martes, 28 de marzo de 2023

El cese ilegal de un coronel defensor de la ley

Pérez de los Cobos. Foto EFE
En cualquier país moderno y democrático, cuando un ministro comete un sonado error dimite o lo cesa su presidente. En España, no. El señor Sánchez no prescinde de su compañero de Interior, a pesar de que el Tribunal Supremo anuló el cese impuesto por Marlaska en 2020 al coronel de la Guarda Civil, Diego Pérez de los Cobos. Lo destituyó del cargo de jefe de la Comandancia en Madrid porque se negó a informarle del desarrollo de investigaciones judicializadas que afectaban al Gobierno. Y además, el señor Marlaska afirmaría posteriormente, en el Congreso de los Diputados, que no fue él quien propuso el cese. Ni tampoco su equipo. La decisión la habría tomado la recién destituida directora de la Guardia Civil, a propuesta del secretario de Estado.

Para justificar el cese del coronel se alegó que fue por negarse éste a informar sobre lo que el juez estaba investigando a instancias de la GC sobre la celebración multitudinaria del Día Internacional de la Mujer, en plena crisis del Covid-19, acto autorizado en Madrid por el entonces Delegado del Gobierno de Sánchez. La negativa de Pérez de los Cobos a informar a su superior no era ilegal en este caso, según los jueces, y por tanto no podría haber sido cesado. Otra cosa sería que el cese se produjera por razones de pérdida de confianza. Ahora, el señor Marlaska espera conocer la sentencia con detalle para responder a los motivos que indique el alto tribunal sobre la ilegalidad de su decisión.

Por si tú, lector, no lo recuerdas, retrocede con tu memoria al año 2018. Sitúate en Cataluña el 1 de octubre, día de la celebración del referéndum ilegal propiciado por la Generalitat y por varios organismo socioculturales secesionistas. La consulta fracasó rotundamente, gracias a la intervención del entonces Gobierno de España y de la actuación de la Fuerzas del Orden, a excepción de los Mossos d’Esquadra. Posteriormente, cuando se celebró el juicio a los responsables de aquellos actos, el coronel De los Cobos habló sin tapujos ante los jueces y los procesados sobre aquella jornada presidida por la ilegalidad. Reveló, entre otras cosas, que los Mossos siguieron instrucciones de la Generalitat. No hicieron caso a las órdenes legales dadas por el gobierno de Rajoy y el Parlamento. Y hoy, esos secesionistas del 1-O apoyan a Sánchez, pero por lo que parece lo hacen para lograr su independencia y evitar la formación de un gobierno no sanchista que frene sus ilegales pretensiones. Estos hechos mueven a dudar sobre la verdadera causa del cese del digno y muy respetable coronel español.- JT

viernes, 24 de marzo de 2023

El desmadre verbal de una moción propagandística

                     Abascal y Tamames en el Congreso. Foto: Heraldo de Aragón

El griterío se ha puesto de moda en algunos políticos. Al menos así me lo ha parecido cuando, con enorme paciencia, seguí minuto a minuto el pleno del Congreso para tratar sobre la moción de censura a Sánchez presentada por VOX. El tono sin estridencias de Santiago Abascal, líder de esa formación política, y el aún más pausado del candidato a suceder al presidente Sánchez, contrastaron de manera rotunda con las voces e improperios de algunos diputados de izquierdas y separatistas.

La medalla negra del grito se la llevó el socialista Patxi López. Tuvo una intervención muy desafortunada, cuando se esperaba que fuese duro pero comedido en sus expresiones. Gritó de tal manera al hablar, que no sólo Ramón Tamames, el candidato a la presidencia, sino también otras muchas personas, llegamos a temer que el elevado tono de sus palabras,  violento y acusador, pudiera obstruirle el paso de la sangre por la aorta y sufrir en el mismo estrado un infarto. Pocas veces escuché a un político gritar y acusar de manera tan torpe y descerebrada a su oponente. Aunque sí. Tal vez en aquella Alemania de hace muchos años, dirigida por un líder superviolento.

Pero no fue el único. También el valenciano Baldoví recurrió al grito y al improperio al dirigirse a Tamames. Subió a la tribuna en camisa a rebatir unas frases del candidato sobre el comportamiento de algunos diputados en cuanto a su vestimenta. La verdad es que tenía razón el veterano e ilustre profesor. El Congreso no es una plaza de toros ni un escenario para conciertos de música trap. Hay que saber estar en consonancia con el cargo que se ocupa, tanto en el vestir como en el hablar. Si mal no recuerdo, fue Shakespeare quien afirmó que el traje denota la categoría de quien lo porta.

Un mitin electoral

La moción fue de principio a fin un mitin electoral repleto de propaganda de las izquierdas, en especial de la sanchista. Pero, ¿respondió el gobierno a las preguntas que le formularon?, ¿aclaró con detalle el señor Sánchez lo que hizo y sigue haciendo en favor del pueblo español? Pues no. Al menos un ochenta por ciento de sus intervenciones se centraron simplemente en enunciar los acuerdos aprobados en su mandato y, sobre todo, en arremeter contra el PP más que contra VOX, el verdadero rival político de esa moción.                     
No sé cuántas, pero el nombre de Alberto Núñez Feijoo salió muchas veces de sus bocas, en especial de la del presidente, tratando de desacreditarlo. Sus citas y acusaciones contra él fueron indignas de un gobernante serio. Entre otras razones, porque Feijoo no estaba presente en la sesión y, si estuviera, pues de poco le serviría ya que no podría intervenir.

En definitiva, como antes dije, ese pleno sobre la moción de censura a Sánchez y su gobierno acabó siendo un mitin electoral de las izquierdas. Muchos ciudadanos teníamos claro que la moción no iba a prosperar, no había votos suficientes para ello, pero aún así Abascal decidió llevarla adelante. Fue un error de estrategia política. Y lo fue porque facilitó a Sánchez, y a sus compañeros/as de viaje, protagonizar una larga sesión de propaganda dirigida, sobre todo, al logro de votos. Por eso citó él especialmente a jubilados y a jóvenes. A los primeros, por haberles subido el importe de sus pensiones, y a los jóvenes, por las ayudas en bonos culturales y becas aprobadas por el gobierno a la vista de los procesos electorales que se avecinan. Son, pues, ambos sectores, los que podrían darle una inmerecida victoria.- JT