lunes, 7 de junio de 2021

Oriol Junqueras también dice Diego donde dijo digo

        Esta tarde recibí una llamada de mi viejo conocido don Gervasio de la Melancolía y Fontellos, don Gerva como yo le llamo. Su voz estaba alterada. Me llamaba desde el teléfono de su casa para expresar su indignación con el señor Oriol Junqueras por haber cambiado radicalmente de opinión.


– Ya ve usted -dice don Gerva, enojado- este señor pasa de decirle al gobierno que se meta el indulto donde le quepa, para aceptar ahora que sea indultado. Y es más, no parece ya importarle renunciar a que Cataluña se independice unilateralmente, es decir, sin contar con España ni con sus leyes. ¡Qué bien, pero qué descaro!

– Comprendo su enojo -digo a mi compañero habitual de taberna-, pero piense en lo duro que es estar encarcelado, sin libertad, sin disfrutar de la familia y de…

– Sí, sí -me interrumpe bruscamente mi interlocutor-, todo lo que usted quiera, pero un político serio debe ser consecuente con lo que dice y hace, y el señor Junqueras imita descaradamente al presidente Sánchez, asegura y reasegura una cosa, para luego desdecirse de lo dicho. Es poco serio, ¿no le parece?

– ¡Pues que quiere que le diga! Hoy la política tiene muchos altibajos, han entrado en ella personas con escasa o nula capacidad de gobierno, y ya sabe usted que el ejercicio de retractarse es práctica común en algunos de nuestros gobernantes. Entre en la hemeroteca y compruebe usted cuántas veces el señor Pedro Sánchez, pongo por ejemplo, afirmó algo y no tardó en contradecirse. Así andamos, don Gerva. Y lo más sangrante es que si nos quejamos, se ríen de nosotros.

Oriol Junqueras
– Pues oiga Temes, yo me quejo, protesto por tanto desatino. A ver qué dicen ahora los compañeros del señor Junqueras, a ver si aceptan el cambio radical de su líder: indulto sí, unilateralidad no, mientras ellos exigen ¡la amnistía! Quieren que se les perdonen todas las burradas cometidas y también recuperar el acceso a cargos públicos, eso sí, sin renunciar a separarse de España. Pero lo de Junqueras, ¿es simple estratagema para obtener la libertad y volver a las andadas?, ¿contribuye así a facilitar la medida de gracia que Sánchez le quiere conceder?, ¿cree de verdad el señor Sánchez que los independentistas van a renunciar a la separación de Cataluña, cuando unos y otros no cesan en su amenaza de seguir el camino de la independencia?

– Don Gerva, la situación es muy delicada. Pero dice usted bien, las amenazas siguen. No hay más que ver en la tele las expresiones de algunos de los encarcelados cuando salen y les aplauden. El señor Jordi Cuixart, dirigente de Omnium Cultural, repite una y otra vez que lo volverán a hacer, que volverán a las andadas independentistas pase lo que pase. ¿No ha visto como levanta los brazos para saludar al público que lo recibe?

– Sí, es uno delgaducho y de rostro quijotesco, ¿no? He visto en la tele cómo gesticula con brazos y cara. Parece que está empujando al rebaño para que siga su curso. ¡Esperpéntico! No entiendo cómo un pueblo culto como el catalán se ha dejado gobernar por esos personajes que lo que parecen perseguir es la ruina de Cataluña. No lo entiendo, Temes. Como tampoco entiendo que se dejen guiar por el espantapájaros huido a Bélgica. Bien sabe usted a quien me refiero.

– La pandemia, la maltratada economía y estos políticos de chichinabo están destrozando el bienestar conseguido a base de mucho esfuerzo por el pueblo español, don Gerva. Vamos a confiar en que las aguas vuelvan a su cauce; que el señor Sánchez haga caso a Europa, reduciendo drásticamente la nómina voluminosa de cargos públicos, y que salgamos de una vez de este deterioro vital en que nos han metido políticos de escasa capacidad y precario sentido de su deber como gobernantes.

– Es usted muy optimista, Temes. A mí me parece que mientras continúe este gobierno, España no volverá a la tan ansiada normalidad colectiva. Si no al tiempo. ¡Ah...! Supongo que irá usted esta noche por la taberna. Si le parece bien, seguimos allí nuestra charla. Me he enterado de que vuelven a tener cigales, ese vino castellano-leonés que tanto me gusta. Así que, si está usted de acuerdo, ¡hasta luego!

– ¡Adiós don Gerva! Nos vemos entonces esta noche. No hay nada más encantador que el disfrute de una conversación en el acogedor ambiente tabernario. ¡Hasta luego!- JT