sábado, 2 de junio de 2018

Fumata roja: habemus nuevo presidente del Gobierno

      Los grandes espíritus siempre han encontrado la oposición violenta de parte de los mediocres. Lo dijo Einstein y su sentencia podría aplicarse a la moción de censura contra Rajoy. No es que los adversarios hayan ejercido contra él violencia física, no, o le hayan ganado en unas elecciones. Usaron un método más sibilino y oscuro. Aprovecharon el fallo judicial por corrupción contra exmilitantes del PP y excolaboradores para echarlo del Gobierno. Justificaron su operación de acoso y derribo por razones éticas. Urdieron, al margen de la honestidad política, una indecente trama de acuerdos con grupos minoritarios, grupos que buscan la división del país y hasta la del paisaje y el paisanaje, como es el caso de los separatistas catalanes. Unos y otros tramaron en el oscuro ambiente del backstage parlamentario la maniobra contra Rajoy.
      La honradez y la educación del ya expresidente son dos de sus muchas virtudes. Su cultura, su gran capacidad como parlamentario y la sólida experiencia política de la que nos ha dado repetidas muestras también están fuera de duda. Pero un persona de esas características molestaba a quienes, desde su medianía, suspiraban por alcanzar el poder. Así que, hostigados por el deseo de llegar pronto arriba, y como fuese, se confabularon para liquidar al presidente en un tris tras usando indebidamente el argumento de la sentencia del caso Gürtel (correa en alemán). Presentaron una moción exprés en connivencia con ocho grupos de la oposición para meter a Rajoy en el humilladero de la insolencia y echarlo del Gobierno.

Teatro y dureza
      El transcurso de la moción parlamentaria resultó duro y en parte bastante teatral. Sánchez leyó deprisa y corriendo un sinfín de titulares; produjo mucho ruido, pero dio pocas nueces. Estuvo mejor en las improvisaciones, sobre todo en sus réplicas a otros parlamentarios. Los podemitas, entusiasmados con la caída de Rajoy, vociferaron su clásico y reiterativo ¡sí se puede! como si estuviesen todavía acampados en la Puerta del Sol. El socialista Ábalos derrochó verborrea en su intervención simple y poco convincente. Rivera fue combativo con el candidato Sánchez, pero también con Rajoy. De palabra rápida y acusación contundente, basó toda su fuerza dialéctica en los buenos resultados que las últimas encuestas dan a su partido.
      Los catalanes, erre que erre. Tardá nos largó la matraca de siempre, advirtiendo a Sánchez de que debe cumplir sus promesas (¿alguien sabe qué han pactado?). Y los vascos del PNV, elegantes en sus formas, pero intrigantes en sus contenidos, culparon a los ciudadanos de su comunidad de la traición al Gobierno de Rajoy. El PNV había firmado recientemente los presupuestos Generales del Estado tras un acuerdo muy provechoso para ellos. Había, pues, tensión en el hemiciclo, todos estaban pendientes de ellos ya que con sus votos podían beneficiar a Sánchez o hundirlo. Y lo auparon, vaya que sí, en sillón catedralicio, a la seo de La Moncloa.
      Rajoy estuvo claro, contundente e incisivo contra quienes querían derribarlo. Su discurso sonaba a despedida porque debía de conocer ya la artimaña vasca. Se ausentó de las Cortes en la tarde de la primera jornada y regresó al día siguiente, cuando la votación, de resultado previsto, iba a comenzar. Le reprocharon su ausencia, en especial Pedro Sánchez y Margarita Robles a quienes, cuando vieron a Rajoy aparecer en el hemiciclo, se les oyó sisear Ahí viene, ¡que vergüenza!

Fumata roja
      Ahora vamos a ver cuánto tiempo dura el nuevo gobierno. Las va a pasar canutas.No tiene ni tan siquiera mayoría minoritaria en el Congreso, y en el Senado el PP cuenta con mayoría absoluta. Claro que para sacarle a Sánchez las castañas del fuego están los podemitas, dispuestos siempre a echar una mano a cambio de que les dejen probar las mieles del poder. La duración del nuevo Gobierno tampoco debe de inquietar a Sánchez, sospecho yo, pues si es efímera, contará con el refugio del Consejo de Estado que le proveerá de sueldazo, chófer y coche. Además, cuando se jubile recibirá una pensión que ya la quisieran para sí los millones de pensionistas y familias con escasos ingresos que pasan las de Caín para llegar a fin de mes.
      La función de hoy terminó pronto. A las once y media se bajó el telón, y por la chimenea del Congreso de los Diputados salió la fumata roja en señal de habemus nuevo presidente del Gobierno. En una jornada y media de debates, la actitud incoherente de unos cuantos se impuso sobre la honorabilidad y el buen hacer de un buen político, de nombre Mariano Rajoy Brey, al que la historia lo recordará por su bonhomía y por la trascendencia de sus hechos.- (01.06.2018) JT

3 comentarios:

Toncho dijo...

Ni el genial Dalí pintaría un cuadro tan esperpèntico como el de la moción de censura al presidente señor Rajoy. Ha sido el colmo de lo absurdo del NO elevado a la enésima potencia Y me pregunto quien va a pagar las consecuencias del negro futuro que se avecina, creo que a todos nos tocará una parte excepto a ellos que por su inmunidad parlamentaria seguirán disfrutando de la buena vida. Es lo que hay!!!!

Luciano dijo...

Estos señores políticamente oportunistas han sellado su final. Por mucho que desde el Gobierno hagan pagarán por sus incoherencias cuando lleguen las elecciones. El votante no olvida ni perdona a quienes convierten la política en juego sucio maniqueando por detrás aunque sea lícito y democrático.

Xoreto dijo...

El juapo del señor Sanchez encandilará a las señoras y verán como lo votan, hay mucha incultura politica, en España no se piensa en la capacidad de las personas solo en su aspeto externo. Tenemos mucho que aprender de los paises europeos más avanzados.