lunes, 8 de junio de 2009

Vacas locas. La censura, el mal de los políticos torpes


      ¿Ya empezamos? Acaban de ocupar sus nuevos puestos directivos, y en seguida meten el zanco hasta la rodilla. La censura del vídeo sobre las vacas locas en la Televisión autonómica gallega (Santiago de Compostela) marca negativamente al gobierno de Feijóo y al mismo presidente. Este joven político, que prometió el oro y el moro en cuanto a limpieza democrática antes de acceder al poder, y esparció por doquier su deseo de gobernar con honradez, sin banderías ni sectarismos, y muy democráticamente, aparece de súbito metido en el ojo del huracán mediático por una decisión absolutamente torpe e innecesaria.
      Cualquiera que vea el vídeo se preguntará qué fantasmas han hallado en él los responsables del canal gallego y hasta el mismo Feijóo. Porque, al menos por las imágenes que ha difundido el diario El Progreso de Lugo, resulta difícil hacer reproches a sus autores. Plantean un problema ya conocido, intervienen en la cinta desde el entonces conselleiro de Agricultura hasta labradores, sindicalistas y expertos en la enfermedad, y además, el tema está tratado con la suficiente prudencia como para no alarmar a los consumidores.
      Es público y notorio que la enfermedad de las vacas locas sigue existiendo en España. En Galicia se presentaron el pasado años varios casos que fueron ampliamente difundidos por los medios. Pero, que se sepa, no cundió el pánico entre los ganaderos, ni la gente dejó de consumir carne. Por eso causa extrañeza la supresión de este programa, sea por orden del político de turno, por la llamada de un temeroso ganadero, o por iniciativa de las actuales regidoras de este canal autonómico que parecen seguir el consejo de que para ser buen vasallo, hay que ser buen servidor. Flaco favor le hacen a Rajoy estas meteduras de pata.- JT
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(25.06.09) El programa A Caixa Negra se emitió días después del escándalo que produjo su cancelación. Ahora, en el Parlamento de Galicia, el director general de TVG niega que haya habido censura, pero da unas explicaciones poco convincentes. Habla de que se tomó una decisión técnica tras múltiples contactos, entre ellos sindicales, para retrasar la emisión de ese espacio sobre las vacas locas. La aclaración enturbia aún más el asunto. Porque, qué decisión técnica impidió emitir en su día esa Caixa Negra. ¿Se averió la lanzadera de vídeos?; ¿perdieron la cinta en algún pasillo?; ¿falló el sonido?, ¿o acaso hay fantasmas en el canal gallego que se apoderan de determinados programas…? Pues ahora nos enteramos por el mismo medio parlamentario de que, antes de emitir un espacio informativo, TVG informa del contenido a las partes interesadas para saber si debe o no emitirse.
      Son torpes los comienzos de los nuevos dirigentes de esta tele. Las razones que dan a las acusaciones de censura resultan difíciles de creer, por simples, por anodinas, y por transgredir la ética periodística al revelar el contenido de un reportaje antes de su publicación, emisión en este caso. Esto sí que es grave. ¿Por qué no se dijo la verdad? ¿Por qué no se dijo en su momento, sin rodeos, que se anuló su emisión porque podría alarmar a los consumidores y, como consecuencia de esa alarma, perjudicar gravemente al maltrecho sector ganadero?- JT

jueves, 4 de junio de 2009

Coplilla de aromas y maldecires de una dama de ZP


Érase una vez una dama
en un congreso metida,
en medio de unas diputadas,
bien o mal avenidas.

Estirose la señora,
como  gañana en la huerta,
y tras hacer los deberes, 
díjoles a sus señorías: 
¡Oh petardos, petardillas,
qué poco sabéis de política! 

Si os estiráis como yo,
brazo en alto y boca abierta,
veréis cómo vuestros rivales,
cargados de maledicencia,
sisean, muy por lo bajo,
que esta  moza tan sociata,
tiene bien poca vergüenza. 

Escuchad, soplones airados, 
que soy moza, y muy honrada. 
Si me estiro, es por amor 
a mis socios, camaradas,
anhelantes del olor
de mi axila perfumada.
Mas no hay mala educación,
en mi gesto de gañana,
ni atisbo de indiferencia
en la expresión de mi cara.

Sólo quiero parecer,
como dama poderosa
al poder encaramada,
una chica de buen ver,
aunque un tanto relajada,
sin perder la corrección
que sus señorías reclaman,
porque soy yo, sí,
la ya famosa  Pajín,
la mejor de la bancada. 
                                           Ramón de Campoolor