martes, 22 de julio de 2025

Inmigrantes ilegales que roban, asaltan o matan

Llegada de una patera a Canarias

En los últimos siete años llegaron a España miles de inmigrantes ilegales. Según cifras publicadas, el número asciende a los 350.000. Que haya entrado tanta gente ilegalmente en el país es un hecho peligroso. Debe ser analizado y resuelto por el Gobierno y también por todos los partidos. Ayudar a quienes realmente han tenido que huir, a causa del peligro que sufrían por guerras locales o ataques violentos, es decir, a personas cuyas vidas estaban en peligro, es un hecho plenamente aceptable. Su llegada a Europa es beneficiosa. Y lo es porque en España, por ejemplo, hacen falta trabajadores para mantener a miles de empresas en funcionamiento. Y la razón es evidente: año tras año se va reduciendo la contratación de empleados jóvenes españoles y, para no disminuir la producción empresarial, está siendo necesario contratar extranjeros. Incluso, en algunos casos, a aquellos que accedieron ilegalmente a este país.

La comunidad que sufre el mayor índice de inmigrantes ilegales es Canarias. Son numerosos los que llegan allí, especialmente en pateras, día tras día, hasta miles de ellos anualmente. Y hoy día también a Baleares. Es un hecho que no parece tener fin, por mucho que haya políticos tratando de reducir, de manera inmediata, esa accesibilidad de gente peligrosa en muchos casos. Basta con leer a diario en medios de comunicación la violencia causada por inmigrantes ilegales: roban, atacan, violan, matan, asaltan todo tipo de negocios, viviendas, garajes… ¿Por qué no contribuye el actual gobierno de Pedro Sánchez, de manera rápida y eficaz, a deportar a esos individuos e individuas causantes de delitos, en gran parte muy graves?

Controlar eficazmente el acceso fronterizo de extranjeros es una necesidad imprescindible. Sobre todo a los que proceden de países africanos y también de algunos europeos. Cuando un inmigrante roba, ataca, okupa una vivienda o asesina debe ser deportado inmediatamente. Gran parte de ellos proceden de países del norte de África, incluidos Marruecos y Argelia. En países europeos hay ya inmigrantes que reciben orden de salida o son deportados. Francia, por ejemplo, es uno de los que más expulsa a quienes han entrado ilegalmente. También SueciaAlemania y Bélgica. España lo hace, pero de manera poco eficazsolo deporta a quienes no cumplen las leyes de inmigración. Pero no es suficiente. Debe expulsar, sobre todo, a aquellos que cometen graves delitos. Los hay. Y demasiados. Basta leer la prensa o escuchar radios y televisiones para enterarse de las atrocidades que, casi a diario, cometen quienes han entrado ilegalmente en España.- JT

domingo, 6 de julio de 2025

La España castigada por políticos intransigentes

García-Page. EFE

El presidente Sánchez sigue en el puesto. No dice que vaya a abandonar el cargo. Más bien asegura que todo va bien y que España es un país de grandes beneficios económicos y sociales. Días pasados, en la celebración del Comité Federal del PSOE, la inmensa mayoría de los participantes respaldó a su jefe elogiándolo y aplaudiéndole. Hubo, no obstante, un alto cargo socialista, presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ni aplaudió ni hizo gestos de apoyo al presidente. Más bien todo lo contrario: criticó su permanencia en la presidencia de España, entre otras razones porque los problemas de presunta corrupción de algunos de sus hombres de confianza, que ocuparon altos cargos en el partido, y algunos también en el gobierno de la nación, están ya en manos de la justicia. Y quien los puso en los cargos y los mantuvo durante años fue precisamente el señor Sánchez.

¿Por qué no abandona la presidencia del la nación? Una gran parte de miembros del PSOE expresa públicamente su deseo de que la deje y convoque elecciones. Pero esta exigencia él no la acepta. Sigue en su cargo y no muestra ninguna intención de abandonarlo, por mucho que lo pidan unos y otros, tanto los políticos de centro y derecha como los socialdemócratas. En los ambientes de bares, cafés y restaurantes a los que acudo con frecuencia la inmensa mayoría de sus clientes critican a Sánchez, también al actual PSOE, y mantienen la esperanza de que este político abandone pronto la presidencia de la nación española.

Aceptar las peticiones y exigencias de los independentistas catalanes es un hecho anticonstitucional y, sobre todo, anti-democrático, cuyo resultado, en caso de producirse, deberá de acabar definitivamente con el sanchismo. España no se puede dividir en estados independientes, cuando ya tenemos diecisiete comunidades autónomas con sus respectivos gobernantes. Gobiernos que poseen sus propios parlamentos, pero sin intenciones de huir de la unidad española. Salvo, claro está, una parte del pueblo catalán y otra menor, la del pueblo vasco.

Aceptar los deseos de los independentistas, por el hecho de que sigan apoyando la presencia de Sánchez en la presidencia del Gobierno, es una acción anti-democrática y, sobre todo, antiespañola. La inmensa mayoría de los españoles no quiere separaciones, no desea ni acepta que el gobierno actual destruya la unidad de España para poder seguir en el Gobierno. Porque, de continuar por ese camino anti-democrático, al llegar al final todos acabaremos mal, muy mal, en situaciones económicas y sociales insostenibles.- JT