lunes, 13 de febrero de 2023

Con As bestas, el cine español recupera atractivo

As bestas, premio Goya. El cine español recupera su atractivo y calidad histórica
As bestas es una buena película. Sin duda alguna, merecedora de un Goya, y también sus intérpretes, técnicos y realizadores. Esta vez me tocó ver en televisión la entrega anual de los premios. Hace tiempo que había perdido el interés por ser espectador de un acto como el de esa gala. Tal vez fue por la falta de atractivo que sentía hacia el cine español, del que me aparté en las últimas décadas. La banalidad de sus guiones y la poco cuidada realización influyeron de forma drástica en mi rechazo.

Después de muchos años sin ir al cine, volví a sentirme atraído por nuestra cinematografía y la cosa funcionó. Ya no se realizaban películas como, por citar algunas, La mala educación, Kika, Los abrazos rotos, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, todas ellas de baja calidad tanto argumental como técnica. Ahora parece que regresamos a los tiempos históricos del buen cine español, cuando dirigían los filmes intelectuales como el recién fallecido Carlos Saura, Buñuel, Trueba, Garci, Amenábar, etc. En los premios Goya de este año participaron interesantes películas como la antes citada de As bestas, y también otras de parecido nivel: Cinco lobitos, Alcarrás, etc.

La gala fue una sucesión de aburridas presentaciones, en especial la que hizo el arrapiezo de aspecto descuidado que protagoniza un programa en La Sexta. Su intervención no solo no tuvo apenas interés, sino que además aprovechó la oportunidad para hacer propaganda de su posición política cercana a la izquierda radical. Y la aprovechó para arremeter contra la presidenta Ayuso, recordándole al público de la sala que al día siguiente se celebraba en Madrid una manifestación contra la política sanitaria de la comunidad.

Ignoro las razones del llamamiento a la participación hecho por ese personajillo de televisión, tan desaliñado de aspecto como de mente. Lo ignoro, sí, pero lo presiento. Presuponía que un acto de carácter artístico e independiente como debe ser la gala del cine español no debía incluir acciones políticas de propaganda. No esperaba algo así, aunque entre los espectadores de la sala se hallaran el presidente Sánchez y las ministras de Trabajo y la de Hacienda. ¿Acaso ese joven quiso complacer con sus palabras a quienes son claramente contrarios a la política de la señora Ayuso? Que el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite, le haya permitido a Évole realizar una de las presentaciones de la noche, no llegué a entenderlo bien. Leite es un hombre culto y muy responsable, como se pudo comprobar por sus palabras. Fue la suya la mejor intervención de toda la noche. Su gran experiencia en televisión, el prestigio como crítico de cine y la formación que posee se reafirmaron en el discurso que pronunció sobre la situación del cine español. Y siendo así, ¿por qué permitió que la gala tomase visos de propaganda política? - JT

jueves, 9 de febrero de 2023

Turquía y Siria. La tragedia inevitable de un terremoto

¡Qué horror, qué tragedia, qué pérdida tan brutal de vidas humanas¡ La Tierra sigue padeciendo convulsiones cada vez más destructivas. Parece que los movimientos sísmicos proliferan en los últimos decenios. Uno ya no sabe si son fenómenos imprevistos, o violentísimas reacciones previsibles dentro de la estructura del planeta. Aún están próximos, entre otros, terremotos tan terriblemente destructivos como el de Turquía (1999), Nepal (2015); India, Nepal y el Tibet (2011), Chile (1960), Japón (2011), Lorca (2011), los de Granada en el siglo pasado, o el de Lisboa, ocurrido en 1775, que generó la pérdida de más de cien mil muertos y casi otros tantos heridos. La cuenta de sismos es casi incontable si la iniciamos desde el día en el que hombre dejó constancia de estos sucesos al comienzo de la historia.

La tierra destruye y mata cuando tiembla. Y si no es por el movimiento de sus placas tectónicas, puede serlo por los efectos de fuertes erupciones volcánicas. También a causa del lento desgaste de las montañas, cuya altura disminuye a lo largo de los siglos, o por el efecto de las aguas profundas que, debido al roce permanente sobre zonas sólidas, acaban abriendo fallas en el hipocentro y hundimientos. Pero, por si estos fenómenos naturales no fuesen ya suficientes para amenazar la vida de los seres humanos, van los políticos e inventan armas tan destructoras como los terremotos. Me refiero a las nucleares, a esas bombas atómicas que sirven de amenaza entre unos y otros dirigentes para proteger sus riquezas, sus ideologías o sus deseos de expansión comercial y territorial

Me gustaría ver a Putin y a quienes lo apoyan si, tras haber sufrido bajo sus pies un terremoto como el reciente de Turquía y Siria, seguirían pensando en explosionar bombas nucleares para satisfacer sus deseos de ocupar otros países. O al presidente de Corea del Norte, o al de China, o al de Estados Unidos… La inestabilidad de la Tierra dentro de su solidez no tiene ni juega con amores, odios o ideologías. Y si el planeta fue creado con la inclusión de tan peligrosas amenazas, nada puede hacer el hombre para librarse de ellas. Por el contrario, el empleo de bombas nucleares acentuaría aún más la proliferación de sismos. El uso de esas armas contribuiría a originar terribles movimientos en el interior del planeta, además de devastar la superficie terrestre y producir grandes holocaustos en todos los seres vivos.

Quienes hayan leído la B
iblia recordarán estas palabras de Cristo sobre el fin del mundo: Habrá guerras y rumores de guerras -dijo el Redentor-, señales en los cielos y en la tierra, el sol se tornará en tinieblas y la luna en sangre, habrá terremotos en diversos lugares, los mares se saldrán de sus límites, y entonces aparecerá en el cielo la gran señal del Hijo del Hombre... Guerras, mares fuera de sus límites, terremotos… ¿Le suena todo esto a actualidad, querido lector? Pues es una revelación divina, cuyo contenido describe con bastante exactitud el estado actual de nuestro planeta.- JT