El murciélago, transmisor del coronavirus |
La
pulga del bubón
La
peste bubónica o negra se la transmitieron al ser humano pulgas
procedentes de las ratas. Entonces la mortandad en Europa llegó a
cifras astronómicas ya que a la enfermedad se añadió la falta de
higiene propia de la época. Hoy gozamos de una higiene magnífica y de
una sanidad de enorme prestigio, no podemos compararnos con la
situación social del siglo XIV, pero, para comprobarlo, nos faltaba
conocer el comportamiento de los ciudadanos. Y de momento es
ejemplar, hay que admitirlo. Aunque como en toda regla, tiene algunas excepciones. Respetamos el estado de alarma permaneciendo confinados en
nuestros domicilios para evitar contagios. El individualismo, una de
las tendencias más acusadas de nuestra idiosincrasia, pasa a ser
ahora acusación injusta ante la aceptación masiva de un régimen
de vida duro impuesto por el Gobierno. Cumplimos con lo establecido en el real decreto, al menos la mayoría, pero falta por saber si es por
solidaridad, por respeto a las leyes para librarnos de multas o prisión, o por miedo al virus de Wuhan, esa partícula que
parece el icono de sol observada al microscopio.
Coronavirus. Una particula de aspecto solar |
Los
científicos apunta al murciélago como transmisor de este virus. Fue
el causante del brote de SARS en 2003 y ahora ha vuelto con mayor
agresividad. En muchas de mis incursiones en cuevas estudié el
comportamiento de estos quirópteros, únicos mamíferos voladores.
Anillé a un buen número de ellos para conocer sus migraciones. Me
gustaba verlos evolucionar dentro de oscuras galerías de caliza y
tocar su suave pelaje. Por otra parte, el gesto agresivo de su rostro
nunca me asustó. Sufrí más de una mordedura, pero sin infección. Quizá haya sido porque no eran murciélagos de Wuhan.
Estos sí que anidan en su cuerpo el virus mortal que tanto amenaza a
los humanos. Así que, cuidado, extremen las precauciones y sigan al pie de la letra los consejos de médicos y científicos. Estamos plenamente en sus manos.- JT
Este gobierno no funciona, tardaron en actuar, no se preocuparon de algo muy importante, el aprovisionamiento de viveres y productos de desinfección y aseo personales antes de encerranos en casa. Hay mucha ministra y ministro, mas que nunca, pero les falta capacidad, eficacia, no saben, son indecisos, mucha palabra pero nula aptitud intelectual para resolver bien los problemas. Es una pena, pero es lo que hay. Tiene algunas excepciones, pero pocas.
ResponderEliminarEn los últimos años vivimos en una aldea global, el tránsito de personas por todo el mundo jamás fue tan numeroso. En esta situación no debe de extrañarnos que intercambiemos cultura, costumbres, todo tipo de productos y cercanía entre las personas. Por eso no era difícil vaticinar que con el tiempo tendríamos que compartir enfermedades y pestes. Esta vez es el coronavirus de China,a saber qué será la próxima y de donde nos llegará. Somos un pais turístico por excelencia, un caldo de cultivo perfecto para el contagio de todo tipo de enfermedades.
ResponderEliminarBoccaccio narró con el realismo de la época la peste bubónica. Si cierto lo que cuenta, terribles los efectos de las pulgas sobre los humanos. A la gente le salían bubones por todo el cuerpo, algunos olían su propia podredumbre interna antes de morir, arrastraban los cadáveres sujetos a cuerdas manteniendo una gran distancia de ellos, debió de ser terrible, de horror en aquella época medieval carente de los medios sanitarios y científicos de hoy en día. A ver si todos se lo toman en serio y se dejan de jugar con la muerte. El confinamiento es la medida menos mala para frenar la expansión de la peste.
ResponderEliminarEs esta la gripe que nos vendieron hace un par de semanas? Solo les faltó darnos una palmadita en el hombro e invitarnos a seguir viviendo normalmente. Catarrillo sin mayor trascendencia, moquito de pañuelin de papel, catarrico de atragante por comer deprisa... tócate los guevos! Si les seguimos haciendo caso nos vamos todos a criar malvas. Capullos!
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