De mi viejo archivo he podido
recuperar estas fotos de una cueva gallega singular. Es la de la Arcoia, situada en un monte de la sierra
lucense de Courel. Hasta hace unos
años la Cova do Rei Cintolo
(Mondoñedo. Lugo) acaparaba el interés de espeleólogos y científicos de entre
todas las cavidades de Galicia. Hoy esta cueva, tras sufrir un absurdo intento
de urbanización, frenado por la Justicia, permanece en parte abierta al público, pero ha de ser visitada en compañía de espeleólogos expertos y autorizados por
el Ayuntamiento. Es laberíntica, alberga ya pocas formaciones lítogénicas (muchas
han sido destruidas por visitantes desalmados) y se estructura en varias
galerías superpuestas de tránsito incómodo. No llega en su parte más profunda a los 70
metros. Tiene un recorrido total aproximado de unos seis mil metros, de los
que 4.546 fueron objeto de levantamiento topográfico en 1978.
El desvío de la atención de los espeleólogos del karst
mindoniense a la zona calcárea del Courel
comenzó en los años setenta del pasado siglo, con una intensa labor
de exploración de sus cavidades. Posteriormente la actividad se incrementó de manera notable. Aumentó tanto, que hoy hay allí más de
cien cuevas exploradas, pequeñas y sin pretensiones de convertirse en atractivo
turístico como las de Valporquero, El Soplao o Nerja, por citar algunos
ejemplos. Es ciertamente una cantidad irrisoria si la comparamos con las cinco mil
cavidades del karts de Cantabria, pero hay que tener en cuenta las
pequeñas dimensiones del terreno calizo de Galicia frente al santanderino.
En 1981 la Cueva de la Arcoia fue reconocida por espeleólogos de los clubs Ártabros, de La Coruña, y Manzaneda, de Ourense, en una corta incursión que se vio pronto frenada por un gran derrumbamiento. En 1983 Ártabros levantó un plano del primer tramo de la entrada, pero pronto pasó el relevo al Grupo Espeleológico Arcoia, con sede en la localidad ourensana de Quiroga. Son estos espeleólogos quirogueses quienes más han explorado la cavidad -rica en todo tipo de espeleotemas- tras lograr avances significativos con la desobstrucción de derrumbamientos y pasos cegados por derrubios.
Hallazgos en el interior de la cavidad
En 1981 la Cueva de la Arcoia fue reconocida por espeleólogos de los clubs Ártabros, de La Coruña, y Manzaneda, de Ourense, en una corta incursión que se vio pronto frenada por un gran derrumbamiento. En 1983 Ártabros levantó un plano del primer tramo de la entrada, pero pronto pasó el relevo al Grupo Espeleológico Arcoia, con sede en la localidad ourensana de Quiroga. Son estos espeleólogos quirogueses quienes más han explorado la cavidad -rica en todo tipo de espeleotemas- tras lograr avances significativos con la desobstrucción de derrumbamientos y pasos cegados por derrubios.
Hallazgos en el interior de la cavidad
En sus galerías se hallaron dos cráneos humanos cuya
antigüedad no ha sido datada por los arqueólogos y restos fósiles del oso cavernario y del oso pardo. En los
últimos años, el director del Laboratorio Xeolóxico Isidro Parga Pondal, el
geólogo coruñés Vidal Romaní y su
equipo de colaboradores, están realizando un interesante estudio en la Arcoia para determinar el tipo de clima de la sierra de Courel en tiempos remotos. La clave de sus investigaciones
podría estar en los isótopos radiactivos que contienen algunas estalactitas,
sobre todo las de mayor tamaño que son a la vez las de mayor antigüedad.
En 1992,
durante una de mis actividades espeleológicas alternadas con las de
montaña, visité la cavidad courelá en compañía de espeleólogos
gallegos de los clubs GIPE y Arcoia. Fue
una incursión de varias horas planificada con la finalidad de
levantar un nuevo plano topográfico de sus galerías y tomar fotos
de las hermosas concreciones calizas que encierra su anfractuoso
interior. Recuerdo que entre otros exploradores estaban en el equipo
el expresidente de la Federación Galega de Espeleoloxía, Manuel Díaz
Prieto; el médico y analista Alfredo Peris, y
los también espeleólogos José María
Cano y Alberto Arbones, así
como miembros del grupo Arcoia. De las fotos que conservo de aquella
exploración, tomadas con una cámara de película en color de 35 mm,
dejo aquí algunas muestras digitalizadas de media calidad ya que el
film se ha ido deteriorando con el paso del tiempo y la manipulación
descuidada de los laboratorios fotográficos. Las imágenes
testimonian la riqueza artística de la Arcoia; dan fe de su valioso
tesoro natural, pequeño en extensión pero rico en espeleotemas. Es
la joya de la corona de las cuevas de Galicia.- JT
Estalactitas y coladas de gran belleza en las
proximidades de la entrada. |
Esta formación parece la cabeza de un dinosaurio a punto de
atacar a los dos espeleólogos. Es uno de los bloques calcáreos más llamativos
de la cavidad.
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En paredes y techos de la Arcoia abundan todo tipo de
espeleotemas. Hay que avanzar con cuidado por sus estrechas diaclasas para no
dañarlos.
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