Sí,
no, sí, no… A veces tengo la impresión de que los políticos
bromean. Parecen estar deshojando la margarita, cuando debían de
actuar seriamente y con gran sentido de la responsabilidad. Antes
dijeron no, ahora dicen sí. ¿En qué quedamos? ¿Podemos no
era acaso un partido de rabo chavista y cuernos satánicos con
aspiraciones de poder? Todos le dieron caña, derecha e izquierda. Lo
sacudieron a golpes antes de las elecciones, palmeta en mano, como si
se tratase de una sucia alfombra. Intentaron borrarlo del mapa
político, pero no lo lograron. Y ahí sigue, irradiando felicidad,
sonriente y balanceante, auto-aplaudiéndose por el éxito electoral
alcanzado el 24 de mayo.
La juez Manuela Carmena, de Ahora
Madrid, casi segura alcaldesa
de la capital de España
con la venia
del socialista
Carmona
(Foto castillalamancha.cc.oo.es)
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Profesor Antonio Miguel Carmona:
Donde
dije digo, digo Diego (Foto elmundo.es)
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Los sanchistas aceptan a Podemos
Ahora,
sabidos los resultados de las elecciones, se modera el ataque y se
rectifica lo afirmado con el trabalenguas que dice, y nunca mejor
dicho, donde dije digo, digo Diego. Es lo que manifiestan al
menos socialistas como el ínclito rey de las tertulias, el sin par
profesor Carmona. Porque, de súbito, tras el retroceso
electoral del PSOE, y ante el espectacular avance de Podemos,
a este partido ya no se le hacen ascos. ¡Ale hop! Se levanta la
chistera, y, de la noche a la mañana, sus dirigentes ya no son
chavistas, ni sicarios de Maduro, ni vendedores de proyectos
ilusorios. Carmona pacta con la jueza Carmena en Madrid y
Pedro Sánchez, el líder de actitudes firmes, que aseveró
antes de los comicios que nunca pactaremos con ellos, ahora,
¡ay!, ante la cautivadora miel del poder, se le desvanecen sus más
sólidas convicciones y deja la puerta abierta a la negociación.
Todo
apunta a que el PSOE pactará con Podemos para gobernar
y en especial para desplazar al PP de las instituciones. Con
la derecha nunca pactaremos, afirmó Sánchez tajantemente poniendo a los
populares al mismo nivel que los filo-etarras de Bildu. ¿Rencor o
estrategia? Craso error de comportamiento, digo yo, de un líder
serio y prometedor. En las democracias occidentales no se llega al
poder matando al adversario con expresiones rencorosas, sino
demostrando a los votantes que su programa es el mejor. Más bien
pronto que tarde, al señor Sánchez, audaz escalador, le pasarán
factura los electores.- JT