insoportable de insolentes personajes, propios de novelas cervantinas, lejos de la realidad social y económica de nuestros días. Novelas de pícaros, golfos, mentirosos y falsarios. Unos por estrategia política, otros por consentimiento, resquebrajan con su intolerable proceder la España tranquila y productiva de los últimos cuarenta años.

Cayó Quim Torra  

Firme sentencia del Tribunal Supremo, en mi opinión merecida, pero corta, la impuesta a un político que lleva tiempo ofendiendo a sus compatriotas españoles de palabra y obra con insultos como bestias carroñeras, hienas, etc. Quim Torra el Inhábil se cree un ser superior, no sé por qué, cuando él no destaca en nada, ni tan siquiera en política, solo en secesión, no sabe gobernar, ahora levanta el puño, ¿ya es comunista? Vaya vaya, !qué ingenuidad! Desobedeció la ley y esta le cayó encima: año y medio de inhabilitación para ejercer cargo público y multa de 30.000 euros. Poca condena si se tiene en cuenta su arrogante actitud de desobediencia reiterada a la justicia. El telón se corre, pues, tras una desastrosa etapa de gobierno, pero el actor principal se lleva en la mochila el sustancioso retiro de los ex: un ochenta por ciento de su sueldo anual de 153.235 euros. Y cuando se jubile, más de 90.000. Todo un chollo. No debe de extrañar que haya tanto candidato a cargo público de alto nivel.- JT

sábado, 29 de agosto de 2020

Al cole en bici o en el coche de San Fernando

Uno ya no sabe cómo asimilar tantas propuestas estúpidas. Recordemos algunas de las últimas. El vicepresidente Iglesias propuso naturalizar el insulto a los periodistas. La ministra de Exteriores calificó de peleas los debates entre primeros ministros de la Unión Europea, en sus reuniones para aprobar partidas económicas de ayuda a los países más afectados por el Covid. Y recientemente, la ministra de Educación, en nota difundida por su ministerio, aconseja a los estudiantes acudir a pie a los centros o bien ¡en bicicleta! Sí, han leído bien.

De la web Rutas en bici
Cierto que el uso del transporte público en pleno recrudecimiento de la maldita peste china es una aventura a la que no deben exponerse nuestros jóvenes. Por mucho que tapen con mascarilla boca y nariz, el corona acecha por todas partes. No está solamente en las gotas minúsculas que expulsa al hablar la gente contagiada. Hay otras vías de transmisión, las manos especialmente. Si uno toca donde antes lo hizo un portador del virus, es muy posible que se contagie. Y como a nuestros estudiantes hay que protegerlos, pues a la señora Celaá no se le ocurre mejor cosa que el coche de San Fernando o la bicicleta. El primero, ya lo saben, es el que hace el trayecto un poquito a pie y otro poquito andando. Y el uso de la bicicleta queda reservado sólo para aquellos jóvenes que la tienen y saben andar en ella.

La procedencia de necedades como las citadas cabe atribuirla a dirigentes políticos de escasa capacidad. Lo lógico sería recomendar a los padres que eviten en lo posible el uso del transporte público para ir al colegio, sin más apostillas, y que sean ellos quienes decidan qué hacer. Porque ya está bien de ejercer tutelas inútiles y simplistas sobre la población. No rebajen al pueblo español al nivel intelectual de sus gobernantes. Los padres saben cuidar de sus hijos. Estos, sólo en casos muy contados, necesitan de la ayuda del Estado, así que cura te ipsum, señora Celaá, dejen ya de hacer el ridículo.- JT

miércoles, 29 de julio de 2020

Galicia: La derrota crea tirantez entre socialistas

Gonzalo Caballero no ha sabido aceptar su derrota estrepitosa en Galicia. Optaba a presidir la Xunta, pero un Feijoo capaz de igualar a Fraga en récords electorales frustró los planes del socialista. Y también los frustró el buen hacer de la candidata Ana Pontón, cuyo partido, el BNG, fue la gran sorpresa de las recientes elecciones gallegas al sobrepasar con creces al de Caballero, el PSdeG-PSOE. El socialismo sufrió en Galicia una de sus mayores derrotas electorales. Pasada la tormenta, a día de hoy la cúpula del partido, y en especial su líder Caballero, no han dado razones del fracaso ni parecen querer admitirlo.

Para muchos ciudadanos la derrota del PSdeG estaba cantada. Porque la estrecha relación de Caballero con Pedro Sánchez y el apoyo a un gobierno que no da pie con bola, y que además cogobierna con la extrema izquierda podemita, son razones suficientes para que el candidato socialista recibiera tan fuerte coletazo. Ha sido un fallo de estrategia descomunal, o tal vez exceso de confianza en los resultados de las encuestas del CIS toscamente horneadas por el socialista Tezanos, que dan a Sánchez repetidas mayorías simples electorales a pesar del rechazo público y notorio de la mayor parte del pueblo español a su nefasta gestión.

¿Ignora Caballero por qué perdió las
elecciones? La razón salta a la vista.

 20 Minutos
Si la derrota del socialismo en Galicia ha sido histórica, más lo fue aún la desaparición de todas esas pequeñas formaciones políticas de escasa o nula capacidad de gobierno que, como agujas de marear, crearon desconcierto y caos en la política gallega. También de partidos como Vox y Cs, a los que ya ni se les ve ni se les espera. El PP fue el gran triunfador. Un partido de tendencia moderada, eficaz y bien abastecido de políticos serios y preparados. Arrolló, pues, en las pasadas elecciones. Su alternativa de gobierno, el PSdeG, se pegó una torta mayúscula. Torta que en opinión de uno de sus líderes regionales, un tal Jorge Parada, fue propiciada (leo en La Voz de Galicia) por los socialistas de La Coruña y Lugo a los que acusa de ejercer de “lacayos de la derecha.” 

Hasta donde yo llego, por informaciones de gallegos más neutrales que sectarios, el buen hacer de las diputaciones y corporaciones locales de La Coruña y Lugo está siendo reconocido por los ciudadanos. Último ejemplo: la firme y decisiva actuación de la alcaldesa de La Coruña en el caso del Fuenlabrada. No sé si existen esos "lacayos de la derecha", pero por el contrario, en las acusaciones de Parada a sus compañeros de partido sí se aprecia servidumbre a la extrema izquierda podemita.- JT

miércoles, 22 de julio de 2020

Los “peleones” primeros ministros de la Unión

Lo menos que hay que pedir al miembro de un gobierno es cuidar el lenguaje. La vida diaria nos lleva a admitir como normales términos que en boca de un alto cargo no suenan bien. Y menos cuando ese cargo es nada menos que la señora González Laya, ministra de Asuntos Exteriores de España. Hoy ha sido entrevistada en televisión. La periodista centró las preguntas en el tema del día, la aprobación de ayudas de la Unión Europea para la recuperación de economías como las de España e Italia, maltrechas por la pandemia. En su respuesta, la señora Laya calificó de peleas lo que fue discrepancia, controversia o discusión entre los primeros ministros participantes en las reuniones para la aprobación del plan de ayudas.

Las peleas las protagonizan los políticos populistas. Es un término que contiene dureza, cargado de violencia verbal o física o ambas a la vez. Suena raro oírlo en boca de una ministra que representa a España en el mundo. ¿Pelearse para aprobar un presupuesto excepcional?, ¿pelearse políticos de primera categoría, primeros ministros de gobiernos europeos? A tan absurdo comportamiento no se ha llegado. La diplomacia, la educación, las buenas formas imperan en las relaciones entre países civilizados. Nuestra ministra de Exteriores debiera seguir el ejemplo y desechar expresiones que los ciudadanos menos preparados, y muchos hay aún en esta viña del inamovible señor, pueden llegar a creer que en esas reuniones hubo gritos, insultos (están de moda) y hasta bofetadas.

Pero no todo ha sido discusión y polémica. Nuestro premier regresó eufórico de Bruselas, con gesto de haber ganado una nueva batalla de las Navas de Tolosa en la que en vez de luchar contra los almohades cargaba contra la inmensa deuda que acumula España. Todo su séquito, feliz. ¡Clap, clap, clap, clap…!, sonaban los aplausos de los veintidós miembros del Ejecutivo de Sánchez, mientras este, en vir triumphalis pero sin cuadriga, entraba en sus aposentos a modo de divinidad política, balanceando los brazos, sonriente, eufórico, como general de la vieja Roma tras ganar una gran batalla. Sólo le faltó la corona de laurel y un desfile procesional por todo Madrid para completar el sainete.- JT

P.D.- Disculpas a los habitantes de los pueblos zamoranos de Peleas de Arriba y Peleas de Abajo. Bien pacíficos que son todos ellos. La carga histórica de las diferencias de antaño entre moros y cristianos les ha legado un topónimo impropio de gentes solidarias y trabajadoras.

jueves, 9 de julio de 2020

Legalizar el insulto, otra butade del señor Iglesias

Baboso, bobalicón, calzamonas, pintamonas, cantamañanas, capullo, ganapán, cenutrio, fantoche, chupacables, cretino, gandul, gañán, huevón, lechuguino, lameculos, tiralevitas, merluzo, lerdo, majadero, palurdo, papanatas, malparido, zángano, zarrapastroso, patán, sabandija, revientabaules, robaperas, soplagaitas, tarado, piojoso, pedorro, mentecato, gorrino, fariseo, donnadie, culopollo, cenizo, carapijo… son algunos de los muy numerosos insultos que la lengua española tiene en su diccionario. Los reproduzco ahora por si pueden servirle de recordatorio al señor vicepresidente segundo del Gobierno para consolidar su propuesta de legalizar ¿por ley o decreto? o como él dice naturalizar el insulto a los medios.

Esta España está aún bien nutrida de gandules, mentecatos y cenutrios. No digamos ya de fariseos, patanes, soplagaitas y tiralevitas. Pero no van estos dicterios por el señor Iglesias, no, que dice ser y representar lo más culto y preparado para gobernar un país. Para llegar a creerlo basta escuchar sus discursos y atender a las expresiones de su rostro y a los matices de su voz. Cuando está cabreado, frunce el ceño hasta juntar las cejas; cuando va en plan vicepresidente, modera el tono de voz, pone cara de ángel salvador y mantiene las cejas desfruncidas tratando de transmitir confianza a quienes le escuchan.

A las butades del señor Iglesias ya estamos acostumbrados. Plantea proyectos que no tendrían cabida en una mente clara y consciente de la responsabilidad que se asume al entrar en el Ejecutivo. Se dirige a los españoles como si todos fuésemos los jóvenes indignados que él alentó, con su cansina verborrea, para reclamar poder. Un poder que solo él y sus más próximos colaboradores alcanzaron, pero no por su valía, sino por exigencias electorales y el deseo de un socialista obsesionado por el trono de la Moncloa. La propuesta del señor Iglesias de naturalizar los insultos a la prensa y a sus trabajadores es una memez indigna de un político con pretensiones, nada menos, que de cambiar el rumbo de España.

Si él criticó duramente a la casta, ahora él y su esposa forman parte de ella de manera destacada. No me extraña que Podemos pierda seguidores a porrillo. Jóvenes y mayores confiaron en su capacidad, pero parece que los atractivos del poder le hicieron cambiar el rumbo de una aventura en la que nunca debió haberse metido por falta de preparación. Cuando Sánchez lo aceptó como vicepresidente, Iglesias lloró en el Parlamento no sé si de emoción por el nombramiento o si fueron lágrimas de cocodrilo. La presa ya la tenía elegida. Ahora solo cabe esperar a que, con el paso del tiempo, la devore, cuestión nada fácil para un político en decadencia.- JT

jueves, 18 de junio de 2020

Un vídeo que pone los pelos de punta

No aprendemos. Aún quedan sujetos que basan en la violencia la solución a los problemas cotidianos. En este caso, el autor, que parece no estar conforme con el actual gobierno de España, resuelve el problema a tiros. Y además ejecuta su protesta con una suficiencia y chulería propia de un sietemachos. Acabo de ver en un periódico el vídeo del tipejo realizando prácticas de tiro en lugar cerrado. El hecho no tendría repercusión si no fuera porque en las cinco dianas sobre las que dispara están las fotos de Pedro Sánchez, Marlaska, Iglesias, Irene Montero y Echenique.
Calvo y barrigudo, el verdugo se pone en posición de tiro y una voz grita ¡ejecución! Suenan entonces cinco tiros de repetidora y una a una van cayendo las dianas con las mentadas fotos. Es una ejecución múltiple, de ficción; un magnicidio figurado que parece enorgullecer a su autor. Al terminar, el hombre se gira hacia la cámara que graba la escena y con cara de pánfilo irresponsable remata el simulacro con un corte de mangas.

Distintas varas de medir
La grabación ha sido difundida, pero no sé con qué finalidad, porque perjudica gravemente a quienes la han protagonizado. ¡Qué se pretendía con el lanzamiento de esas imágenes a todo el mundo? ¿Asustar al Gobierno, mostrar desacuerdo con su gestión, expresar odio hacia quienes tienen ideas políticas contrarias, acabar a tiros con políticos de otra cuerda…? Sea lo que sea, hay que ser muy tonto para grabar un vídeo simulando un magnicidio y difundirlo. Da la impresión de que el protagonista tiene más barriga que cabeza, más odio que comprensión, más ganas de asustar que de expresar su protesta contra un gobierno que gestiona fatal.
La reacción del Gobierno no se hizo esperar. Ya se han dado órdenes a la policía para que identifique a los autores del vídeo y se proceda contra ellos. Ha sido una reacción rápida. No cabía esperar otra cosa. Sin embargo, la rapidez de reacción no parece ser la misma que la que se produce cuando pintamonas catalanes o vascos independentistas queman en la vía pública fotos de nuestros reyes. Hay en la izquierda distintas varas de medir. Personalmente, esas quemas me ofenden tanto como los tiros del sujeto del vídeo. Si su actitud es calificada de delito de odio, ¿qué calificación habrá que darle a la muerte ficticia en la hoguera de nuestros máximos representantes, Felipe VI y su padre? JT

martes, 16 de junio de 2020

Zapatero, Cañizares y Belarra, cada uno en lo suyo


Flaco favor le hace Rodríguez Zapatero a su partido cada vez que abre la boca. Ahora le toca a Ciudadanos. Justo cuando esta formación liberal apoya al PSOE, en el Estado de Alarma, va el expresidente y dice que ese grupo político fue uno los peores experimentos de la democracia. Por si no fuera bastante, arremete también contra Felipe González por decir que el actual Gobierno es como el camarote de los hermanos Marx, o sea, el pequeño camarote de la película Un día en la ópera donde los protagonistas ironizan sobre cuánta gente puede caber en él. ZP es todo un ex de nefasto recuerdo como presidente de Gobierno. Ahora vamos conociendo con mayor precisión las incapacidades y la estrechez intelectual de un político que de haber seguido en la presidencia del país, hubiera liquidado definitivamente el bienestar y los avances sociales y económicos de España.

Cañizares y el diablo

Hasta las personas más serias y honorables pueden perder el norte cuando se viven situaciones extremas. Es el caso del cardenal Cañizares. Alguien le mostró la revista Science, en muchos casos más dada a la venta que al rigor científico. Y el bueno del prelado picó y se hizo eco de lo que se dice en uno de sus artículos: obtener vacunas contra el Coronavirus utilizando células fetales de abortos. Sí, hubo casos del uso de esas células, pero procedentes de abortos terapéuticos. Nadie desea matar seres humanos para salvar la vida de otros de la misma especie. El arzobispo se pasó, pues, cuatro pueblos en su denuncia. Pero, aún sabiendo que se trataba de un bulo, me ha llamado la atención que tan ilustre personaje recurriese a satanás. El demonio existe en plena pandemia -dijo-, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas. El demonio es un personaje pasado de moda. Se usó durante siglos para amenazar y asustar a quienes pecaban, pero hoy su cita suena a broma y más en boca de un ilustre religioso como monseñor Cañizares. Hace tiempo que pasamos del oscurantismo, de la ignorancia severa de los pueblos sometidos por la religión, a un estado de incredulidad y moral decadente. Demonio suena a viejo, a caduco, a broma. En su lugar tenemos sinónimos como maldad, malicia, malicioso que definen bien a ese diablo que monseñor nos ha vuelto a poner de actualidad.

Belarra, incultura evidente

Ione Belarra, secretaria de Estado para la Agenda 2030 y diputada nacional de Podemos, es una joven de aspecto espabilado y palabra fluida. Usa en sus intervenciones discurso palabrero, pero soportable. Tenía de ella una imagen de política culta y preparada para afrontar dignamente su papel institucional. Pero después de ver la rueda de prensa que dio hace tiempo, cuyo contenido circula hoy por las redes sociales, cambió la valoración que tenía yo de esta pamplonesa. La creía culta, pero no, me ha desengañado al oírle decir al menos un par de veces Felipe Cuarto al referirse al rey. No sé si habrá aprendido, pero en la rueda de prensa dejó de manifiesto su ignorancia en la lectura de los números romanos. Es evidente que desconocía que cuando la i mayúscula va después de la uve, es sexto, y cuando va delante, cuarto. Elemental hasta para un pipiolo de estudio medio. ¿Lapsus? Dicho una vez, puede que sí; repetido, incultura manifiesta. Si todo lo que tenemos ahí arriba anda por esos niveles, habrá que pedir que se pare el mundo y huir lejos, muy lejos de este país de votantes aborregados y de políticos de mucha labia y precaria preparación para gobernar. Cortitos de mente, que diría mi viejo amigo Don Gerva.- JT

miércoles, 3 de junio de 2020

Desaciertos del señor Sánchez en el Parlamento

Churchill, Truman y Stalin. La URSS
 rechazó la ayuda de EE. UU por imperialista

En la sesión del Congreso de los Diputados, dedicada a la aprobación de la sexta prórroga del Estado de Alarma por coronavirus, el presidente Sánchez mostró su frágil y controvertida forma de pensar y actuar. Seguí su intervención por TV de principio a fin y quedé pasmado al escuchar lo que decía. Habló, entre otras cosas, del Plan Marshall, del odio entre españoles, de la bandera de España, de la destitución del coronel De los Cobos y del coronavirus con un grito que en boca de todo un presidente de un país sonó a expresión de pijo enfadado, a muletilla chulesca y provocativa. ¡Viva el 8M!, dijo en ridículo gesto sobre la manifestación en defensa de la mujer que fue foco infeccioso del maldito bicho.

Sobrevaloré a este político cuando apareció de lleno en la esfera pública para hacerse con el PSOE. Me parecía un personaje interesante, de talante abierto, sencillo y discreto. Esta imagen la reforcé cuando, guiado por el aventurero Jesús Calleja, ascendió a la cima del Peñón de Ifach en escalada nada fácil, y en otra ocasión bajó por cuerda con el mismo acompañante desde lo alto de un aerogenerador. Parecía tener cualidades para llegar a la cumbre de la política: audacia, serenidad, aplomo y, sobre todo, perseverancia. Pero con el paso del tiempo, su forma de hacer política a base de hoy digo esto y mañana lo contrario me llevó a una conclusión: Sánchez es un todoterreno de la política, pero carece de seriedad, estilo, nobleza y sentido del ridículo. Tenía que haberse cocido unos años antes de optar a presidir la nación española, tenía que ejercitar el sentido común para no llegar a convertirse en un personaje grotesco.

Odio y Plan Marshall
El presidente se refirió en el Congreso al Plan Marshall de reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial. Afirmó que España no se había beneficiado de las ayudas de los Estados Unidos por el carácter fascista de su régimen. Sí, pero no lo dijo todo. Largó la acusación y siguió, cuando en realidad fue Franco, no el deseo de los norteamericanos, quien rechazó los beneficios económicos que le ofrecían. Y, ¡qué casualidad!, la actitud del caudillo español coincidió con la de la Unión Soviética, a la que también le ofrecieron acogerse al Plan Marshall para recomponer su dañada economía. La URSS consideró la ayuda como un gesto imperialista de los EE.UU. No es bueno, no, confundir con medias verdades a nuestros jóvenes.

En cuanto al odio, que atribuye a los demás, no a su partido, hay que recordar que quien han iniciado la confrontación ha sido la izquierda. Fue un socialista, Rodríguez Zapatero, el impulsor de la Ley de Memoria Histórica en 2007, valiosa en su verdadero sentido, el de la recuperación de los restos de personas fallecidas en la Guerra Civil y la postguerra, para darles sepultura digna, pero infame cuando se interpreta como lanzadera de odio y revancha por quienes perdieron la contienda. Y el señor Sánchez avivó esa deleznable tensión entre españoles removiendo los restos de un dictador del que solo se acordaban reducidos sectores de la sociedad española.

La bandera y el coronel
Otra expresión sorprendente: Sánchez recriminó desde la tribuna del Congreso a quienes estos días portan la bandera de España en manifestaciones callejeras contra el Gobierno. ¡Caray! ¿Dónde estaba nuestro presidente cuando un payaso de La Sexta se limpió los mocos con la bandera de España? ¿Dónde estaba cuando separatistas catalanes y vascos la quemaron en la vía pública? ¿No ve, no se entera o no quiere enterarse del uso indebido o de la desaparición de la bandera en edificios públicos de Cataluña y Euskadi? ¿Por qué permite que se incumpla la Ley de Banderas y Símbolos, cuando debía de ser el primero en solicitar de la fiscalía que actúe contra los transgresores?

La destitución del coronel Pérez de los Cobos clama al cielo. Pero que sea el presidente del Gobierno quien defienda al señor Marlaska es aún más grave, cuando la causa conocida de esa destitución fue la de obligar al mando de la Guardia Civil a incumplir la ley. Y un apunte final: ¡Viva el 8M!, gritó Sánchez desde la tribuna parlamentaria, en claro desafío a quienes sostienen que esa marcha feminista fue foco de contagio del coronavirus. Pues con todo respeto debo decirle a nuestro primer ministro que esa expresión de apoyo a la manifestación es una simpleza que no encaja, en absoluto, en el lenguaje de quien ostenta tan alto y respetuoso cargo. Un consejo: descargue asesores, revise a fondo lo que le escriben sus negros o negras. Seguro que le irá mejor.- JT

jueves, 21 de mayo de 2020

Reforma laboral, ¿traición o consentimiento?

¿Concordia o discordia? Foto: Economía Digital
¿Qué piensa el ciudadano español cuando ve cómo un miembro del gobierno contradice a su presidente y todo sigue igual? En otros países democráticos, el cese del subordinado sería inmediato. O se le exigiría la dimisión. Quien lo nombra espera de él respeto y obediencia. Es lo menos que se puede pedir a la persona que has colocado en un cargo influyente y bien retribuido. Pero en este caso no ha sido así. El vicepresidente Iglesias y la portavoz socialista Lastra pactaron con Bildu derogar en su totalidad la reforma laboral de 2012. Parece que buscan con este acuerdo asegurar los votos de los vascos para prorrogar el Estado de Alarma y seguir en el poder. Sin embargo, el PSOE desmintió horas después que no se trataba de suprimir toda la reforma, sino cambiar tres artículos que consideran lesivos para los trabajadores. Los socialistas recularon, pero Iglesias y los vascos siguen en sus trece de que se cumpla lo acordado, es decir, derogar íntegramente esa ley.

Tamaño despropósito solo puede venir de quienes pretenden cambiar el régimen político en España de monarquía parlamentaria a comunismo chavista. Que el gran partido que fue el PSOE se avenga a proporcionar los medios para ese cambio es intolerable. Yo creo que han perdido los papeles, no saben a qué carta jugar, si volver los pasos hacia la Tercera Internacional de Lenin o seguir en la moderna socialdemocracia de la que se alejan a pasos agigantados. 

La reforma laboral que se quieren cargar el vicepresidente segundo y los vascos, con el beneplácito de la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, fue aceptada por la Unión Europea y reconocida por sus buenos frutos tras el estrepitoso fracaso de la política zapaterista. Derogar ahora esa reforma, cuando parece más necesaria para recuperar empleo una vez superada la pandemia, sería una medida tan negativa como echar agua en el depósito de gasolina del coche para que circule mejor.

Con el culo al aire
Sean tres artículos o todo el texto de esa ley, lo que más sorprende es la actitud del presidente. Hasta el momento de escribir estas líneas no ha anunciado ninguna medida contra el miembro de su gobierno que le ha puesto en evidencia. Como diría el castizo, lo ha dejado con el culo al aire. ¿O tal vez le ha dejado hacer? La reforma se derogará íntegramente, vino asegurar Iglesias, porque así se afirma en el acuerdo suscrito por UP, Bildu y PSOE.

Si no hay reacción ante tanto despropósito, si no se respetan los aspectos esenciales de esa ley corremos el peligro de que la UE no ayude económicamente a España, ni siquiera ofrezca un rescate. Iríamos entonces a la ruina absoluta del país. Aunque ante tanto desatino, uno ya duda de si no serán maniobras de la extrema izquierda para cargarse la democracia e implantar un totalitarismo comunista que nos lleve al hundimiento de la economía y, por ende, al deterioro absoluto del bienestar social. Vamos a esperar acontecimientos.- JT

jueves, 7 de mayo de 2020

Coletazos de un gobierno que ve cercano el final

Hay que tener poca vergüenza para decirle a la oposición que si decae el Estado de Alarma decaerán también las ayudas a trabajadores y empresas. O dicho de otra manera, si ustedes no apoyan esta prórroga (refiriéndose en especial al PP), serán los responsables de lo que ocurra a partir de ahora. ¿También de las muertes registradas por coronavirus? Estos políticos andan ya con los nervios a flor de piel. Sospecho que Sánchez siente próxima su caída y juega las cartas como experto tahur a todo o nada, no se anda con titubeos ni con sensatos razonamientos a la hora de negociar acuerdos. Acusa, carga sobre los demás lo que él parece incapaz de resolver.

El presidente sin mascarilla. Es la excepción de
la norma que nos impusieron. La Voz de Almería
Hasta hora, en los meses de gobierno conjunto con chavistas y comunistas ha ido de error en error. Quizá se haya dado cuenta ya de que la senda que sigue le lleva al abismo político y por eso endurece el juego mientras sus socios le van a la zaga, no quieren ser inferiores al jefe. Así escuchamos, entre otras burradas, amenazas como las de Echenique de que la oposición será culpable de las muertes que cause el virus si no se aprueba otra prórroga del Estado de Alarma. Suena de coña esta intimidación en boca de un diputado doctor en Ciencias Físicas, aunque ya nos ha ido acostumbrando a sus desvaríos con los obscenos cantos sobre mingas y jotas difundidos por la red. La nueva prórroga, la cuarta, obtuvo el respaldo del Parlamento y por consiguiente a partir de ahora los actuales gobernantes continuarán siendo ellos y sus asesores responsables primeros y últimos, incluido el citado doctor, de la propagación del virus y de las muertes que cause.

Táctica parlamentaria
Las palabras en política carecen a menudo de rigor y veracidad. Se dice una cosa, pero se piensa otra; se habla por hablar, pero siempre tratando de desprestigiar al oponente. En esta guerra de guerrillas parlamentaria participan todos los partidos, en especial los que están en el gobierno. Estos tienen más que perder. Téngase en cuenta que el ejercicio del poder no es imperecedero y acaba con quienes lo ejercen. Por eso se suele decir que gobernar desgasta, aunque en realidad desgasta más estar en la oposición. 

Lo sorprendente de la situación actual es que el señor Sánchez trate de convencernos de su capacidad para gobernar y de ser políticamente correcto. Recuérdese que con Rajoy se negó a pactar, usando reiteradamente la frase tan infantil del no es no, y le obligó a reducir la aplicación del 155 en Cataluña. De Iglesias dijo que nunca gobernaría con él, y ahí lo tenemos de vicepresidente. Abogó también por una justicia independiente. Sin embargo, acabaría colocando al frente de la Fiscalía General del Estado a una ministra de su gobierno.

En cuanto a los medios de información públicos siempre fue tajante acusándolos de sectarios y manipuladores. Y ahora, cuando están en sus manos, ¿son libres, independientes, no manipulan ni protegen a su señor? De risa. No sé quien votará a Pedro Sánchez en las próximas elecciones, pero a la vista de los resultados de su gestión creo que muchos españoles le retirarán la confianza. A este político le falta capacidad para gobernar y, por otra parte, muestra últimamente cierto aire de desinterés por todo lo que dice y hace. Al menos a mí me lo parece cuando lo veo intervenir en televisión. Quizá sea porque le esté llamando ya el dorado retiro del que disfrutan los expresidentes de esta España rica y generosa.- JT

lunes, 27 de abril de 2020

El cabreo de Don Gerva por una limitación irritante

A las diez de la mañana, cuando estoy enfrascado leyendo el Berliner Morgenpost, suena el teléfono de manera insistente, tardo un tiempo en descolgarlo y, tras el ¡diga! habitual escucho una voz enérgica:
--¡Hola Temes, soy Gervasio!
Gervasio de la Melancolía y Fontellos, Don Gerva como yo le llamo, es un buen conocido mio de hace años. Antes de la pandemia solíamos coincidir en la misma cafetería del centro de la urbe, donde se dan cita toda suerte de parroquianos. Acuden de todas las edades, pijos y currantes, y de todas las ideologías, pero la de Don Gerva aún no he llegado a saberla, ni su edad, ni su tendencia política. Me apresuré a responder a su saludo:
--¡Hombre Don Gerva, hace tiempo que no sé nada de usted!
--Pues mantengo mi buena salud, aunque dicho sin exagerar, pero sufro un cabreo mayúsculo.
¿Hasta cuándo seguirán las muertes por el virus?
--¿Cabreo? -pregunto  sorprendido a mi interlocutor-. ¡Pero si usted es una persona de carácter alegre!
--Sí, alegre hasta que me encerraron en casa. Ya va para dos meses que estoy haciendo todos los días crucigramas, leyendo la prensa digital, oyendo música, caminando de un lado a otro de la sala como perro enjaulado a la espera de libertad...
--Tocará también el piano -le interrumpo-, porque usted sabe hacerlo, ¿no?
--Sí, claro, toco el piano y a mí me tocan otras cosas. ¡Estoy harto de encierro! Nos han metido en un confinamiento brutal, ilegal, injusto y lesivo a nuestros derechos como ciudadanos. ¿Por qué hemos de pagar con la pena de reclusión, aunque sea en nuestras casas, la inexperiencia de unos gobernantes ineptos?
--Bueno don Gerva, ya sabe usted que hay que evitar que la muerte se propague.
--Pues claro que sí, pero ¿de la manera que se ha hecho, pagando el pueblo los graves fallos de unos políticos que ¡válgame Dios!, no sé si sabrán hacer la o con un canuto? Mire, nos encierran y ahora, cuando estamos a punto de estallar, dejan salir a la calle a los niños con sus papás. ¡A la calle, hala, no al parque que es donde ellos se sienten a sus anchas y no molestan a los viandantes!
--Es una medida oportuna. Los pequeños necesitan movimiento, juego. Si no lo hacen, su salud puede resentirse.
--Claro, a la calle. Pero hemos visto cómo una gran parte de la población se pasa por el arco del triunfo las medidas del gobierno, se van a las playas, a los pueblos, caminan en grupo, ¡no respetan lo establecido porque están hasta los huevos, y perdone la expresión, pues sabe usted que no soy dado a soltar tacos, pero es que no se puede respetar la imposición de un encarcelamiento tan brutal como este!
--No se puede o no se quiere, don Gerva.
--¡Ya, ya! Esperaba esa respuesta. Pues claro que se quiere. Pero son tan poco claras y sensatas las condiciones de la salida que uno no puede cumplirlas. Y si no, dígame cómo puedo saber que estoy a dos metros del vecino, cuando no tengo una regla para medir la distancia y menos aún un medidor laser; cómo sé que me he alejado de mi vivienda un kilómetro y debo ya regresar, si no poseo un cuentakilómetros, cómo sé… En fin, con este confinamiento nos toman por tontos, como si no supiésemos comportarnos los adultos en una situación así. Hemos tenido más de una epidemia y supimos protegernos. ¿A qué viene ahora este show? Porque...
--Claro -le interrumpo-, yo tampoco lo entiendo, pero hay que cumplir para que el virus no se siga extendiendo.
--¿Cumplir? Es usted un guasón, Temes. No hay que cumplir nada, hay que usar el sentido común y no acercarse a los demás para evitar el contagio, ¡qué dos metros ni que leches! Y lo del kilómetro es de chiste. ¿Por qué no uno y medio, o medio, o un cuarto…? Salga una hora a pie y ya está. Vaya a donde quiera.
--Lo peor es que se está arruinando mucha gente, no sé cómo saldremos de esta.
--Pues saldremos hechos unos zorros -afirma con rotundidad Don Gerva-, metidos en una epidemia de hambre y miseria mientras los políticos del gobierno disfrutan de coche con chófer, finca con jardín para pasear, secretarios, asesores, sirvientes, protección policial… y paro de contar porque me enervo. ¡Una mierda, Temes! ¡Nosotros, la gente del pueblo, somos los imbéciles, los malditos! Para no contagiarnos nos apartan y recluyen como antaño se hacía con los leprosos. Vivíamos en un país sano y alegre y ahora ¡en una leprosería! ¿No ve cómo las personas se apartan unas de otras en la casa y en la calle, en el súper, en la farmacia…? Y si no lo hacen, hay siempre un baboso o una babosa que te delata, llama a la policía para que te arresten y multen ¡como en las dictaduras! ¡Maldito sea, el remedio es peor que la enfermedad!
Correcto paseo con niños. Foto El País
--¡Caramba Don Gerva, no le había visto nunca tan excitado!
--Pues me ve ahora. Ha muerto y sigue muriendo mucha gente, ¿no se informa, amigo? Espero que la responsabilidad de esas muertes, que son decenas de miles, caiga con todo el peso de la ley sobre los responsables que no supieron prever las consecuencias de un virus letal cuando ya había muchos antecedentes de su peligrosidad. ¿Acaso no suspendieron el Mobile Word Congress de Barcelona por miedo a la propagación de lo que entonces era una epidemia? ¿Acaso no avisó Europa, ya en enero, de la peligrosidad de este virus. Y si fue así, ¿por qué no se tomaron en seguida medidas de prevención y abastecimiento de material para salvar de la muerte a decenas de miles de personas, ya ve, sanitarios, policías, guardias civiles, ancianos -¡qué masacre hubo con los viejos!-, empresarios, deportistas, famosos...? ¡Un horror! Fíjese Temes, si hay medio centenar de muertes en la carretera un fin de semana o un puente, nos echamos las manos a la cabeza. Ahora tenemos decenas de miles y como si nada, a seguir la rutina diaria hasta que nos acostumbremos a una masacre que mí me causa pavor. Y por si no fuera bastante, aún habrá tontos que volverán a dar sus votos a estos políticos en las próximas elecciones, si las hay, porque parece que no los descabalga del poder ni el rayo justiciero.
--Yo también siento un profundo pesar y mucha rabia por las muertes de tantos compatriotas, Don Gerva. Vamos a ver cómo evoluciona la situación. Ya sabe usted que alemanes, suecos, daneses, austriacos, noruegos, y paro de contar, han acordado el regreso a la normalidad, aunque, eso sí, de manera prudente. Pero ya ve lo que nos espera, ¡vaya horizonte! Si la salud está en primer lugar, antes que ninguna otra cosa, el hundimiento de nuestra economía podría generar una pandemia de consecuencias aún más graves que la actual: la del hambre y la miseria. 
--Tiene usted razón. Nos llevan a un escenario horripilante, donde solo sobrevivirán las bacterias. Los demás, al carajo.
--Bueno, no sea tan radical. Confiemos en que la situación se resuelva de la mejor manera y sigamos todos viviendo en paz.
--Sí, sí Temes, viviendo en soledad y en paz. En la paz de los cementerios, porque de seguir así, hacia esa paz vamos. En fin, hasta pronto, que sobreviva usted muchos años.
--Adiós don Gerva, y usted también. Gracias por su llamada.

miércoles, 22 de abril de 2020

Pandemia: cuando rectificar no es de sabios

      A alguien de ahí arriba se le ha vuelto a quedar la cabeza hueca. Un error más, y no sigo con el recuento porque la cantidad que acumula el gabinete de crisis de la pandemia llega a dar miedo. El Gobierno ha acordado nuevas medidas para suavizar el confinamiento, bienvenidas sean. Quiere aflojar la tuerca que nos está apretando desde hace mes y medio con el fin de contribuir al bienestar de todos y, naturalmente, al suyo propio . Su intención es plausible dentro del estado de desconcierto en que nos encontramos. Pero, vaya vaya, de nuevo han dado otro tropezón, uno más de los muchos que llevan desde que decidieron por decreto encerrarnos en nuestros domicilios. Ya son demasiados errores, equivocaciones, meteduras de pata y desmentidos en la gestión de la pandemia, lo he dicho más de una vez y lo vuelvo a repetir. El último error afecta a la concesión de libertad a los niños de hasta catorce años para salir a la calle. Se anunció, y ante la protesta multitudinaria de los ciudadanos por las condiciones de la salida rectificaron a las pocas horas.

Niños y ancianos, sectores vulnerables
 al encierro


No sé quién toma decisiones ahí arriba, si el presidente, si sus ministros, si los expertos, pero cada día que pasa dan muestras de ineficacia. Porque resulta que, en principio, la nueva medida autorizaba a los pequeños a salir a la calle en compañía de personas adultas con residencia en su mismo domicilio. Una necesidad evidente, puesto que el encierro prolongado perjudica a cualquiera y en especial a quienes, por su corta edad, deben realizar a diario movimientos para mantener en buen estado el sistema locomotor. Además, un niño o niña que vive enjaulado podría tener el día de mañana problemas psíquicos. Tanto los que llegan a los catorce años, como los que sobrepasan esa edad. ¿Y por qué hasta los catorce? No nos lo explican.

Los ancianos, en el olvido
      Lo sorprendente de esa concesión de libertad a los pequeños, ya corregida, era su carácter restrictivo. No iban a ir al parque a corretear ni hacerlo tampoco por calles y aceras. Se les autorizaba a salir acompañados de una persona mayor, pero solo al banco, a la farmacia, al médico o al supermercado. Justo a lugares donde por su condiciones de ambiente y espacio podrían contagiarse o contagiar a los demás. La apertura parcial del encierro se dirige, pues, a los menores, bien. Pero, ¿y los viejos? ¿No tienen los ancianos necesidad de caminar para mantener activo su sistema inmune y evitar el deterioro de las articulaciones? ¿No piensan ustedes, señores y señoras de ahí arriba, en ese colectivo de personas necesitadas de ayuda y comprensión? ¿Quién controla y vigila el buen funcionamiento de geriátricos y residencias convertidas por la pandemia en espantosas morgues? ¿Acaso falta dignidad, vergüenza, sensibilidad en quienes deben velar por el bienestar de todos?
      No sé cuánto durará esto, pero cada día que pasa acentuamos más el estado de gravedad social y económica que vivimos. El fuerte descenso del PIB, el cierre a discreción de empresas, el avance sin freno del paro y la inoperancia de unos dirigentes incapaces de controlar la situación auguran años de precariedad económica y aumento de la pobreza. Todo apunta a que avanzamos de cara a una deriva indeseada, hacia un futuro en el que nuestro estado de bienestar hará agua, mucha agua, como barco golpeado por la ineptitud o la ignorancia de sus tripulantes. Hay que saber manejar el timón para no provocar el hundimiento de muchas familias en la desolación y la miseria. Y parece que con estos pilotos vamos directos contra las rocas. Rectificar suele ser cosa de sabios, según el dicho popular. Pero el abuso de rectificaciones no da a quienes las hacen esa categoría intelectual, sino que, más bien, los desprovee de la seriedad y eficacia que debe mostrar todo buen gobernante.- JT