lunes, 14 de abril de 2025

¡Adiós, Mario! Se nos fue Vargas Llosa

Mario con una guitarra en la mano. Año 1959

No esperaba la muerte de Mario Vargas Llosa. Acaba de ocurrir en Lima, donde estaba de nuevo con su familia. Fue ayer domingo, día trece. Hoy aún desconozco la causa de su fallecimiento, pero recuerdo que en 2022 sufrió gravemente Covid y volvió a padecerlo un año después. En sus últimas fotos se le veía bastante delgado, como si a causa de un deterioro físico fuera perdiendo peso y complicando su salud. Al conocer hoy la noticia de su definitiva desaparición, he pasado a sufrir una enorme tristeza. Nos vimos por última vez en los años noventa, pero seguí leyendo sus novelas, excelentes muchas de ellas, para mantenerle a él personalmente en mi recuerdo.

Mario fue un excelente escritor. Obtuvo numerosos galardones, pero el mayor fue en 2010 cuando recibió nada menos que el Premio Nobel de Literatura. Ha escrito numerosas novelas, todas ellas de gran interés para la inmensa mayoría de lectores. A Mario lo conocí personalmente en 1959, cuando ambos participamos en el II Festival de Folclore Hispanoamericano organizado por el Instituto de Cultura Hispánica. Él bailaba junto a su primera esposa, Julia Urquidi, y a mí me tocó rasguear la guitarra y cantar junto con tres peruanos formando el cuarteto musical del grupo de Perú. Recorrimos gran parte de España y sus islas baleares. Fue muy exitosa la actuación de todos los grupos folclóricos, incluidos los de España.

Mario y yo tardamos en volver a vernos. Él se fue a Francia y yo a Alemania a seguir ejerciendo mis dos profesiones. Pero fue en los años ochenta cuando volvimos a encontrarnos. Los dos matrimonios (la esposa de Mario era ya Patricia) cenamos juntos para recordar nuestras actuaciones en el festival folclórico de los cincuenta. Años después, a mediados de los noventa, nos encontramos de nuevo los dos. Él estaba entonces repleto de buena salud y seguía escribiendo novelas y novelas, todas ellas con gran éxito de lectores.

Las fotos que vi de él en los últimos meses me sorprendieron bastante. Su delgadez estaba muy acentuada, y el fuerte cambio de expresión en su rostro me hicieron pensar que Mario no estaba bien de salud. Empecé entonces a sospechar que el Covid lo había dañado en exceso y que necesitaba recuperar su salud cuanto antes. Pero, por desgracia, no ha sido así. La noticia de su muerte me ha llenado de tristeza. Perder definitivamente a un escritor e intelectual de su categoría es un hecho doloroso. Y más si has tenido con él una buena e inolvidable amistad. La noticia me sobresaltó, me dejó helado al leerla.

Desde este blog envío mi más profundo sentimiento de pesar a su esposa, Patricia Llosa Urquidi, a sus hijos y a sus nietos, con el deseo de que la enorme tristeza por la pérdida de su marido, padre y abuelo no llegue a extremos de un inacabable desconsuelo. Mario se fue, pero ellos siguen, yo también, y no dejaré de olvidarlo ni tampoco dejaré de seguir leyendo sus obras mientras mi salud permanezca sin alteraciones en mi cuerpo y sobre todo en mi mente.- JT