Tramo de la arista donde se precipitaron al abismo cuatro expedicionarios el 14 de julio de 1865
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La caída (Look and Learn) |
Recreación de la zona del accidente |
La conquista de esta montaña mitad suiza, mitad italiana,
marcó un hito en la historia del
alpinismo. Cobradas ya todas las piezas importantes de los Alpes, es decir,
todas las cumbres de más de cuatro mil metros, el Matterhorn se resistía. Una y
otra vez fracasaban las cordadas que intentaban llegar a su cima tanto por el
lado suizo como por el italiano. Mas ante el creciente afán de conquista, la
ascensión dejó de ser meta deportiva para convertirse en una cuestión de honor
entre suizos e italianos. Había que demostrar al mundo que la conquista del
último bastión alpino era posible. Sus protagonistas se llenarían de gloria. Y
así fue. Pero alcanzaron una gloria efímera, porque cuando bajaron a Zermatt,
el pueblo que está al pie de esa montaña, se supo que cuatro de los integrantes
de la expedición habían muerto despeñados.
Bota usada por uno de los expedicionarios. (Museo de la Montaña. Zermatt) |
A pocos metros de la cima, cuando ya los siete
descendían de ella, ocurrió un hecho inesperado, aunque tal vez predecible,
dada la bisoñez montañera de dos miembros de la cordada. Robert Hadow resbaló y arrastró con él
a Croz,
al reverendo Hudson
y a Douglas. Quedaron colgando sobre el abismo sin que los otros tres compañeros
pudieran hacer algo por salvarlos. Rompió la cuerda. Y los cuatro cayeron al
vacío. Fue un accidente, según Peter Taugwalder. Pero no todos le creyeron. Lo
culparon a él de presunto asesinato por haber cortado aquella cuerda ante el
temor a ser arrastrado hacia la muerte.
Arista de la vía Hörnli |
Nunca entendí por qué Whymper incluyó en el grupo a
dos jóvenes inexpertos. Eran fuertes, de recia forma física, pero esta no es
razón suficiente para poder escalar una montaña de las características del
Matterhorn. La pericia, el buen conocimiento de la técnica y sobre todo la
prudencia son factores más importantes que la fuerza para alcanzar una cumbre
de difícil acceso. Hoy llegan a la cima
de esta montaña de soberbia estampa turistas ayudados por guías expertos. No
son cachas ni productos de gimnasio, sino personas muy normalitas. He visto
trepar por ella a más de uno de aspecto esmirriado, cuasi famélico, y también a
mujeres y hombres bien metidos en carnes firmemente asegurados con cuerda por
el guía.
Los Taugwalder. Zermatt |
En recuerdo de Whymper. Zermatt |
Y termino ya con unos sabios consejos de Whymper: Escalad, si queréis, pero recordad que la fuerza y el valor
no son nada sin la prudencia, y considerad que una negligencia momentánea puede
destruir la felicidad de toda una vida; no hagáis nada con prisa, mirad bien
todo paso y pensad desde el principio que cada momento puede ser el fin.- JT
Te acuerdas de los argentinos? Uno de ellos resbaló y no se fue al carajo en la placa Moseley de puro milagro, logró parar la caida en una repisa. Hablaban mucho y despreciaban la cuerda. Se sentían muy desenvueltos y seguros, pero de la Solvay no pasaron. Tenía mucha razón Whymper al recomendar prudencia al osado y mucha atención al prudente. Las muertes en el Materhorn superan ya el medio centenar. Saludos, Cesáreo
ResponderEliminarEran dos pibes metidos en años. Presumidillos, pero simpáticos. Ya sabes, Cesáreo: quien mucho habla, mucho yerra. Y bien que erraron. Pero tuvieron suerte, porque regresaron sanos y salvos. Por cierto que en toda la historia de esta montaña van ya más de 500 muertos. Un abrazo
ResponderEliminarCuanto mérito tenían aquellos conquistadores de montañas! Subían sin apenas medios de ayuda. Iban a lo desconocido. No había anclajes, ni cuerdas ni escalas fijas en las paredes. Hoy, además de instalaciones permanentes que animan a subir a culaquiera, el móvil ha contribuido muy mucho al incremento de la práctica alpina. ¿A que hay que tener miedo...? Si tienes una emergencia durante la escalada y no puedes seguir llamas y enseguida viene el helicóptero salvador. No es de extrañar que la montaña se masifique hasta la saciedad. Garmo Negro
ResponderEliminarWhymper era una persona íntegra. Dudo mucho que hubiese aceptado que Taugwalder cortase la cuerda. Creo que la tesis más aceptable es el uso de una débil cuerda auxiliar para asegurarse. Alfonso
ResponderEliminarAplaudo vuestra admiración por la montaña. A mí también me gusta la naturaleza, pero en medida diferente. La quiero para disfrutarla, no para sufrirla. No entiendo como del sufrimiento se puede obtener satisfacción. Por eso admiro a los alpinistas, porque son capaces de disfrutar sufriendo. Aurora Cimadevilla
ResponderEliminarMe daría mucho miedo subir por ahi. Los montañeros le echan bemoles. Suben como quien no quiere la cosa por la montaña rodeados de abismos. ¡Admirables su pundonor y valentía!
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