Señora Calvo. Javi Martínez. El Mundo |
La señora Calvo es doctora en Derecho Constitucional, profesora universitaria y vicepresidenta primera del Gobierno de España. A tan alta jerarquía política hay que exigirle propiedad en el habla, corrección gramatical y sobre todo no hacer el ridículo en público. He creído que las expresiones poco afortunadas que se le atribuyen, errores como anglicanismo en vez de anglicismo, planetas en vez de naciones o países, etc., eran lapsus linguae que cualquiera puede cometer en un momento en el que no se presta atención a lo se está diciendo. De la misma manera que lo de fraila o quijota obedecía a su defensa del lenguaje feminista inclusivo. Pero hoy me llevé una decepción al escuchar su respuesta, en la entrevista de TVE, a una pregunta de la presentadora sobre si hay o no división en el feminismo. En el contenido de la respuesta vino a decir que no sé por qué alguien o muchos álguienes…, y largó este pronombre en plural de manera clara, contundente e inequívoca.
¿Cómo un cargo de su nivel, una doctora en Derecho Constitucional y exministra de Cultura puede expresarse con tan poca propiedad, cometiendo graves errores gramaticales? Políticos del nivel expresivo de la señora Calvo causan vergüenza ajena. Al menos a mí me sonrojan. Se puede ser quijota o fraila, presidenta o soldada, allá cada cual con su lenguaje, pero por favor no cometan faltas gramaticales tan graves como el falso empleo de los pronombres, porque alguien carece de plural y no va a ser aceptado por mucho que esta señora lo repita. Me chirriaron las neuronas al oír a tan alta jerarquía del Estado decir muchos álguienes sin reparar inmediatamente en su error. La señal eléctrica que transmitió a mi cerebro tal burrada, activó el axón y envió la corriente a todo mi cuerpo. Me dejó colapsado.
El nivelazo gramático-cultural que hay ahí arriba causa pavor. Un par de ejemplos: Las explicaciones de la señora Yolanda Díaz en rueda de prensa sobre los ERTE, queriendo definir esta forma de ayuda a empresas y trabajadores. Fue tal su ofuscamiento al explayarse, que ninguno de los presentes supo de qué iba la cosa. Y a su vez, la señora portavoz del gobierno, doña María Jesús Montero, dio muestras de sus profundos conocimientos de química al asegurar que agua y sal no pueden mezclarse, confundiendo aceite con sal. ¿Sobrecarga de trabajo? ¿Tensión o nerviosismo, o fallos del sistema cognitivo por precario? Ignoro a qué se debe tanta metedura de pata.- JT
Si la señora Montero redujese la velocidad del ritmo al hablar no cometería errores como el que citas en tu post. Larga tan deprisa que la palabras se sobreponen unas sobre otras. Me recuerda a Manuel Fraga, salvando las enormes distancias que hay entre ambos, un político que también hablaba deprisa, tan deprisa que solía decirse de él que su voz iba siempre por delante de su mente. Pero no cometía errores ni decía las barbaridades que se escuchan hoy.
ResponderEliminarSiento que esta señora cometa tantos errores al hablar, me parece una buena politica y persona seria y respetuosa con la democracia, la monarquía y el orden constitucional. Sospecho que si por ella fuese Podemos no estaría en el Gobierno. Es lo que hay y tenemos que soportarlo.
ResponderEliminarCon esos perfiles intelectuales no me sorprende que el Iglesias se sienta un dios en el gobierno.
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