Ir a la montaña a disfrutar de la naturaleza es realmente una delicia. Pasar horas caminando, subiendo con suavidad o con dureza, llena de ánimo la afición al montañismo. El número de aficionados ascendió de manera elevada en los últimos años. Y la gran mayoría carece o tiene poca experiencia, pero es igual: aprovechan la oportunidad de sumarse a grupos de senderismo para gozar de sus caminatas, o van con amigos expertos en montañismo a disfrutar de subidas y bajadas por zonas bien aireadas y de hermosas vistas.
Cada cierto tiempo se difunden noticias de rescates de heridos en accidentes y de otros casos mortales de montañeros expertos. No hace muchos meses perdió la vida un conocido alpinista catalán, de 41 años. Se llamaba Gerard Olivé y estaba subiendo al Aneto. El pasado mes de abril murió un montañero bilbaíno, de más de treinta años, al caer desde una altura de trescientos metros en el pico Russell, del parque de la Maladeta. Y a finales del pasado mes de marzo fallecieron tres madrileños sexagenarios, tras precipitarse por la llamada Escupidera cuando, como miembros de un grupo de montaña, ascendían por esa vía en el parque del Moncayo. Es esa una zona muy peligrosa si abundan en ella la nieve y el hielo. Hay, pues, que poseer gran experiencia en alpinismo para subirla sin sufrir accidentes.
Pero no todos los que se accidentan son expertos. La mayoría, en términos generales, suelen ser simples aficionados o pertenecientes a grupos senderistas, como he dicho en uno de mis anteriores comentarios sobre el montañismo. Que los accidentes aumentan de año en año en España, ya no hay duda. Por ejemplo, hasta agosto de 2024 habían muerto 27 personas en las montañas aragonesas. Estos sucesos ratifican el enorme peligro del montañismo cuando, por lo general, escasea la experiencia en esa actividad. Peligro que no solo afecta a los senderistas, sino también a quienes llevan bastante tiempo practicando el alpinismo, como en el caso ocurrido el verano pasado en el Mont Blanc donde dos vascos fallecieron en caída al desprenderse una de las clavijas o pitones que sujetaban su cuerda.
Los alpinistas experimentados saben cómo hay que actuar evitando accidentes. No solo hay que llevar el material necesario para avanzar sin peligrosidad, en subidas y bajadas, sino también asegurarse del estado del clima antes de iniciar la ascensión. Y sobre todo abandonar ascensiones o descensos cuando se prevén peligros insuperables. Siendo aún expertos, conviene que al menos vayan siempre tres en el equipo de ascensión. Esto es beneficioso porque, en el caso de que uno de ellos sufra una caída, los otros dos podrán recuperarlo si no se trata de una situación de imposible ayuda eficaz e inmediata.- JT
El aumento de accidentes en montaña es en mi opinión tremendo, nunca se había llegado a tantos heridos y tantas muertes. Muertes, digo yo, de inexpertos y tambien de montañeros con alto grado de experiencia. Como dices hay que usar la cabeza antes que el cuerpo para asegurarse del estado del tiempo, de zonas de peligro, de qué llevar de material de ascensión para no exponerse a sufrir accidente, etc etc...
ResponderEliminarJO¡ me parece horrible el aumento de muertes en las montañas, cada año hay mas, como dan los datos sobre accidentes en ellas... Yo NO ENTIENDO por que hay tantas personas metiéndose en lugares que para ellas debieran de ser inacesibles, me refiero a los senderistas que son hasta ahora quienes dan el mayor número de accidentados.
ResponderEliminarA pesar de tantos accidentes hay a veces que huir a la montaña y es para alejarse del gobierno que tenemos autor de una política para muchos españoles indeseable, son pocos y mas bien partidarios de izquierdas radicales quienes apoyan a esos políticos. Me voy me voy y me voy a la montaña, quiero huir de la forma indeseable de gobernarnos y eso si, vivir feliz donde no hay políticos de insoportable actuación....
ResponderEliminarLa accidentalidad montañera sigue en aumento, ya veis, recientemente un escalador y una escaladora sufrieron accidentes graves. Escalaban en paredes de zonas de montaña de la sierra de Orihuela, él se golpeó al escalar y ella cuando escalaba se desprendieron rocas y quedó herida y colgada a más de cien metros de altura. Temes tiene razón, porque escaladores y simples montañeros deben estudiar a fondo el estado de los lugares por los que van a caminar o escalar. Y sin no está clara la solidez de las vías o los senderos, pues que abandonen la ascensión.
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