martes, 29 de mayo de 2018

El chasco de Sánchez con la moción puede ser histórico

      Mucho me temo que estamos de nuevo ante otra metedura de pata del señor Pedro Sánchez. Va a ser que la moción de censura contra Mariano Rajoy tendrá poco recorrido porque, en cuanto a tiempo, se convocó en seguida y durará dos días: uno para los debates y el segundo para la votación. Y en cuanto a los resultados, pues parece que recibirá una h... histórica, porque no cuenta con la mayoría suficiente que le permita derribar a un contrario fortalecido por una economía mejorada, aunque su imagen y la de su partido, el PP, estén severamente dañadas por la corrupción.
Es por ética, no por España. ¿No importa perder?
(Foto El Confidencial Digital)
      Sin embargo, el líder socialista y sus adláteres restan importancia al presumible fracaso. Para ellos, para estos nuevos dirigentes del PSOE, la derrota no importa; lo que importa es el varapalo que quieren dar a Rajoy en el sentido ético. Así lo dicen y lo repiten unos y otros en los medios, sin avergonzarse por el cambio de finalidad que dan a su acción parlamentaria. Es una manera de salir del atolladero en el que se han metido por no asegurarse previamente los apoyos necesarios. Primero encandilan al personal con la posibilidad de derribar al presidente y, acto seguido, al ver que pueden perder, rectifican y aducen motivos éticos. ¡Qué desfachatez!
      Sánchez estaba ganando puntos en su carrera hacia la presidencia del Gobierno con el apoyo a la Constitución y a las leyes frente a los separatistas catalanes. Parecía haberse hecho ya un hombre de Estado. Pero ahora la ha cagao, en decir de nuestros jóvenes, con la moción de censura. Y la ha cagao porque no es momento ni hay razón imperiosa para presentarla. Y menos aún para pedir el respaldo de los nacionalistas. Ni el más ingenuo cree que ese respaldo le sería dado de bóbilis bóbilis, es decir, gratis, sin la promesa de complacer reivindicaciones. El insistente y apresurado deseo de Sánchez por llegar al Gobierno, y el de las personas que le acompañan, es tan patente e irreflexivo que se vuelve en contra de todos ellos. Hasta el mismo Pablo Iglesias le pide que abandone si no triunfa en su proposición parlamentaria.
      Sospecho que el varapalo del fracaso, si se lo dan, va a ser duro, muy duro. Porque ni Sánchez ocuparía la Presidencia del Gobierno, ni le acompañarían en tan alta encomienda sus colaboradores más cercanos. Cierto que la mamandurria de los expresidentes es una guinda muy apetitosa, le resuelve a uno la vida para el resto de sus días. Pero con cada una de sus meteduras de pata, este líder socialista incrementa la posibilidad de que él y su partido reciban el menosprecio de los votantes y queden relegados a la irrelevancia política, como ocurrió con sus colegas franceses. ¿Se acuerdan de esa debacle? Fue en 2017. Obtuvieron solo el seis por ciento de los votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas, es decir, sufrieron una sanción moral e histórica de la que todavía no se han repuesto.- JT
               
ÚLTIMA HORA: Sánchez, soberanista                               
      La bajada de pantalones de Pedro Sánchez que conocemos hoy por medio de un diario digital puede proporcionarle su acceso a la Presidencia del Gobierno. Todo apunta a que los diputados vascos van a ser clave para ganar la moción. Pues bien, el líder socialista promete al PNV acercar los presos de ETA al País Vasco y, además, un Estatuto soberanista. ¡Manda Carallo!, ¡manda collóns! Así de incongruente es este líder. El caramelo se presenta apetitoso y pone a Rajoy en el despeñadero. Falta la decisión última del Lendakari.