--¡Hola
Temes, soy Gervasio!
Gervasio de la Melancolía y
Fontellos, Don Gerva como yo le llamo, es un buen conocido mio de
hace años. Antes de la pandemia
solíamos coincidir en
la misma cafetería del centro de la urbe, donde se dan cita toda
suerte de parroquianos. Acuden
de todas las edades, pijos y currantes, y de todas las ideologías,
pero la de Don Gerva aún no he llegado a saberla, ni su
edad, ni su tendencia
política. Me apresuré
a responder a su saludo:
--¡Hombre
Don Gerva, hace tiempo
que no sé nada de usted!
--Pues mantengo mi buena
salud, aunque dicho sin exagerar, pero sufro
un cabreo mayúsculo.
¿Hasta cuándo seguirán las muertes por el virus? |
--¿Cabreo?
-pregunto sorprendido a mi interlocutor-. ¡Pero
si usted es una persona de carácter alegre!
--Sí,
alegre hasta que me encerraron en casa. Ya va para dos meses que
estoy haciendo todos los días crucigramas, leyendo la prensa
digital, oyendo música, caminando de un lado a otro de la sala como
perro enjaulado a la espera de libertad...
--Tocará
también el piano -le
interrumpo-,
porque usted sabe hacerlo, ¿no?
--Sí, claro, toco el piano y
a mí me tocan otras cosas. ¡Estoy harto de encierro! Nos han metido
en un confinamiento brutal, ilegal,
injusto y lesivo a
nuestros derechos como ciudadanos. ¿Por qué hemos de pagar con la
pena de reclusión, aunque sea en nuestras casas, la inexperiencia
de unos gobernantes ineptos?
--Bueno don Gerva, ya sabe
usted que hay que evitar que la muerte se propague.
--Pues claro que sí, pero ¿de
la manera que se ha hecho, pagando el pueblo los graves fallos de
unos políticos que ¡válgame Dios!, no sé si sabrán hacer la o
con un canuto? Mire, nos encierran y ahora, cuando estamos a punto de
estallar,
dejan salir a la calle a los niños con sus papás. ¡A la calle,
hala, no al parque que es donde ellos se sienten a sus anchas y
no molestan a los
viandantes!
--Es una medida oportuna. Los
pequeños necesitan movimiento, juego. Si no lo hacen, su salud puede
resentirse.
--Claro, a
la calle. Pero hemos visto cómo una gran parte de la población se
pasa por el arco del triunfo las medidas del gobierno, se van a las
playas, a los pueblos, caminan en grupo, ¡no respetan lo establecido
porque están hasta los
huevos, y perdone la expresión, pues sabe
usted que no soy dado
a soltar tacos, pero es que no se puede respetar la
imposición de un encarcelamiento tan
brutal como este!
--No se puede o no se quiere,
don Gerva.
--¡Ya,
ya! Esperaba esa respuesta. Pues claro que se quiere. Pero son tan
poco claras y sensatas
las condiciones
de la salida que uno no puede cumplirlas. Y
si no, dígame cómo
puedo saber que estoy a dos metros del vecino, cuando
no tengo una regla para
medir la distancia y menos aún un medidor laser; cómo sé que me he
alejado de mi vivienda un kilómetro y debo ya regresar, si
no poseo un cuentakilómetros, cómo
sé… En fin, con este
confinamiento nos
toman por tontos, como si no supiésemos
comportarnos los adultos en una situación así. Hemos tenido más
de una epidemia y supimos protegernos. ¿A qué viene ahora este
show? Porque...
--Claro
-le interrumpo-, yo tampoco lo entiendo, pero hay que cumplir para
que el virus no se siga extendiendo.
--¿Cumplir?
Es usted un guasón, Temes. No hay que cumplir nada, hay que usar el
sentido común y no acercarse a los demás para
evitar el contagio,
¡qué dos metros ni que leches! Y lo del kilómetro es de chiste.
¿Por qué no uno y medio,
o medio, o
un cuarto…? Salga
una hora a pie y ya está. Vaya a donde quiera.
--Lo
peor es que se está arruinando mucha gente, no sé cómo
saldremos de esta.
--Pues
saldremos hechos unos zorros -afirma con rotundidad Don Gerva-, metidos en una
epidemia de
hambre y miseria mientras los políticos del gobierno disfrutan de
coche con chófer, finca con jardín para pasear, secretarios, asesores,
sirvientes, protección policial… y paro de contar porque
me
enervo.
¡Una mierda, Temes! ¡Nosotros, la gente del pueblo, somos los
imbéciles,
los malditos!
Para no contagiarnos
nos
apartan y recluyen como antaño se hacía con los leprosos. Vivíamos
en un país sano y alegre y
ahora ¡en
una leprosería! ¿No
ve cómo las personas se apartan unas de otras
en la casa y en la calle, en el súper, en la
farmacia…? Y si no lo hacen, hay siempre un baboso o una babosa que
te delata, llama a la policía
para que te arresten y multen ¡como en las dictaduras! ¡Maldito
sea, el remedio es peor que la enfermedad!
Correcto paseo con niños. Foto El País |
--¡Caramba
Don
Gerva, no le había visto nunca tan excitado!
--Pues
me ve ahora. Ha muerto y sigue muriendo mucha gente, ¿no
se informa, amigo?
Espero
que la
responsabilidad de
esas muertes, que son decenas de miles, caiga con
todo el peso de la ley sobre
los responsables que
no supieron prever las consecuencias de un virus letal cuando ya
había muchos antecedentes de su peligrosidad. ¿Acaso no
suspendieron el
Mobile Word Congress de Barcelona por miedo a la propagación de lo
que entonces era una epidemia? ¿Acaso no avisó Europa, ya en enero, de la peligrosidad de este virus. Y
si fue así, ¿por qué no se
tomaron en seguida medidas de prevención y abastecimiento de
material para salvar de la muerte a decenas de miles de personas, ya ve,
sanitarios, policías,
guardias
civiles, ancianos -¡qué masacre hubo con los viejos!-, empresarios,
deportistas, famosos...? ¡Un
horror!
Fíjese
Temes, si hay medio centenar de muertes en la carretera un fin de
semana o un puente, nos echamos las manos a la cabeza. Ahora tenemos
decenas de miles y como si nada, a seguir la rutina diaria hasta que
nos acostumbremos a una
masacre
que mí me causa pavor. Y por si no fuera bastante, aún habrá
tontos
que volverán a dar sus
votos
a estos políticos
en las próximas elecciones, si las hay, porque parece
que no
los descabalga del
poder ni
el rayo justiciero.
--Yo
también siento un profundo pesar y mucha rabia por las muertes de
tantos compatriotas, Don
Gerva.
Vamos a ver cómo evoluciona la situación. Ya
sabe usted que alemanes,
suecos, daneses, austriacos, noruegos, y paro de contar, han
acordado el
regreso a
la normalidad, aunque,
eso
sí, de manera prudente. Pero
ya ve lo que nos espera, ¡vaya
horizonte! Si
la salud está en primer lugar, antes
que ninguna otra cosa, el
hundimiento de nuestra economía podría generar una pandemia de
consecuencias aún más graves que la actual:
la
del
hambre y la miseria.
--Tiene
usted razón. Nos llevan a un escenario horripilante, donde solo
sobrevivirán las bacterias. Los demás, al carajo.
--Bueno,
no sea tan radical. Confiemos en que la situación se resuelva de la
mejor
manera y sigamos todos viviendo en paz.
--Sí,
sí Temes, viviendo en soledad y en paz. En la paz de los cementerios,
porque de
seguir así, hacia
esa
paz
vamos.
En
fin, hasta
pronto,
que
sobreviva usted muchos años.
--Adiós
don Gerva, y
usted también. Gracias
por su llamada.
Yo también estoy muy cabreado como ese amigo tuyo, tengo ansiedad y por mis años debo moverme mucho para mejorar mi salud, pero me tienen encerrado en casa, apenas puedo moverme porque las únicas vías de escape al exterior las tengo junto a mi casa, el supermercado, la farmacia y el cajero, así que desde que comenzó el confinamiento he engordado, tomo medicinas para la diabetes y el corazón y estos carajos no me dejan salir a caminar todos los días, ni a pie ni en coche a una zona del extraradio sin gente que me pueda contagiar, es todo una mierda pero me lo pagarán en cuanto haya elecciones, al Sánchez y al Iglesias los va a votar su...... que yo no, NO, NO NO No¡¡¡¡¡ Les he dicho a mis hijos que si muero de la enfermedad que tengo vayan junto aljuez y denuncien a estos dirigentes por homicidio imprudente o por lo que sea pero que los denuncien.
ResponderEliminarAl fin un suspiro? ¡¡¡¡Desescalada por provincias¡¡¡¡ podemos ir a cualquier lugar de la provincia en que vivimos pero no traspasar la raya y entrar en la provincia limítrofe, ¡¡¡pero cuidado, ni un paso en falso¡¡¡ porque entonces la hemos cagao, como dicen los chavales. Esto es filosofia pura, lógica manifiesta, TERAPIA DE CÁGATE LORITO, es la repera hecha imposición y norma de comportamiento. Tenemos cabezas pensantes tan avanzadas que hasta dan miedo, ¿DE QUÉ GALAXIA PROVIENEN???. Si reflexiono sobre causas y efectos de la pandemia concluyo que nos la metieron por el aro sin apenas enterarnos hasta que sonaron las trompetas apocalípticas. ¡¡¡¡Tarí tarí, tarí, todos a las madrigueras que viene el bicho depredador¡¡¡.Y llegó, y avanzó, y mató a destajo, y llenó hospitales, y abrió sepulturas donde no las había, viejo te han matao, malditos sean, que el destino los atormente el resto de sus días con el peso de tanta muerte innecesaria.
ResponderEliminarPresiento que algo raro me esta pasando.... De mañana, en el baño, miro a mis pies y no los veo, en esta semanas de confinamiento observo día a día como aumenta mi cuerpo por el levante y se reduce por el poniente, si me sube el colesterol, mato, si me sube la glucosa, mato, mato y mato como lo haría la Esteban cuando amenazan a su niña. Por ella mata, yo, por mi barriga, lo también lo haría porque he perdido el tipo de macho alfa que tenía hace mes y medio, me flaquean las piernas al andar, ¡¡¡mesale papada''', ¿es el virus, es la cerveza, es el queso, la mantequilla, la mermelada? Mierda''', la madre que los parió, es el encierro, atrapen a ese virus y pisoteenlo hasta que no quede rastro de él, maldito¡¡¡ Si sigo asi de esta no salgo, voy derecho al cajón, a la fosa a dar abono a las plantas. En los viejos no piensan. A los viejos, que les den. Si eres viejo, jódete y la próxima vez muérete antes de llegar a la ancianidad porque en la sociedad actual los viejos no cuentan. Nada, para nada. Solo para servir, pero cuando pueden y les dejan.
ResponderEliminarNo doy crédito a lo que acabo de oir, en el coche pueden ir ocupados todos los asientos, pero por personas que viven en el mismo piso, por familias, no se puede llevar a ningún viajero que no sea de la familia. Me pregunto cómo se controla esto. ¿Van a parar a todos los vehículos y pedir a cada ocupante el DNI? porque si lo hacen de manera aleatoria podrán lo listillos, que abundan, saltarse la norma. Lo siento por la Guardia Civil y por la Policía Nacional y Local. !Qué tarea les espera¡ Esos sí que se merecen un homenaje, se lo doy desde aquí. Y si ese control es prácticamente imposible hacerlo con rigor, a ver quien es el fenómeno que caza a esos ciudadanos inciviles y les multa por sobrepasar el kilómetro, el horario establecido, el paso a otra provincia... ja, ja, ja nunca en tal situación nos habíamos visto antes.
ResponderEliminarYo crio malvas pero de momento en el huerto, a él puedo ir porque no está prohibido, señores del gobierno, pronto las criaré yo con mi cuerpo si la situación no cambia, percibo el olor de la muerte,insoportable, ninguna compasión, nada, la gente muere a porrillo y permanecemos inalterables, algunso imbéciles salen a la calle, a bailar, a gritar de alegría, cabrones¡¡ otros largan música desde sus balcones que los demas tenemos que soportar, aguantar ese horrible chunda, chunda, chunda a todo trapo.....y la poli, na de na, pasa de largo y deja hacer, quizá obedece órdenes. VIVIMOS TIEMPOS DE DESENFRENO. ¡ABAJO LOS CULPABLES¡¡¡¡ ¡¡¡¡¡¡¡¡¡FUERA, FUERA, VAYANSE Y DEJENNOS VIVIR EN PAZ¡¡¡
ResponderEliminarMucho hablar pero nadie piensa en esas personas que pr su edad y conocimientos no pueden usar la informática para sacar dinero de los cajeros, pagar recibos directamente, etc. Todas las empresas han reducido drasticamente oficinas y delegaciones. Por eso, un anciano sin ayuda sufre grandes problemas. No puede trasladarse lejos de su hogar, no posee tarjeta de crédito, etc, etc, lo que prueba el grado de abandono e injusticia al que se sometió a muchos de nuestros mayores. Y mientras, hay por ahí mucho hijoputa que se mira el ombligo y la cartera y se relame de placer viendo el dinero que recibe a final de mes aunque no trabaje y como dan trabajo a los de su cuerda aunque sean unos burros. Estamos construyendo una España de mierda, algún día tendrá que acabar la ya insoportable situación social que padecemos.
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