De mi
voluminoso y desordenado archivo de películas en blanco y negro y color he
extraído estas fotografías del año 1988.
Tal vez despierten gratos recuerdos en los militares (mandos y soldados)
pertenecientes a las compañías de montaña, que empleaban un roquedal próximo a
su campamento para formarse como escaladores. Tomé estas imágenes al regreso de
una ascensión a la Pala de Ip por el valle de Izas. Ya de vuelta, en la
carretera de Jaca a Canfranc, cerca del Col de los Ladrones, donde había dejado
el coche, me topé con la inesperada imagen de unos soldados practicando la
escalada.
En el primer largo |
Próximo al improvisado rocódromo estaba el campamento de Rioseta, que fue utilizado como base de entrenamiento por
unidades de especial dureza como el Escuadrón de Esquiadores-Escaladores de
Viella, los grupos de Operaciones Especiales y el Regimiento de Cazadores de
Alta Montaña Galicia Nº 64 con sede en Huesca. Desde 1945, fecha de
inauguración de este campamento-escuela, se han venido forjando en él y en el
de Candanchú algunos de nuestros
mejores esquiadores y montañeros. Para acreditarlo basta recordar las
expediciones militares a montañas de difícil ascenso como el K-2 y el Everest,
en cuyas cimas izaron la bandera de España como símbolo inequívoco de su potencialidad
escaladora.
Uno de los
grandes alpinistas de esas unidades militares es el coruñés Roberto Santaeufemia, coronel retirado
pero activo como profesor de esquí en Reus. A finales de los años ochenta del
pasado siglo mandó la Compañía de Esquiadores-Escaladores de Viella, a la que por su excelente
preparación y capacidad operativa se le llamaba la Pequeña Legión Blanca. Santaeufemia comenzó su vida montañera en el
club Rey Gerión de La Coruña a
principios de los años setenta. Fue, además, uno de los cincuenta socios fundadores
de la prestigiosa Sociedad de Montaña
Ártabros, promovida por los montañeros coruñeses Enrique de Arce y Francisco
Parga. Este último, profesor de música, excelente intérprete de guitarra
clásica y consumado alpinista dirigió el Gerión durante más de una década. Con él, y también con el leonés Isidoro, efectuó Santaeufemia su
bautizo como escalador. A mediados de los setenta ascendieron los tres a la
cumbre del Picu Urriello (Naranjo de
Bulnes), creo recordar que por la vía del Paso Horizontal de la cara sur.
Descenso en rappel. Correcta postura del escalador: distendido y con el cuerpo separado de la pared |
Uno de los
hitos destacados del historial alpino de este militar es la subida en
el Tibet al Shisha Pangma (8.064 m), el más bajo de los
ochomiles himaláyicos, en octubre de 1990. Junto con otros compañeros,
Santaeufemia alcanzó la cima principal. Una peligrosa cornisa nívea y estrecha, inmediata
a la cumbre, había frustrado hasta entonces los planes de otras expediciones. Sin
embargo, el grupo militar español la pasó, y también, aunque no hay prueba
clara de ello, en los años sesenta, un nutrido grupo de chinos.
Las imágenes
de este post están tomadas con una pesada Rolleiflex Tessar (negativo 6x6) de
incómodo manejo, que solía dejar en el automóvil por la molestia que presentaba
su traslado en una mochila repleta de quincalla, cuerdas y material de vivac. Y
no solo por su peso y tamaño, sino también por temor a que se dañara. La había
comprado en los años sesenta en Berlín a un precio muy elevado. Era entonces
una de las máquinas más buscadas por aficionados y profesionales de la
fotografía. Atraían la calidad de sus lentes y el tamaño de su negativo muy
apto para ampliar pequeñas partes sin perder finura. Y aunque ahora me he
esmerado en la digitalición de estas fotos, el resultado es bastante imperfecto. Ya se sabe
que el tratamiento de la película en los laboratorios comerciales suele dejar defectos cuando no se
hace con primor. Aparte de las rayas y huellas de dedos que
quedan marcadas en el negativo, el uso incorrecto del fijador hace que, con el
paso de los años, la imagen se degrade, pierda su verdadera tonalidad y
adquiera un aspecto de vejez que muchas veces la afea.- JT
Dos cordadas
de tres miembros emprenden la ascensión por la roca cercana a Rioseta
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El primero
de cordada asegura desde arriba a sus compañeros. La subida no parece
difícil, pero un fallo puede ser mortal
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No hay que olvidar la labor humanitaria de las unidades militares de tu post.Son la élite de la infanteria, cierto. Pero es que además prestan un impagable servicio de ayuda y socorro a la población en situaciones difíciles. Son buenos en la guerra, pero excelentes en la paz.
ResponderEliminarJo si son buenos!. Dan el callo mejor que nadie en las catástrofes para ayudar a a la gente, exponen sus vidas para salvar a los demás. También lo hace la Guardia Civil. Otra cosa es la guerra, ahí tienen que dar todo de sí para salvar a su pueblo. Y si no queda otro remedio que matar, pues matan. JD
ResponderEliminarUna expedición militar española coincidió en 1993 en el Everest con la expedición gallega. Los militares eran excelentes alpinistas y estupendos compañeros de campamento. Los gallegos no pasaron del campo cuatro entre otras razones por ayudar a la evacuación de Pérez de Tudela en el glaciar del Khumbu. El conocido montañero español había sufrido un infarto. La verdad es que esos militares de tu post tienen una magnífica preparación como montañeros y escaladores.Igual que los grupos especiales de montaña de la Guardia Civl. Es un apena que muchos españoles no sepan valorar la importancia de estas fuerzas especiales en operaciones de socorro en catástrofes y rescates en montaña.
ResponderEliminarEn 1980 esta compañía de Huesca que hacíamos campamento en rioseta también hicimos guardias con la guardia civil en usaba para controlar los pasos de era entonces la compañía esquiadores ayudaba a la guardia civil en los controles
ResponderEliminarSí, Unknown, militares de montaña y Guardia Civil eran dos Cuerpos bien compenetrados. Controlaban juntos puestos fronterizos y zonas de montaña en busca de posibles fugitivos. Siempre he admirado la armonía, disciplina y buena preparación de unos y otros. Ya ves, hoy la Guardia Civil, esa imprescindible fuerza de seguridad, está salvando vidas y ayudando a diario a excursionistas y montañeros en dificultades. Unos y otros, militares y guardia civiles son un verdadero orgullo para los españoles de bien.
ResponderEliminarMe siento orgulloso de haber pertenecido a Esquiadores en Galicia 64.
ResponderEliminarY esa cantina buena al final de la jornada
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