lunes, 27 de abril de 2020

El cabreo de Don Gerva por una limitación irritante

A las diez de la mañana, cuando estoy enfrascado leyendo el Berliner Morgenpost, suena el teléfono de manera insistente, tardo un tiempo en descolgarlo y, tras el ¡diga! habitual escucho una voz enérgica:
--¡Hola Temes, soy Gervasio!
Gervasio de la Melancolía y Fontellos, Don Gerva como yo le llamo, es un buen conocido mio de hace años. Antes de la pandemia solíamos coincidir en la misma cafetería del centro de la urbe, donde se dan cita toda suerte de parroquianos. Acuden de todas las edades, pijos y currantes, y de todas las ideologías, pero la de Don Gerva aún no he llegado a saberla, ni su edad, ni su tendencia política. Me apresuré a responder a su saludo:
--¡Hombre Don Gerva, hace tiempo que no sé nada de usted!
--Pues mantengo mi buena salud, aunque dicho sin exagerar, pero sufro un cabreo mayúsculo.
¿Hasta cuándo seguirán las muertes por el virus?
--¿Cabreo? -pregunto  sorprendido a mi interlocutor-. ¡Pero si usted es una persona de carácter alegre!
--Sí, alegre hasta que me encerraron en casa. Ya va para dos meses que estoy haciendo todos los días crucigramas, leyendo la prensa digital, oyendo música, caminando de un lado a otro de la sala como perro enjaulado a la espera de libertad...
--Tocará también el piano -le interrumpo-, porque usted sabe hacerlo, ¿no?
--Sí, claro, toco el piano y a mí me tocan otras cosas. ¡Estoy harto de encierro! Nos han metido en un confinamiento brutal, ilegal, injusto y lesivo a nuestros derechos como ciudadanos. ¿Por qué hemos de pagar con la pena de reclusión, aunque sea en nuestras casas, la inexperiencia de unos gobernantes ineptos?
--Bueno don Gerva, ya sabe usted que hay que evitar que la muerte se propague.
--Pues claro que sí, pero ¿de la manera que se ha hecho, pagando el pueblo los graves fallos de unos políticos que ¡válgame Dios!, no sé si sabrán hacer la o con un canuto? Mire, nos encierran y ahora, cuando estamos a punto de estallar, dejan salir a la calle a los niños con sus papás. ¡A la calle, hala, no al parque que es donde ellos se sienten a sus anchas y no molestan a los viandantes!
--Es una medida oportuna. Los pequeños necesitan movimiento, juego. Si no lo hacen, su salud puede resentirse.
--Claro, a la calle. Pero hemos visto cómo una gran parte de la población se pasa por el arco del triunfo las medidas del gobierno, se van a las playas, a los pueblos, caminan en grupo, ¡no respetan lo establecido porque están hasta los huevos, y perdone la expresión, pues sabe usted que no soy dado a soltar tacos, pero es que no se puede respetar la imposición de un encarcelamiento tan brutal como este!
--No se puede o no se quiere, don Gerva.
--¡Ya, ya! Esperaba esa respuesta. Pues claro que se quiere. Pero son tan poco claras y sensatas las condiciones de la salida que uno no puede cumplirlas. Y si no, dígame cómo puedo saber que estoy a dos metros del vecino, cuando no tengo una regla para medir la distancia y menos aún un medidor laser; cómo sé que me he alejado de mi vivienda un kilómetro y debo ya regresar, si no poseo un cuentakilómetros, cómo sé… En fin, con este confinamiento nos toman por tontos, como si no supiésemos comportarnos los adultos en una situación así. Hemos tenido más de una epidemia y supimos protegernos. ¿A qué viene ahora este show? Porque...
--Claro -le interrumpo-, yo tampoco lo entiendo, pero hay que cumplir para que el virus no se siga extendiendo.
--¿Cumplir? Es usted un guasón, Temes. No hay que cumplir nada, hay que usar el sentido común y no acercarse a los demás para evitar el contagio, ¡qué dos metros ni que leches! Y lo del kilómetro es de chiste. ¿Por qué no uno y medio, o medio, o un cuarto…? Salga una hora a pie y ya está. Vaya a donde quiera.
--Lo peor es que se está arruinando mucha gente, no sé cómo saldremos de esta.
--Pues saldremos hechos unos zorros -afirma con rotundidad Don Gerva-, metidos en una epidemia de hambre y miseria mientras los políticos del gobierno disfrutan de coche con chófer, finca con jardín para pasear, secretarios, asesores, sirvientes, protección policial… y paro de contar porque me enervo. ¡Una mierda, Temes! ¡Nosotros, la gente del pueblo, somos los imbéciles, los malditos! Para no contagiarnos nos apartan y recluyen como antaño se hacía con los leprosos. Vivíamos en un país sano y alegre y ahora ¡en una leprosería! ¿No ve cómo las personas se apartan unas de otras en la casa y en la calle, en el súper, en la farmacia…? Y si no lo hacen, hay siempre un baboso o una babosa que te delata, llama a la policía para que te arresten y multen ¡como en las dictaduras! ¡Maldito sea, el remedio es peor que la enfermedad!
Correcto paseo con niños. Foto El País
--¡Caramba Don Gerva, no le había visto nunca tan excitado!
--Pues me ve ahora. Ha muerto y sigue muriendo mucha gente, ¿no se informa, amigo? Espero que la responsabilidad de esas muertes, que son decenas de miles, caiga con todo el peso de la ley sobre los responsables que no supieron prever las consecuencias de un virus letal cuando ya había muchos antecedentes de su peligrosidad. ¿Acaso no suspendieron el Mobile Word Congress de Barcelona por miedo a la propagación de lo que entonces era una epidemia? ¿Acaso no avisó Europa, ya en enero, de la peligrosidad de este virus. Y si fue así, ¿por qué no se tomaron en seguida medidas de prevención y abastecimiento de material para salvar de la muerte a decenas de miles de personas, ya ve, sanitarios, policías, guardias civiles, ancianos -¡qué masacre hubo con los viejos!-, empresarios, deportistas, famosos...? ¡Un horror! Fíjese Temes, si hay medio centenar de muertes en la carretera un fin de semana o un puente, nos echamos las manos a la cabeza. Ahora tenemos decenas de miles y como si nada, a seguir la rutina diaria hasta que nos acostumbremos a una masacre que mí me causa pavor. Y por si no fuera bastante, aún habrá tontos que volverán a dar sus votos a estos políticos en las próximas elecciones, si las hay, porque parece que no los descabalga del poder ni el rayo justiciero.
--Yo también siento un profundo pesar y mucha rabia por las muertes de tantos compatriotas, Don Gerva. Vamos a ver cómo evoluciona la situación. Ya sabe usted que alemanes, suecos, daneses, austriacos, noruegos, y paro de contar, han acordado el regreso a la normalidad, aunque, eso sí, de manera prudente. Pero ya ve lo que nos espera, ¡vaya horizonte! Si la salud está en primer lugar, antes que ninguna otra cosa, el hundimiento de nuestra economía podría generar una pandemia de consecuencias aún más graves que la actual: la del hambre y la miseria. 
--Tiene usted razón. Nos llevan a un escenario horripilante, donde solo sobrevivirán las bacterias. Los demás, al carajo.
--Bueno, no sea tan radical. Confiemos en que la situación se resuelva de la mejor manera y sigamos todos viviendo en paz.
--Sí, sí Temes, viviendo en soledad y en paz. En la paz de los cementerios, porque de seguir así, hacia esa paz vamos. En fin, hasta pronto, que sobreviva usted muchos años.
--Adiós don Gerva, y usted también. Gracias por su llamada.

6 comentarios:

  1. Yo también estoy muy cabreado como ese amigo tuyo, tengo ansiedad y por mis años debo moverme mucho para mejorar mi salud, pero me tienen encerrado en casa, apenas puedo moverme porque las únicas vías de escape al exterior las tengo junto a mi casa, el supermercado, la farmacia y el cajero, así que desde que comenzó el confinamiento he engordado, tomo medicinas para la diabetes y el corazón y estos carajos no me dejan salir a caminar todos los días, ni a pie ni en coche a una zona del extraradio sin gente que me pueda contagiar, es todo una mierda pero me lo pagarán en cuanto haya elecciones, al Sánchez y al Iglesias los va a votar su...... que yo no, NO, NO NO No¡¡¡¡¡ Les he dicho a mis hijos que si muero de la enfermedad que tengo vayan junto aljuez y denuncien a estos dirigentes por homicidio imprudente o por lo que sea pero que los denuncien.

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  2. Al fin un suspiro? ¡¡¡¡Desescalada por provincias¡¡¡¡ podemos ir a cualquier lugar de la provincia en que vivimos pero no traspasar la raya y entrar en la provincia limítrofe, ¡¡¡pero cuidado, ni un paso en falso¡¡¡ porque entonces la hemos cagao, como dicen los chavales. Esto es filosofia pura, lógica manifiesta, TERAPIA DE CÁGATE LORITO, es la repera hecha imposición y norma de comportamiento. Tenemos cabezas pensantes tan avanzadas que hasta dan miedo, ¿DE QUÉ GALAXIA PROVIENEN???. Si reflexiono sobre causas y efectos de la pandemia concluyo que nos la metieron por el aro sin apenas enterarnos hasta que sonaron las trompetas apocalípticas. ¡¡¡¡Tarí tarí, tarí, todos a las madrigueras que viene el bicho depredador¡¡¡.Y llegó, y avanzó, y mató a destajo, y llenó hospitales, y abrió sepulturas donde no las había, viejo te han matao, malditos sean, que el destino los atormente el resto de sus días con el peso de tanta muerte innecesaria.

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  3. Presiento que algo raro me esta pasando.... De mañana, en el baño, miro a mis pies y no los veo, en esta semanas de confinamiento observo día a día como aumenta mi cuerpo por el levante y se reduce por el poniente, si me sube el colesterol, mato, si me sube la glucosa, mato, mato y mato como lo haría la Esteban cuando amenazan a su niña. Por ella mata, yo, por mi barriga, lo también lo haría porque he perdido el tipo de macho alfa que tenía hace mes y medio, me flaquean las piernas al andar, ¡¡¡mesale papada''', ¿es el virus, es la cerveza, es el queso, la mantequilla, la mermelada? Mierda''', la madre que los parió, es el encierro, atrapen a ese virus y pisoteenlo hasta que no quede rastro de él, maldito¡¡¡ Si sigo asi de esta no salgo, voy derecho al cajón, a la fosa a dar abono a las plantas. En los viejos no piensan. A los viejos, que les den. Si eres viejo, jódete y la próxima vez muérete antes de llegar a la ancianidad porque en la sociedad actual los viejos no cuentan. Nada, para nada. Solo para servir, pero cuando pueden y les dejan.

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  4. No doy crédito a lo que acabo de oir, en el coche pueden ir ocupados todos los asientos, pero por personas que viven en el mismo piso, por familias, no se puede llevar a ningún viajero que no sea de la familia. Me pregunto cómo se controla esto. ¿Van a parar a todos los vehículos y pedir a cada ocupante el DNI? porque si lo hacen de manera aleatoria podrán lo listillos, que abundan, saltarse la norma. Lo siento por la Guardia Civil y por la Policía Nacional y Local. !Qué tarea les espera¡ Esos sí que se merecen un homenaje, se lo doy desde aquí. Y si ese control es prácticamente imposible hacerlo con rigor, a ver quien es el fenómeno que caza a esos ciudadanos inciviles y les multa por sobrepasar el kilómetro, el horario establecido, el paso a otra provincia... ja, ja, ja nunca en tal situación nos habíamos visto antes.

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  5. Yo crio malvas pero de momento en el huerto, a él puedo ir porque no está prohibido, señores del gobierno, pronto las criaré yo con mi cuerpo si la situación no cambia, percibo el olor de la muerte,insoportable, ninguna compasión, nada, la gente muere a porrillo y permanecemos inalterables, algunso imbéciles salen a la calle, a bailar, a gritar de alegría, cabrones¡¡ otros largan música desde sus balcones que los demas tenemos que soportar, aguantar ese horrible chunda, chunda, chunda a todo trapo.....y la poli, na de na, pasa de largo y deja hacer, quizá obedece órdenes. VIVIMOS TIEMPOS DE DESENFRENO. ¡ABAJO LOS CULPABLES¡¡¡¡ ¡¡¡¡¡¡¡¡¡FUERA, FUERA, VAYANSE Y DEJENNOS VIVIR EN PAZ¡¡¡

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  6. Mucho hablar pero nadie piensa en esas personas que pr su edad y conocimientos no pueden usar la informática para sacar dinero de los cajeros, pagar recibos directamente, etc. Todas las empresas han reducido drasticamente oficinas y delegaciones. Por eso, un anciano sin ayuda sufre grandes problemas. No puede trasladarse lejos de su hogar, no posee tarjeta de crédito, etc, etc, lo que prueba el grado de abandono e injusticia al que se sometió a muchos de nuestros mayores. Y mientras, hay por ahí mucho hijoputa que se mira el ombligo y la cartera y se relame de placer viendo el dinero que recibe a final de mes aunque no trabaje y como dan trabajo a los de su cuerda aunque sean unos burros. Estamos construyendo una España de mierda, algún día tendrá que acabar la ya insoportable situación social que padecemos.

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