Criticar y no aceptar que los israelitas lleguen al extremo de matar a tantas personas, sobre todo a niños, es un hecho aceptable. No se entiende cómo el presidente Netanyahu obliga a sus fuerzas armadas a realizar todo tipo de ataques a pueblos y ciudades gazatíes. Pero la razón principal está en lograr que los terroristas de Hamás devuelvan vivos, y pronto, a las personas que capturaron en Israel en octubre de 2023, matando a una parte de ellos, incluidos dos españoles. En total fueron 251 rehenes los secuestrados, de los que la inmensa mayoría de ellos es gente joven que nada tiene que ver con una guerra entre Israel y Gaza.
Los terroristas de Hamás asesinaron a bastantes de esos rehenes. Y hoy tienen todavía a muchos de ellos encerrados en lugares subterráneos, en los que sufren grandes padecimientos. Que Israel ataque a los miembros de Hamás, reconocidos mundialmente como terroristas, no es una vileza. Parece lógico que traten de acabar con quienes usan la fuerza y el asesinato para hacerse cargo de un pleno poder. Pero a pesar de ello, hay gente, sobre todo en España, que protesta de manera violenta, y con la aceptación de un gobierno cuyo presidente los respalda con sus palabras y también algunos de sus ministros.
Que Israel destruya y mate a tantas personas que parecen ser totalmente ajenas a Hamás es un hecho difícil de comprender. Pero, en las sociedades europeas y de fuera de este territorio y de otros, como Estados Unidos, la mayoría no critica severamente a Netanyahu porque cree o sospecha que esos ataques, con víctimas de todo tipo en Gaza, responden al ocultamiento de los terroristas de Hamás, ya que tratan ellos de evitar su muerte protegiéndose físicamente en hospitales y en otros centros sobre los que creían que nunca caerían bombas.
Pero bombas caen en muchas partes de Gaza. Y la verdad es que si no hubiera terrorismo, posiblemente la relación entre los israelitas y sus ciudadanos confines no llegaría a extremos tan violentos. Pero no olvidemos que la actuación de Hamás, con su inaceptable proceder y sus secuestros y matanzas de rehenes, impuso una reacción severa a Israel. En definitiva, los terroristas gazatíes están repletos de ira y odio hacia los judíos. Así que tendremos que seguir viendo cómo persiste esa dura violencia, pero siempre con el deseo de que termine cuanto antes.- JT