Saben aquel que dice…
El
ministro alemán de vivienda y su homónimo de Brasil están tomando café en la
terraza de un bar en Berlín. Hablan de las ventajas del cargo público, de los
beneficios que puede proporcionar, y en esto va el alemán y le dice a su colega
brasileño:
-- Sí, tenemos ventajas,
somos seres privilegiados. Mira, mira ahí enfrente. ¿Ves ese gran edificio?
--¡Impresionante!
–exclama su interlocutor-. Debe de haber costado una pasta… Por lo menos
doscientos millones de euros.
--¿Te gusta? Pues
hablando de ventajas puedo decirte que el tres por ciento de ese dinero está
aquí –responde el alemán palpándose el
bolsillo derecho de la chaqueta.
Meses
después es el alemán quien visita en Río de Janeiro a su homónimo. Vuelven a
conversar en la terraza de una cafetería sobre los chollos del cargo público,
las ventajas y sinecuras del político, a lo que el brasileño añade:
--¡Vaya si tenemos
ventajas! Mira ese gran edificio del otro lado de la bahía. ¿Lo ves?
--¿Cuál? –responde
curioso el alemán.
--¿Ese enorme
rascacielos?
--¿Rascacielos…? No veo
nada –asegura intrigado el alemán.
--¡Cómo lo vas a ver!
–exclama sonriendo el brasileño. Y añade, palpándose el bolsillo izquierdo de
su chaqueta-: El cien por ciento de su coste está aquí.
Es un
chiste, mas la realidad supera a veces al humor. España es el octavo país con
el mayor número de partidos políticos corruptos. Lo dice Transparencia Internacional, un organismo con sede en Berlín
dedicado a detectar el nivel de corrupción en 180 estados. Dinamarca es el
menos corrupto y Somalia el más corrupto.
El toma y daca de la corrupción (De CB24) |
Bakunin,
filósofo anarquista, afirmaba que si ejercer el poder corrompe, someterse a él
degrada. De su sentencia se puede deducir que la resignación al poder
degradaría a la persona. O sea, que todo poder está corrompido por naturaleza.
Bueno, creo que no es así. Hay que tener en cuenta que este impulsor del
anarcocolectivismo vivió en un siglo, el XIX, lleno de desigualdades y de
luchas sociales por la conquista de las libertades y derechos de la persona.
Hoy el poder no corrompe per se. Lo
corrompen quienes no son capaces de hacer compatible la política y la moral y
quienes actúan con una doble moral.
Estos
días España parece estar llena de corruptos. Derecha, centro e izquierda, sean
del Estado central o del periférico, todos tienen en sus filas individuos
desafectos a la moral y a la solidaridad. Prevaricación, malversación
de dinero
público, tráfico de influencias, enriquecimiento personal con dinero de todos,
mentira, ocultación, falsificación documental… muchos son los delitos e
ilicitudes que emergen a la luz pública en los últimos años. Aún así, tomar la
parte por el todo me parece un error. Porque donde se forman esas tribus de
sujetos carentes de dignidad y vergüenza hay muchos más políticos serios y
honrados, que están enzarzados en la dura tarea de mantener el bienestar colectivo.
En
este panorama, pringado por unas minorías, no debe sorprender el avance de Podemos. Si los ciudadanos ya estaban
indignados por ser víctimas de una crisis de la que no son culpables, su
malestar crece a medida que afloran nuevos casos de corrupción en la casta
política. No resulta pues extraño que las encuestas den mayoría al joven Iglesias.
Los participantes ven reflejada en sus palabras la indignación por el
empobrecimiento social, mientras minorías elitistas incrementan sin
pudor sus caudalosas fortunas. Más que apostar por el marxismo de Iglesias,
quienes dan su respuesta al encuestador, que no son tontos y saben que la mayor parte de la
promesas de Podemos son irrealizables, lo que hacen es mostrar su soberano cabreo por el comportamiento de los
grandes partidos.
La
corrupción la ha habido siempre, como dije en párrafo anterior, y seguirá
habiéndola. Forma parte de la naturaleza humana, en mayor o menor medida, en
mayor o menor control. Ya en la antigua Roma la denunció Catón el Viejo con una
sentencia que se puede aplicar a la sociedad actual. Decía este sabio romano de
intachable moral que estamos poseídos del lujo y de la avaricia; en público hay
pobreza, pero en privado opulencia. ¡Y qué razón tenía! En la España de hoy, la avaricia y el lujo conducen a banqueros y políticos amorales a vivir en la opulencia a costa de los demás.- JT
A saber cuánto corrupto queda por identificar! No están solo en la casta política, los hay en todas partes. Lo de casta no es nuevo. Ya durante la primera república se referían a políticos, partidos, señoritos y caciques como "la casta". No es un invento de Podemos. Cesáreo
ResponderEliminarLa moral interesa poco, idem la honradez. Lo único que cuenta hoy son los objetivos y los resultados. Sabes aquel que dice que cuando llegaron al cielo un taxista conductor de vértigo y un sacerdote Dios puso al taxista una túnica de hilos oro y al sacerdote otra de lino. Este, molesto,se quejó diciendo que había dedicado su vida a la predicación, y que por lo tanto debía de haber un error, que era él y no el taxista quien se merecía la túnica de oro, a lo que Dios respondió: "Mira hijo mio, cuando tú predicabas, las personas se dormían. En cambio, los clientes del taxista no paraban de rezar cuando los llevaba en su coche. Hizo rezar a mucha gente, y eso es lo que interesa: resultados, hijo, resultados. JoséLuis
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