jueves, 27 de julio de 2017

Ridícula intervención de Sánchez ante los medios

Con la venia, señor Sánchez: ha errado 
usted el camino (El Periódico)
Me parece infame la actitud del socialista Pedro Sánchez tras las declaraciones del presidente del Partido Popular en el juicio del caso Gürtel. No se le ocurrió otra cosa que pedir la inmediata dimisión de Rajoy. Así, sin más, que se vaya de inmediato de la presidencia del Gobierno. Punto. ¿Está de coña este joven político? ¿Toma el pelo a los ciudadanos con sus absurdas reacciones infantiles pero cargadas de mala uva? Sánchez deja al socialismo democrático por los suelos. Creo que debería abandonar el PSOE y fundar con sus acólitos un nuevo partido. Por el camino que sigue, la bofetada electoral que se va a pegar será superior a la de sus homónimos franceses, quienes acabaron poco menos que diluyéndose. Va dado si cree que con la deriva hacia la izquierda radical recuperará el sufragio perdido. Esos votantes huidos primero con Rubalcaba y seguidamente, y en mayor medida, con Sánchez, cuando fue candidato a la Moncloa, no los recuperará. Votarán a Podemos, a Ciudadanos, al PP o se abstendrán. Pero mientras siga él al frente del PSOE, no veo que la gente quiera votarle.

PURGAS
        La purgas en el PSOE indignan a quienes han venido depositando su confianza en un partido serio y prestigioso. Políticos de la talla de Corcuera, Paco Vázquez, Felipe González, Alfonso Guerra, etc., se han visto menospreciados por la nueva ejecutiva socialista. Unos ya abandonaron el barco. Otros siguen, pero sus consejos son desatendidos y sus opiniones infravaloradas. El caso de Alfonso Guerra levanta ampollas. Sánchez quiere retirarlo de la presidencia ejecutiva de la Fundación Pablo Iglesias. Su apoyo a Susana Díaz y las discrepancias entre ambos sobre el separatismo catalán van a dejar a Guerra fuera de juego.
        La presencia de Sánchez ante los medios para pedir a Rajoy que dimita fue en mi opinión ridícula y desacertada. No era lugar ni momento para exigir su cabeza. El presidente del PP actuó como testigo, no como investigado. Es decir, no compareció para que lo juzgasen, sino para testificar sobre aspectos del caso Gürtel ante unos acusadores que lo interrogaron como si fuese inculpado. Pero el secretario general del PSOE se tomó muy a pecho la comparecencia, y no tardó en subir a la palestra para protagonizar ante el micro, papel en mano, gesto serio y voz grave, una de las ruedas de prensa más grotescas de los últimos tiempos.- JT