lunes, 13 de noviembre de 2023

Una investidura dominada por grupos discordantes

Puigdemont, Junqueras, Sánchez y Otegui (Foto El Catalán)

Nada nuevo hay en lo que se esperaba del acuerdo entre los señores Sánchez y Puigdemont. ¿Acaso no decían todas las informaciones que se complacerían las exigencias de los separatistas catalanes? ¿Alguien creía que Puigdemont iba a rechazar el apoyo a la investidura del actual presidente en funciones, si este no aceptaba sus demandas, es decir, amnistía, autodeterminación, condonación de la abultada deuda de Cataluña con España, etc.? Pues se cumpla o no lo que exige el huido exdirigente catalán y sus acólitos -lo vamos a ver en los próximos meses-, lo cierto es que Junts, y en mi opinión también ERC, dos partidos independentistas, respaldarán la investidura de Sánchez por una razón clara y evidente: de ninguna manera aceptan un gobierno de centroderecha. Saben ellos que, si lo aceptan, tendrían que respetar y cumplir rigurosamente las leyes, y sobre todo la Constitución Española. O sea, que sus deseos de independencia, de librarse de imputaciones judiciales, y de cancelar la deuda de Cataluña con el resto de España acabarían en el más absoluto fracaso.

Amnistiar a casi cuatro mil catalanes, imputados o sentenciados por diversos delitos, es un atropello a nuestra Carta Magna y en especial a nuestros jueces, que han venido cumpliendo rigurosamente las leyes en sus veredictos. ¿Adónde quiere llegar el señor Sánchez promoviendo la amnistía? ¿Existe en nuestra Constitución esa medida de gracia masiva a transgresores de leyes? En ningún momento los secesionistas imputados reconocieron ni pidieron disculpas por sus vulneraciones. Y además me pregunto que si las sentencias dictadas cumplían unas leyes ya en vigor en tiempos del Gobierno Sánchez y anteriores, ¿por qué este político no trató entonces de cambiarlas con el respaldo de los votos de sus diputados? ¿Tuvo que esperar a perder unas elecciones para verse empujado a hacerlo?

Seguirán en el machito

“Ay, ay, ay, ay, canta y no llores…” Pues hoy, quienes respaldan la reelección de Sánchez como presidente del Gobierno Español pueden cantar y dejar de llorar. Seguirán en el machito, claro que sí, disfrutando de las excelencias que brindan los cargos que ocupan. Pero mucho sospecho que sus cantos se cortarán. Uno de estos días Sánchez ganará su investidura, porque parece claro que le votarán vascorretas, vascogobernantes, catalanes de apetito secesionista, canarios de canto amargo, gallegos que mexan por nós, pero temos que dicir que chove (frase humorística de un gran intelectual de esa comunidad refiriéndose a la actitud de los señores feudales con la gente de sus pueblos), y también le votarán, cómo no, militantes del casi extinguido PSOE, hoy convertido en partido sanchista.

Vamos a confiar en que ocurran dos importantes acontecimientos en los próximos meses: Primero, seria advertencia al premier Sánchez de sus errores para que, reconociéndolos, vuelva a trabajar por la unidad inquebrantable de España, por el Estado de Derecho que separa a los tres grandes poderes de una nación democrática, que son el ejecutivo, el legislativo y el judicial, hoy alterados de manera increíble. Y segundo, el riguroso cumplimiento de nuestra Constitución. También, alcanzar mejoras sociales y económicas, dos sectores de fuerte influencia en la vida en común entre ciudadanos de toda clase. Mejoras, subrayo, que contribuyan a eliminar, o al menos a reducir en gran medida, odios, rencillas y violencias. Que de todo hay hoy en nuestro país, en esta España de todos los españoles.- JT