As bestas, premio Goya. El cine español recupera su atractivo y calidad histórica |
As
bestas es una buena película. Sin duda alguna, merecedora de
un Goya, y también sus intérpretes, técnicos y realizadores. Esta
vez me tocó ver en televisión la entrega anual de los premios. Hace
tiempo que había perdido el interés por ser espectador de un acto
como el de esa gala. Tal vez fue por la falta de atractivo que sentía
hacia el cine español, del que me aparté en las últimas décadas.
La banalidad de sus guiones y la poco cuidada realización influyeron
de forma drástica en mi rechazo.
Después
de muchos años sin ir al cine, volví a sentirme atraído por
nuestra cinematografía y la cosa funcionó. Ya no se realizaban
películas como, por citar algunas, La mala educación, Kika,
Los abrazos rotos,
Pepi, Luci, Bom
y otras chicas del montón, todas ellas de baja calidad tanto
argumental como técnica. Ahora parece que regresamos a los tiempos
históricos del buen cine español, cuando dirigían los filmes
intelectuales como el recién fallecido Carlos Saura, Buñuel,
Trueba, Garci, Amenábar, etc. En los premios Goya de este año
participaron interesantes películas como la antes citada de As
bestas, y también otras de parecido nivel: Cinco lobitos,
Alcarrás, etc.
La gala fue una sucesión de aburridas presentaciones, en especial la que hizo el arrapiezo de aspecto descuidado que protagoniza un programa en La Sexta. Su intervención no solo no tuvo apenas interés, sino que además aprovechó la oportunidad para hacer propaganda de su posición política cercana a la izquierda radical. Y la aprovechó para arremeter contra la presidenta Ayuso, recordándole al público de la sala que al día siguiente se celebraba en Madrid una manifestación contra la política sanitaria de la comunidad.
Ignoro las razones del llamamiento a la participación hecho por ese personajillo de televisión, tan desaliñado de aspecto como de mente. Lo ignoro, sí, pero lo presiento. Presuponía que un acto de carácter artístico e independiente como debe ser la gala del cine español no debía incluir acciones políticas de propaganda. No esperaba algo así, aunque entre los espectadores de la sala se hallaran el presidente Sánchez y las ministras de Trabajo y la de Hacienda. ¿Acaso ese joven quiso complacer con sus palabras a quienes son claramente contrarios a la política de la señora Ayuso? Que el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite, le haya permitido a Évole realizar una de las presentaciones de la noche, no llegué a entenderlo bien. Leite es un hombre culto y muy responsable, como se pudo comprobar por sus palabras. Fue la suya la mejor intervención de toda la noche. Su gran experiencia en televisión, el prestigio como crítico de cine y la formación que posee se reafirmaron en el discurso que pronunció sobre la situación del cine español. Y siendo así, ¿por qué permitió que la gala tomase visos de propaganda política? - JT