Parte de la muchedumbre invasora espera decisiones. El Pueblo |
Invasión con niños en vanguardia
La represalia del país vecino no se hizo esperar. Como venganza, recurrió a un hecho ruin, miserable, el de abrir su frontera a niños y jóvenes para que invadiesen Ceuta, una ciudad que es frontera del sur de España con Marruecos, pero también de la Unión Europea. Resultado: entraron, pero miles de personas fueron devueltas en caliente al otro lado de la valla y a los menores, con procedencia familiar desconocida, se les mantiene en Ceuta pendientes de ser acogidos o devueltos a sus familias.
A mí esta miserable invasión me recordó un hecho similar ocurrido en Cataluña durante la celebración del referéndum ilegal pro independentismo. Las multitudes agolpadas ante las fuerzas del orden tenían en vanguardia a niños, jovencitos y personas de avanzada edad. Parecía como si los organizadores de esas manifestaciones esperasen clemencia por parte de policías y guardias civiles al ver a quiénes tenían que dispersar. Fueron unos sucesos peligrosos y aventurados, tras los cuales los organizadores recibieron el duro castigo del encarcelamiento.
En Ceuta, la muchedumbre invasora también estuvo compuesta, principalmente, por jóvenes y menores de edad, a los que las fuerzas del orden y los militares encargados de reprimir la entrada trataron de manera delicada y humanitaria. En televisión hemos visto escenas conmovedoras como la del guardia civil que no dudó en tirarse al agua para salvar a un bebé, el legionario que subió a la valla a rescatar a un menor en peligro de caerse, militares y policías llevando en sus brazos a menores víctimas de la humedad y el frío, y a esa joven de la Cruz Roja que no dudó en consolar a un senegalés al verlo tiritar de frío y exhausto. Este, tras llegar a nado a la playa de El Tarajal, rompió a llorar e intentó autolesionarse golpeando su cabeza contra una roca.
La ingenua decisión de una ministra
De todo lo ocurrido se puede sacar una conclusión: la ministra Laya actuó indebidamente al ocultar a Marruecos la acogida de Ghali reclamado por Rabat para procesarlo, y pendiente también de juicio en España por sus acciones criminales contra ciudadanos de nuestro país. Estaba gravemente enfermo y había que ayudarle, sí, es una decisión humanitaria. Pero creer que a Marruecos se le podía ocultar el asilo dado al líder polisario es de una ingenuidad inquietante. La señora ministra de Exteriores hablará muchos idiomas, poseerá un currículo destacado dentro de su profesión, pero como diplomática, cero patatero, que diría Aznar.
El asunto encierra una gravedad extrema. Las relaciones de España con Marruecos, humanas, comerciales y de vecindad, no pueden ni deben romperse. Costó años y esfuerzos por ambas partes olvidar un pasado de batallas y enfrentamientos durísimos, como el desastre sufrido por nuestro ejército en Annual, donde fueron torturados -y en algunos casos desmembrados sus cuerpos- muchos de los diez mil militares españoles muertos en esa batalla. Que ahora, por una torpeza diplomática, las relaciones lleguen a romperse, sería un error muy grave del que tendrían que responder el presidente Sánchez y su gobierno.
La ingenua decisión de una ministra
De todo lo ocurrido se puede sacar una conclusión: la ministra Laya actuó indebidamente al ocultar a Marruecos la acogida de Ghali reclamado por Rabat para procesarlo, y pendiente también de juicio en España por sus acciones criminales contra ciudadanos de nuestro país. Estaba gravemente enfermo y había que ayudarle, sí, es una decisión humanitaria. Pero creer que a Marruecos se le podía ocultar el asilo dado al líder polisario es de una ingenuidad inquietante. La señora ministra de Exteriores hablará muchos idiomas, poseerá un currículo destacado dentro de su profesión, pero como diplomática, cero patatero, que diría Aznar.
El asunto encierra una gravedad extrema. Las relaciones de España con Marruecos, humanas, comerciales y de vecindad, no pueden ni deben romperse. Costó años y esfuerzos por ambas partes olvidar un pasado de batallas y enfrentamientos durísimos, como el desastre sufrido por nuestro ejército en Annual, donde fueron torturados -y en algunos casos desmembrados sus cuerpos- muchos de los diez mil militares españoles muertos en esa batalla. Que ahora, por una torpeza diplomática, las relaciones lleguen a romperse, sería un error muy grave del que tendrían que responder el presidente Sánchez y su gobierno.
Brahim Ghali, presunto terrorista
Ghali está acusado en España, por parte de asociaciones de víctimas del terrorismo, de unos trescientos atentados contra pescadores canarios y empleados de Foss Brucá, cometidos en la década de los años ochenta, cuando él comandaba el Frente Polisario. Si Marruecos también quiere procesarlo por presuntos actos de terrorismo y genocidio, parece claro que estamos ante una persona que, aunque siga recibiendo asistencia médica por su estado de salud, tarde o temprano deberá responder ante la justicia de las acusaciones que se le imputan. Sobre las declaraciones del payasín catalán independentista huido a Bélgica (¡qué valentía!), de nombre Carles Puigdemont, ningún comentario. Su afirmación de que Ceuta y Melilla pertenecen a Marruecos es una soberana imbecilidad. Este grotesco personaje de la farándula independentista ya no sabe qué tontería decir para seguir apareciendo en los medios de comunicación.- JT
Hay un arzobispo que dice que nada de invasión, ni asalto ni ataque se debe llamar a lo ocurrido en Ceuta. Para ese pastor de la iglesia todas las personas que entraron ilegalmente en zona española son buenas y hay que ser misericordiosos con ellas, cuando vi a este cura hablar en la tele pues casi se echa a llorar al referirse a ese aluvión humano. Claro que hay que ser humano y ayudarles. Pero ser humano no es ser tonto. Dígame ese señor donde se mete a tanta gente cuando España está llena de desempleados y Cáritas a tope de ayuda. Señor obispo, piense bien lo que va a decir antes de lanzar mensajes de esperanza a niños y jóvenes. Si usted y las personas de su entorno tienen casa, comida y empleo para ellos, pues adelante, pero no olvide a nuestra juventud que está tanto o más necesitada que los asaltantes de la verja ceutí.
ResponderEliminarLa actuación de la ministra fue deficiente e inoportuna. Cuando se recrudece la petición de Marruecos para obtener su soberanía sobre el Sahara va la señora Laya y toma ya, monta escándalo y crea fuerte tensión con los marroquíes. Opino que hay que ayudar médicamente a ese jefe del Frente Polisario, pero lo lógico es que nuestra ministra y su presidente traten con las autoridades de Marruecos el destino de ese presunto terrorista. Por su culpa han muerto muchos españoles hace años, así que pague por su culpabilidad si se demuestra con pena de cárcel. Pero siempre sin dejar al margen a los vecinos africanos. Ellos también tienen derecho a actuar judicialmente contra ese individuo.
ResponderEliminarLa ministra Laya dice que hablaron con Marruecos, pero un ministro marroquí afirma que no han han hablado. ¿A quién creemos? Yo lo tengo claro, ¿y tu?
ResponderEliminarHorror de gobierno, ya se está pasando de castaño oscuro. Que convoquen elecciones cuanto antes porque las mentiras queman afectos y mentes. Acaso temen que nos los voten ni dios????
La señora Laya tiene de diplomática lo que yo de pavo real. Un presidente serio y con un mínimo de tacto, conocimiento y sentido de estado no pondría a esa señora en tan importante cargo. Si como dices habla muchos idiomas, pues debo comentarte que conocí a personas que presumían de ello. Luego, les oías hablar italiano, inglés, francés o alemán, y hablaban pero su nivel no pasaba de un primer curso de cualquier escuela de idiomas.
ResponderEliminarCesáreo tiene razón, esa señora no sirve para representar a España en el Mundo. Ignoro su especialidad, pero de diplomática no tiene nada. El señor Sánchez no da una en el clavo con sus nombramientos.
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